Los Micro Instantes

Con mis ojos de psicoterapeuta, cada vez que miro en derredor, veo multitudes de personas dando vueltas deprimidas e insatisfechas. Hasta las personas así llamadas “funcionales” tienen un cierto grado

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 17.03.21

Con mis ojos de psicoterapeuta, cada vez que miro en derredor, veo multitudes de personas dando vueltas deprimidas e insatisfechas. Hasta las personas así llamadas “funcionales” tienen un cierto grado de depresión.

Con mis ojos de psicoterapeuta, cada vez que miro en derredor, veo multitudes de personas dando vueltas deprimidas e insatisfechas. Hasta las personas así llamadas “funcionales” tienen un cierto grado de depresión. Hay literalmente millones de personas dando vueltas con el alma cubierta por un filtro de tristeza y temor y de preocupación por todo tipo de cosas. Ese filtro le está bloqueando su percepción de la participación que Dios tiene en sus vidas.

La persona verdaderamente conectada con HaShem no percibe ninguna carencia en el mundo ni en su propia vida. Esa persona es genuinamente feliz todo el tiempo y no siente que es un esclavo de este mundo. Esta clase de personas tienen una clara percepción de que son parte integrante de Dios y que en cierta forma esa parte “Divina” de ellos mismos llamada “alma” va a vivir por siempre.

Ellos saben que este mundo es algo temporario y que tarde o temprano todas las cosas materiales se vienen abajo, porque no son la “verdad”, sino que Dios es la única Verdad. Esta clase de personas santas no se dejan engañar por esa reluciente falsedad y por todas esas mentiras atractivas. Para ellos, son como juguetes que no los atraen en absoluto, porque ellos descubrieron algo muchísimo más importante.

Sabemos que el alma está localizada en la mente. La mente es lo que crea los sentimientos y las percepciones que tenemos. Cuando la persona  se cuida de lo que piensa, y se obliga a sí misma a pensar en cosas buenas, entonces cada vez que se enfrenta a una situación difícil o a un pensamiento difícil, él tiene una herramienta para utilizar con la que sobrellevar dicha situación. Todos más o menos sabemos que nuestras células cerebrales se comunican entre sí por medio de un sistema de sinapsis. La sinapsis es un pequeño espacio ubicado entre las distintas células y que la información tiene que “saltar” a fin de pasar a la etapa siguiente del proceso comunicativo.

Ese pequeño espacio nos da un instante, o más precisamente, un micro instante, para elegir de qué forma vamos a reaccionar ante un problema o un corto circuito pasajero en nuestra vida. Cuando nos presentan una prueba, por más grande o pequeña que sea, tenemos literalmente un micro-segundo para decidir si vamos a reaccionar con nuestro programador de Emuná, uniéndonos a Dios y fusionándonos con Él, con Sus valores, etc., o si vamos a volvernos locos. La mayoría de nosotros todavía tenemos que hacer un gran trabajo espiritual preparatorio para poder tomar la decisión correcta cuando nos enfrentemos a ese momento crucial, porque simplemente todavía no alcanzamos ese nivel. Para la mayoría de nosotros, incluyendo la gente religiosa, es muy difícil hacer el “switch” y automáticamente apagar nuestra mala inclinación y en especial si se trata de un área muy tentadora, como la comida, las bebidas alcohólicas o incluso emociones “potenciadoras” como por ejemplo la ira.

Algunas personas “explotan” por poder pelearse con alguien y buscan la oportunidad de saciar ese deseo, de ser los que “tienen razón” y de ganar. ¿De qué manera podemos superar la prueba de la ira, y en especial si en el pasado fracasamos constantemente?

