Kaptzin Pashá, #2

El Creador, en ese mismo momento, hizo que el malvado Kaptzin Pashá, quien preparó la emboscada al judío, viniera hacia él…

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Rab Yonatán D. Galed

Posteado en 05.04.21

Basado en una historia de: Rabi Najman de Breslev
 
Ilustrado Por: Rebeca Shapiro
  

El Creador, en ese mismo momento, hizo que el malvado Kaptzin Pashá, quien preparó la emboscada al judío, viniera hacia él

  
 
Kaptzin Pashá, Parte 2:
 

¡Shalóm queridos amigos!
 
La vez pasada les empecé a contar sobre el malvado ministro turco, Kaptzin Pashá, que por su gran envidia – le preparó una trampa al ministro judío – provocó que el gran Sultán se sienta ofendido por el judío y, por lo tanto, lo condenará a la muerte…
 
Seguimos entonces:
 
El Sultán cerró la carta y la selló con su sello real y dijo al judío: "Ya que somos buenos amigos y confío en ti, me gustaría que entregues esta carta personalmente al Verdugo Principal cuyo domicilio está escrito en el sobre.
 
"Es un gran honor para mí", dijo el judío y tomó la carta prometiéndole al Sultán que haría todo lo requerido para que llegue a su destino. Él no tenía ni idea de que su propia sentencia de muerte estaba escrita en la carta y se fue.
 
El judío era muy diligente en la observación de la gran Mitzvá (Precepto) de la circuncisión de los bebés varones a los ocho días de su nacimiento. Amaba cumplir con ese Precepto, que los judíos cuidaban con devoción a lo largo de las generaciones, y por lo tanto, siempre que lo invitaban a realizar una circuncisión de un niño, no permitía ningún obstáculo en su camino.
 
HaShem, el Creador del Universo, quiso salvar a Su amigo fiel, y entonces, arregló las cosas de tal forma que el mismo día que el judío debía entregar la carta del Sultán al Verdugo Principal, llegó un hombre de un lugar lejano para invitarlo a su pueblo, a fin de circuncidar a su hijo pequeño. Ya que el judío nunca, en ninguna circunstancia, perdía la oportunidad de realizar esta Mitzvá, comenzó a pensar: "¿Cómo haré entonces para cumplir con las instrucciones del Sultán y entregar su carta?".
 
El Creador, en ese mismo momento, hizo que el malvado Kaptzin Pashá, quien preparó la emboscada, viniera hacia él. El judío le contó al Pashá que el Sultán le había pedido personalmente que entregue una carta. "Sin embargo", dijo, "hoy HaShem me ha enviado la oportunidad de cumplir con el valioso Precepto de la circuncisión, lo que no me permite  entregar la carta".
 
"Ya que mi costumbre es que en ninguna circunstancia renunciaré a cumplir el Precepto de Di-s y tu eres un buen amigo, me gustaría pedirte un favor: Toma la carta y entrégala por mí."
 
¡El Pashá estaba encantado! Ahora sería capaz de hacer más acusaciones contra el judío por no haber cumplido con los deseos del Sultán en entregar la carta. "No hay problema mi amigo, lo haré por ti con mucho gusto", dijo el Pashá y tomó la carta de su mano.
 
Bueno, como ya entienden, al entregar en las manos del verdugo principal la carta que decía que su enviado debía ser ejecutado, el verdugo le lanzó inmediatamente al horno encendido.
 
El Pashá recibió lo que merecía según el principio de "Medida por Medida" de la Ley Divina. Fue entonces quemado tal como quiso hacer al inocente judío.
 

 
Pero aquí no termina nuestro cuento, sigan con nosotros la semana que viene.
 
Continuará….
 
 

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