La agenda de Rabi Najman

Qué es lo que tenemos que incluir a diario en nuestra agenda para poder asegurarnos una vida buena y placentera?

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 17.03.21

Dice Rabi Najman que nuestra agenda diaria debería incluir plegaria, Torá, y más plegaria. Veamos a qué se está refiriendo.

 

Existe una diferencia básica entre el Árbol de Vida y el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, tal como lo indican sus propios nombres. El Árbol de Vida es la vida misma, que es inherentemente bueno. Pero en el Árbol de Conocimiento, existe una mezcla de bien y mal. Nuestros Sabios nos dicen que el Árbol de Vida corresponde a la plegaria, pues la plegaria no sólo vitaliza a la persona sino que les da vida a todos los mundos superiores (véase Likutey Moharán I:9).

 

La plegaria es el producto de la humildad. La persona que ora está afirmando que no puede tener éxito por sí sola. Todos necesitamos la ayuda de Hashem en cada aspecto de la vida – salud, sustento, felicidad matrimonial, Torá, crianza de los hijos y mucho más- sin siquiera podemos cruzar seguros la calle o pegar un clavo con el martillo sin dañarnos el dedo si no tenemos la ayuda de Dios. Por lo tanto, tenemos que saber que Hashem es la fuente de todo el poder, y que no somos nada sin Él. Por lo tanto, debemos dirigirnos a Él para todas nuestras necesidades, tanto grandes como pequeñas, tanto materiales como espirituales. La plegaria es el Árbol de la Vida, pues nos conecta con la Fuenjte de toda la vida, o sea, con Hashem.

 

Por el otro lado, la santa Torá corresponde al Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, y no es porque la Torá contenga mal y bien, Dios no lo permita, sino porque la Torá presenta el concepto de libre albedrío a la persona. Como tal, si las intenciones que tiene la persona al estudiar Torá no es buscar la verdad, entonces la Torá le resultará dañina, como por ejemplo en el caso de un ladrón que estudia Torá para volverse más astuto y más sofisticado. Por eso nuestros Sabios dijeron de la Torá que “Si uno lo merece, entonces la Torá es para él el elixir de vida. Y si no lo merece, entonces la Torá se vuelve para él la poción de muerte” (Tratado Taanit 7ª). La misma Torá que hace que una persona alcance el más exaltado nivel de rectitud puede al mismo tiempo hacer que otra se vuelva tremendamente soberbia. Como tal, la sagrada Troá corresponde al Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, pues todo depende siempre de las aspiraciones internas de cada persona y de su libre albedrío.

 

La Torá describe que el Árbol de la Vida está situado en el centro del jardín, pues el jardín es una metáfora de las almas judías. Explica Rabí Najman (Likutey Moharán II:8) que las almas del pueblo judío son como hierbas que crecen en un jardín y que el Árbol de la Vida está en medio de nosotros. Esto significa que la Torá es inherente a la dimensión interna del alma judía. La plegaria también forma parte de nuestra composición interna ya que cumple una función vital y central en nuestras vidas y en la salud de cuerpo-mente-alma.

 

La plegaria rescata a la persona de la potencial influencia negativa del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. La plegaria protege a la persona para que sus estudios no lo lleven a la arrogancia ni a la sofisticación  excesiva. Por lo tanto, antes de estudiar Torá hay que orar mucho para poder obtener de la Torá las cosas correctas – el amor a Hashem, la reverencia y el temor a Él, el temor al pecado, el amor al prójimo, el recato y la emuná. Después de estudiar Torá, tiene que orar para poder aplicar todo lo que ha aprendido al servicio de Hashem y darle las gracias a Él pro el privilegio de poder estudiar Torá.

 

La plegaria es algo inherente a nuestro medio espiritual, pero tenemos que sacarlo a flote. Por lo tanto, es mejor vocalizar nuestras plegarias, pronunciando palabra por palabra lentamente y con la debida intención, tanto si uno reza los rezos establecidos como si se trata de la hora de plegaria personal (hitbodedut). Esto nos posibilita obtener las influencias positivas del Árbol del Conocimiento, hasta el grado en que la Torá se transforma en un elixir de vida, pues la Torá es verdaderamente un Árbol de Vida para aquellos que se aferran a ella. Por lo tanto, nuestro estudio debe estar envuelto por ambos costados con plegarias, antes y después de estudiar.  La Guemará cuenta acerca del santo Tanaíta Rebe Nejunia ben Hakana (autor de la plegaria Ana BeKoaj), que solía orar brevemente cuando entraba a la casa de estudio antes de estudiar y cuando salía de la casa de estudio, después de haber estudiado (véase Brajot 28b). Antes de estudiar, oraba para poder estudiar por los motivos adecuados y cuando terminaba de estudiar, Le daba las gracias a Hashem por su buena “suerte” de tener el privilegio de haber estudiado Torá. Nosotros deberíamos hacer lo mismo, para que todos podamos tener el mérito de estudiar y tener éxito en nuestros estudios.

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