El Pequeño David, #10
El malvado Yétzer HaRá siguió presionando a David para que llore y grite, que se pelee con sus hermanos y que no ceda…
El malvado Yétzer HaRá siguió presionando a David para que llore y grite, que se pelee con sus hermanos y que no ceda…
El Pequeño David, Parte 10:
El malvado Yétzer HaRá (la Mala Inclinación) siguió presionando a David para que llore y grite, que se pelee con sus hermanos y que no ceda. Pero David comenzó a pensar que su Yétzer HaTóv (la Buena Inclinación) teníarazón. Su familia entera – incluso él – estarían peor si él obedeciera al Yétzer HaRá. David se dijo a sí mismo: “Si escuchoal Yétzer HaRá, sucederá lo siguiente: Todos se sentirán desgraciados. Yo estaré enojado, llorando y triste. Mamá y Papá estarán molestos por esto, y mis hermanos y yo estaremos peleando. ¡Cada uno perderá! Tal vez yo debería ceder ante las demandas de mis hermanos y limpiar la casa, aunque no sea mi turno. Sé que esto no es justo, pero también sé que si sólo sigo adelante y lo hago, la casa estará bien limpia y ordenada, y todos disfrutarán de ello y estarán felices.
David sabía que él iba a necesitar un poco de ayuda adicional y fuerza interior para escuchar a su Yétzer HaTóv, y hacer lo que él sabía que era correcto, entonces se dirigió a HaShem y rezó:
"¡Dueño del Universo, por favor ayúdame y ten misericordia de mí!
¡Refuerza mi resolución de sobreponerme a mi Yétzer HaRá!
Concédeme la capacidad de hacer lo que es correcto, de modo que yo sea capaz de cumplir los Preceptos de hacer el bien y de honrar a mis padres.
Creador del Universo, ayúdame a no causar ningún pesar a mis padres. Ayúdame a ser un niño bueno y observar Tus Mandamientos. Ayúdame a evitar el enojo y de hacer problemas a alguien.
Ayúdame a recordar que aunque no sea mi turno, y aunque es difícil, si yo realmente limpiara la casa, conseguiré una clase especial de recompensa, aún mayor que la satisfacción de mis hermanos: ¡Conseguiré que otra Mitzvá más este anotada en el Libro de Buenas Acciones en el Cielo!
Por favor, ayúdame también a comprender que lo que pasa conmigo es una prueba de fe. Es un regalo que Tú me das, y quiero pasarla con mucho éxito haciendo lo correcto.
Y por favor, dame la capacidad de ver siempre el lado bueno de los demás, aun cuando ellos no me traten amablemente. Ayúdame a recordar que Tú has creado cada cosa y a cada uno con perfecta belleza”.
Cuando terminó de rezar, sin decir nada a sus hermanos ni a alguien más, David siguió adelante e hizo las tareas. En lugar de sentirse resentido, David se alegró dentro de su corazón y agradeció a HaShem, Quién había permitido que Le rezara y Quien Le había dado la fuerza.
Continuará…
Escribe tu opinión!
Gracias por tu respuesta
El comentario será publicado tras su aprobación