La respuesta es que tenemos que estar preparados y llevar a cabo el trabajo necesario. Tenemos que contar con algún ritual, algo positivo y lleno de sentido y adaptado en forma especial para que podamos enfrentar las fuerzas del mal cuando nos enfrentemos a la prueba siguiente. Y la prueba está esperando a la vuelta de la esquina, porque cada vez que pasamos una prueba, ascendemos de nivel espiritual y entonces llegamos a otro lugar en el que nos espera otra prueba más, y esta vez más difícil que la anterior.

Cuando la persona se dedica a conectarse con Dios las veinticuatro horas del día, entonces se da cuenta de que Dios le envía pensamientos a cada instante del día, y que dentro de esos pensamientos hay indicios acerca de lo que debe hacer a continuación. Por eso, si nos enfrentamos a una situación o a un pensamiento desafiante, tenemos que comenzar preguntándonos a nosotros mismos: “¿por qué me pasó esto?”. Cada vez que tomamos el indicio y trabajamos sobre él, nos vamos elevando más y más.

Y si verdaderamente queremos vivir a este nivel, entonces no basta con solamente leer y aprender a conocer a Dios y “conocerlo” solamente a nivel mental, sino que además tenemos que sentir temor y reverencia de Él y tenemos que encontrar la forma de trasvasar ese temor Divino a nuestro corazón, para que Dios también esté en nuestro cuerpo y no solamente en nuestra cabeza. Cuando uno verdaderamente trata de seguir a Dios, debería sentir que es un verdadero placer, una dicha, una maravilla servir a Dios. Debería sentir el misterio y el potencial inherente a cada día; el sorprendente progreso que puede hacer a cada momento, cuando se enfrenta a la prueba de transformar cada uno de sus impulsos cerebrales negativos a un pensamiento positivo.

Pongamos por caso un ejemplo práctico, para ver cómo funciona este proceso y de qué manera puede ayudarnos a echar luz a nuestra vida. Hace poco tiempo, estaba yo en mi automóvil yendo a buscar a mi señora, que estaba en el trabajo. Mientras iba manejando, de pronto vi un bellísimo rayo de luz cayendo justo enfrente de mí, y que iluminaba todo el camino. Esa escena encendió algo y Dios me envió un recuerdo de mi infancia. Recuerdo que estaba yo de vacaciones y que era un lindo día de sol y yo me dirigía al parque a jugar un partido de básquetbol. Recuerdo que me sentía feliz. Pero entonces esa alegría se empezó a agriar, porque pensé para mí mismo: “Ojalá ahora tuviera tiempo libre y no tuviera que trabajar tanto…” pero entonces me interrumpí a mí mismo y dije: “Gracias Dios por este pensamiento negativo. Ahora puedo traer un poco de la luz del sol a mi trabajo. Puedo usar esos recuerdos del pasado en forma positiva y llenar mi presente con ellos”.

Dios pone el énfasis en el tiempo presente más que en todos los demás: nosotros vivimos aquí y ahora y realmente tenemos solamente este momento. Si Dios se toma la molestia de enviarme un mensaje o un recuerdo del pasado, no es porque quiera que yo vuelva a esa época de mi vida o que vuelva a ser la persona que era antes, sino que ese recuerdo o ese mensaje son para hoy lo utilice en la vida que estoy viviendo ahora.
 

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1. MARCOS DAVID CASTRO HERNANDEZ

2/18/2017

temer al pensar no es mas que proceso……no temer al pensamiento es saber caminar en YHWH.

CUANTAS IDEAS SON INTERRUMPIDAS CON PENSAMIENTOS NEGATIVOS….HASTA LAS PROPIAS IDEAS NEGATIVAS TIENEN INTERRUPCIONES DE CARÁCTER MORTAL… Y

2. MARCOS DAVID CASTRO HERNANDEZ

2/18/2017

CUANTAS IDEAS SON INTERRUMPIDAS CON PENSAMIENTOS NEGATIVOS….HASTA LAS PROPIAS IDEAS NEGATIVAS TIENEN INTERRUPCIONES DE CARÁCTER MORTAL… Y

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