El oído atento

Si uno no se volvió totalmente corrupto, todavía sigue oyendo la voz Divina, que se hace oír a través de las preguntas penetrantes que reverberan dentro del corazón…

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 04.04.21

Enseña la Guemará que repetir una transgresión embota la sensibilidad espiritual del individuo, hasta tal punto que la falta repetida le parece algo completamente permitido.

 

Existe otro perjuicio más, que es el hecho de que daña la audición, su sentido del sonido espiritual, porque uno deja de oír la voz Divina que le habla a través de su conciencia.

 

Mientras uno no se haya vuelto totalmente corrupto, todavía va a seguir oyendo la voz Divina, que se hace oír a través de las preguntas penetrantes que reverberan dentro del corazón después de que hizo algo no del todo correcto. Pero cuanto más repite uno la falta, menos audible se vuelve esa voz. Pero cuando uno quiere hacer el bien y desea corregir su comportamiento, entonces recibe la bendición de profeta (Isaías 6:10): “Y sus oídos oirán, y su corazón comprenderá y se arrepentirá y será curado”.

 

La Torá nos enseña entonces la importancia del sentido del sonido, porque sin una buena “audición espiritual”, uno no puede acercarse a Hashem. El corazón, si así lo desea, puede oír la voluntad de Hashem, pues el profeta también dice (ibíd. 1:19): “Si lo deseas, oirás”. Por eso vemos que la audición depende de la voluntad: si no quieres oír a alguien, no lo oirás. Uno puede escuchar cientos de clases de Torá pero si no les hace caso y no tiene el deseo de internalizarlas, entonces no tendrán ningún efecto sobre él.

 

Explica Rabí Najman que si un alumno escucha al maestro e internaliza la voluntad de su maestro subyugando la suya, entonces ha oído al maestro. Y viceversa. Si el alumno no quiere internalizar ni obedecer el mensaje del maestro entonces no lo va a oír en absoluto, pues la audición depende de la voluntad.

 

El Rey Salomón Le pidió a Hashem un “corazón que oiga” (Reyes I:3). Pidió que su corazón supiera reconocer la verdad y discernir entre lo justo y lo injusto. La verdadera audición está dentro del corazón de cada uno, pues Hashem nos habla a través de las personas, los sucesos y los estímulos de nuestro medio. Por lo tanto, debemos afilar nuestro sentido de la audición espiritual y estar atentos a los sutiles mensajes de Hashem. Debemos evitar lo que el profeta Isaías llama “La grasa del corazón… y los duros de oír”. Debmeos rogarle a Hashem que nos ayude a discernir la verdad, y nos ayude a ser sensibles a la voz de la santidad.

 

Dijo el Rey David (Salmo 40:7): “Tú no deseabas ni una ofrenda animal ni una ofrenda vegetal. Tú abriste mis oídos, una ofrenda ígnea o un sacrificio expiatorio no pediste”. El Rey David nos está enseñando que Hashem prefiere mucho más que la persona Lo escuche e internalice Su voluntad a que peque y luego Lo apacigue con toda clase de ofrendas.. Hashem quiere que escuchemos a los verdaderos tzadikim que nos guían por el sendero correcto en la vida. Rabí Najman enseña (Sefer Hamidot, Tzadik) que cuando un persona oye palabras de la boca de un tzadik es más beneficioso que si lee de un libro. Por eso, todo aquel al que le importe de su progreso espiritual, que fortalezca su emuná en los verdaderos tzadikim.

 

Rabí Najman enfatiza que la emuná en los tzadikim también depende de la audición (véase Likutey Moharán I:21). El Rey Salomón alude a este mismo principio cuando dice (Proverbios 15:31): “El oído que oye una reprimenda que da vida residirá en medio de los sabios”. Todo el que busque una genuina vida espiritual ha de escuchar las palabras de los sabios, de los líderes espirituales de cada generación”.

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1. NOLY

5/08/2021

Me encantan tus vídeos Soy de República Dominicana Quiero participar en la rifa del libro Mi sueño es tener un libro de los tuyos breslev

2. María

9/03/2019

¡Gracias por la publicación! Es cierto que cuando se peca y se vuelve a cometer luego la misma transgresión la consciencia se insensibiliza y ya no se ve el pecado con el mismo espanto que se veía al principio; y podemos caer en el peligro de tener lo que yo llamo un “arrepentimiento de rutina”, todo superficial y por costumbre, nada salido del alma.

3. Ximena

11/15/2018

gracias

Gracias por el mensaje, me ha ah aclarado muchas preguntas.

Gracias por tu respuesta

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