Reluciente de limpieza

¿Cómo es que una blusa blanca reluciente de limpieza es una metáfora para el alma? ¿Y cuándo hace falta llevarla a la tintorería?

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David Perlow

Posteado en 14.11.21

Acabamos de festejar el primer añito de nuestra hija. Mirando hacia atrás, ha sido un año de altibajos. Mi mujer tuvo que hacerse sacar la tiroides inmediatamente después de dar a luz y después tuvieron que volver a operarla. A la beba también tuvieron que operarla por un problemita en la cadera. Todo este año nos la pasamos visitando a los doctores. Y para ser franco, no tengo idea de cómo me las hubiera arreglado de no ser por la plegaria personal.

 

Estoy seguro de que todos ustedes pueden recordar una época de sus vidas en la que tuvieron un tema muy central que ocupaba toda su atención. Puede que haya sido el nacimiento de un bebé o un trabajo nuevo y muy importante, o lo que fuese. Pero ¿alguna vez les pasó que llegaron a su punto límite? A mí  me pasó hace un mes. Tratando de ser el mejor padre posible, traté de cambiar pañales, llevar a la beba de paseo, levantarme en el medio de la noche, seguir con mi rutina de ejercicio diario, limpiar el piso, ir al trabajo, etc. Todo fue bien, hasta que un día sentí que no me podía mover. Surmenage. Fatiga total. Sentía que el cuerpo ardía en fiebre y me tuve que quedar en cama casi tres días enteros. No tenía fuerza ni para moverme…

 

Ahora que gracias a Dios me siento un poco mejor, estoy tratando de retomar mi ritmo. Pero lo que me mantuvo en pie todo este año que pasó fue nada más ni nada menos que mi sesión diaria de plegaria personal. Yo trato de hacer mi plegaria personal temprano a la mañana antes de que se despierten mi mujer y la beba, cuando todavía la casa está en silencio y puedo concentrarme mejor. Además de esa manera no les estoy quitando tiempo compartido con papá (o sea, yo). Pero si hacen así, entonces asegúrense de dormir más tarde la siesta, porque un padre que se está cayendo de sueño es un padre incompetente.

 

¿Por qué Rabí Najman pone tanto énfasis en la plegaria personal (vean Likutey Moharán II:25)? ¿No es demasiado estricto comprometerse a hacer una hora todos los días sin falta? Miren, yo entiendo que haya gente que pueda asustarse un poco ante la idea, pero yo personalmente saboreé el éxito con esta hora diaria y puedo dar fiel testimonio de los milagros que acarrea tener este mini-Shabat todos los días. Tal vez para aquellos que no saben lo que uno siente cuando no tiene nadie a quien recurrir una hora de plegaria personal todos los días pueda sonar demasiado. Pero si miramos el día en forma objetiva, nos damos cuenta de que es tanto lo que Le debemos a Hashem que por lo menos tenemos que darle las gracias por todo lo que nos da. Si ustedes son como yo, entonces seguramente se sentirán como reyes cuando antes de que empiece Shabat se dan una ducha y se ponen una camisa blanca y reluciente, recién planchada. Ahora bien: esa misma camisa, después de que van a rezar el rezo de la noche cuando termina el Shabat, y hacen Havdalá, ¿qué aspecto tiene? Si ustedes son como yo, entonces la camisa está llena de manchas de jugo de uvas, pescado y salsa de tomate. Si se ponen a pensar, es solamente una camisa, pero en realidad es una metáfora de lo que somos nosotros. Todos los días sufrimos un enorme desgaste y nuestras almas ciertamente necesitan ir a la “tintorería”. La solución es tomarnos una hora y contarle a Hashem todo lo que nos pasó ese día; darle las gracias por lo que tenemos y reparar cualquier falta que pudiésemos haber cometido. Y finalmente, pedir por el futuro. Así de fácil. Eso basta para mantener el alma brillando de limpia! Se lo prometo!

 

Los padres de nuestra generación tienen un montón de trabajo porque todo el tiempo estamos librando batallas. Yo les sugiero a todos los padres que lean esa maravilla de libro que es “Educación con Amor”, del Rabino Shalom Arush. Si tuviera que resumir el contenido del libro en una sola frase, sería: “Trabajen con ustedes mismos para poder estar siempre alegres y sus hijos les seguirán los pasos”. Por desgracia no veo demasiados hijos felices siguiendo el camino de la Torá. Se sienten forzados y sienten que están perdiendo. Tal vez ustedes y yo, como padres, podamos cambiar eso. Somos ustedes y yo en contra de la adicción secreta a Facebook de ellos. ¿Quién va a ganar? Depende de si nos dibujamos una sonrisa en el rostro.

 

Si se sienten estresados, y ni siquiera el estudio de la Torá les está causando alegría, entonces llegó el momento de que se sacudan un poco. Quiero decir que empiecen a divertirse a su propia manera. Rabí Najman menciona que para poder mantenernos alegres tenemos que aprender a soltar. Por ejemplo, podemos hacer alguna de estas cosas:

 

  1. Preparen una nueva lista de su música favorita y luego escúchenla durante su sesión de plegaria personal.
  2. Disfruten de un rico chocolate o de una buena taza de café y después vayan a hacer ejercicio una hora.
  3. Junten una lista de chistes limpios y compártanlos con sus seres queridos.
  4. Sorprendan a sus hijos, pongan música divertida en casa y pónganse a bailar con ellos.

 

Al enfrentarnos a los altibajos de la vida, siempre recuerden que al luchar por la alegría, el éxito no tardará en llegar.

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1. maria

5/12/2015

preciosa explicacion!!!

Muchas gracias por el relato,preciosas palabras y es bonito saber que siempre Hashem nos conduce,nos ayuda a quitar los obstaculos,yo estoy viviendo un tiempo dificil con mi hija adolescente pero con la ayuda del creador y todo es para bien,cambiara todo,un.saludo y gracias

2. maria

5/12/2015

Muchas gracias por el relato,preciosas palabras y es bonito saber que siempre Hashem nos conduce,nos ayuda a quitar los obstaculos,yo estoy viviendo un tiempo dificil con mi hija adolescente pero con la ayuda del creador y todo es para bien,cambiara todo,un.saludo y gracias

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