Las puertas de la ingratitud

La verdad es que me siento tan inspirada por el libro Las Puertas de la Gratitud del Rav Shalom Arush que he decidido escribir mi propio best seller

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Rajeli Reckles

Posteado en 18.03.21

La verdad es que me siento tan inspirada por el libro Las Puertas de la Gratitud del Rav Shalom Arush que he decidido escribir mi propio best seller, que he dado a llamar Las Puertas de la Ingratitud. Y entre nos, estoy segura de que va a venderse en millones de ejemplares. Es que en las últimas semanas he estado tratando de corregir ese defecto innato que tengo de ser una ingrata. Les voy a decir que mi vida no ha sido fácil. ¿Saben lo agotador que es pasarse todo el santo día quejándose de tantas cosas? Y como si eso fuera poco, ¿saben lo difícil que es encargarse de mil cosas a la vez mientras uno no deja de quejarse de cada cosa?

 

En realidad, supongo que sí lo saben. Por desgracia, para muchos de nosotros el concepto de gratitud es bastante novedoso, porque no nos criamos en hogares donde se decía “gracias” por cada detalle. Si me pongo a pensar en esto, no puedo creer que jamás se me haya ocurrido darle las gracias a Hashem por algo. Apenas si les daba las gracias a mis padres, y eso con gran esfuerzo!

 

¿No creen ustedes que gran parte del sufrimiento que tenemos en la vida es consecuencia directa de nuestro retorcido sentido de nos merecemos todo lo mejor y todo tiene que ir según nuestros deseos? Según el Rav Arush, esa sensación de que todo nos pertenece y todo nos lo merecemos es la causa de todos los problemas que tenemos. Cuando uno tiene altas epectativas, sufre una gran desilusión cuando esas expectativas no se cumplen. Uno actúa con arrogancia y eso produce un ego continuamente hinchado. Podríamos llamarlo “encefalitis espiritual”.

 

Cuál es la conexión entre la arrogancia y la encefalitis espiritual? El egoísmo de clase. He aquí mi explicación médica: los estudios llevados a cabo en el campo han demostrado que, al inflamarse, el ego ejerce una tremenda presión en los ojos y en particular en el nervio óptico. Y como el nervio óptico se sofoca bajo la pesada carga del ego encefalítico, se daña enormemente la visión y en casos extremos hasta se pierde por completo. ¡Y entonces la persona no puede ver a los demás!

 

La persona que es ciega a los demás es ciega a las necesidades y los sentimientos de los otros. También es ciega a su amor, a su sacrificio, a su dar. Y cuánto más si consideramos la relación entre esa persona y Hashem! Si uno ni siquiera es capaz de percibir el amor y la generosidad de su compañero, ¿cómo va a poder percibir el infinito amor y la infinita generosidad de Hashem?

 

La ingratitud literalmente deja a la persona ciega a toda la bondad, todo el amor, toda la benevolencia que Hashem hace con ella a cada instante.

 

Cómo podemos corregir este defecto tan grande? El Rav Arush dice que con humildad. La humildad es dar las gracias. Es valorar todo lo que uno recibe, sean cuales fueren sus expectativas. Cuando uno se queja de todos los problemas que tiene, le llegan más problemas.

 

Por supuesto que Hashem es perfectamente consciente de los problemas que uno tiene! Piensen qué pasa cuando sus hijos se quejan de que ustedes no les dan suficientes cosas. Ustedes, los padres, saben perfectamente que dan lo máximo que tienen. Y si tu hijo solamente se lamenta de lo que no tiene, ¿te parece que vas a querer darle más? ¿O más bien vas a querer darle una lección de gratitud para que no se convierta en un mocoso malcriado?

 

Si no saben cómo empezar a ser personas gratas, he aquí un excelente ejercicio: preparen una lista de lo que les parece que va mal en sus vidas. Pongan las cosas peores arriba de todo y vayan bajando hasta las cosas más insignificantes, como ese perro que no quiere dejar de ladrar a las cinco de la mañana. Bueno, sí, tienen razón, eso no es tan “insignificante”….

 

Bueno. Preparen entonces esta lista y llámenla “La lista de la ingratitud”. ¿Saben qué tienen que hacer después? ¡Sí! Tienen que darle las gracias a Hashem por cada una de las cosas que figuran en la lista! Y no me importa si la lista es tan larga como la novela “La guerra y la paz”!!

 

Y saben qué es lo mejor de todo? Si hacen este ejercicio todos los días, no sólo que la encefalitis espiritual se va a curar completamente sin necesidad de vacunas y antibióticos, sino que van a empezar a quitar cosas de la lista! Y cuando lleguen al punto de sentir genuina gratitud por algo por lo cual antes sentían ingratitud, felicítense por un trabajo muy bien hecho y táchenlo de la lista!!

 

Pd: este secretito funciona a las mil maravillas en el matrimonio. Pruébenlo y por favor envíenme sus comentarios al respecto!

 

Pueden enviar sus preguntas, y en especial sobre temas como el matrimonio, la educación de los hijos, el noviazgo y el rol de la mujer. Escriban a racheli@breslev.co.il

 

 

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1. Osiris Molina

12/12/2018

La puertas de la ingratitud

Buenos días Rabino me encantan tus libros los leo todos los dia y cada dias quiero aprender más. Gracias por tus enseñanzas.

2. Osiris Molina

12/12/2018

Buenos días Rabino me encantan tus libros los leo todos los dia y cada dias quiero aprender más. Gracias por tus enseñanzas.

3. Ariel

5/08/2016

La ingratitud …

Muchas gracias RAJELI, maravillosa enseñanza , para mí y mis hijos !!!!!!!!!

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