“Nosotros” en vez de “yo”

Cada uno de nosotros sueña con ser feliz. Muchos piensan que si tuvieran un millón de dólares o si se ganaran el Premio Nóbel, se sentirían "realizados"...

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 17.03.21

Cada uno de nosotros sueña con ser feliz y vivir dichoso. Muchos piensan que si tuvieran un millón de dólares o si se ganaran el Premio Nóbel, van a ser felices y sentirse realizados. O que la vida va a ser perfecta si tienen la casa perfecta, la familia perfecta o la apariencia perfecta. Pero ¿cuánta gente se pasó toda la vida buscando estas cosas y terminó deprimida e infeliz?

 

 De los psicólogos seculares aprendemos que cada persona necesita tener un objetivo en la vida, algo a lo cual aspirar y por lo cual esforzarse. Una vez que tomamos la decisión de alcanzar ciertos objetivos, ya sean financieros, personales o sociales, la psicología puede darnos las herramientas que necesitamos para llegar a ese punto, a ese destino. Todas las ideas y las estrategias seculares para poder tener éxito son buenas, por lo menos en términos de tener algo en lo cual enfocarnos. La diferencia entre la terapia secular y la terapia de emuná (coaching de emuná) es en qué decidimos poner el foco.

 

Una vez más volvemos al tema de saber qué es lo que realmente nos va a hacer felices y nos va a hacer sentir realizados. Muchos de nosotros medimos el éxito en la vida en base a cosas tangibles, como la cantidad de dinero que tenemos en el banco o las medidas del departamento en el que vivimos, o la cantidad de títulos profesionales que cuelgan de la pared. Es verdad que existe una medida de riquezas y estatus, pero no es ese el verdadero “éxito”. El éxito, desde el punto de vista espiritual de la emuná, solamente puede medirse a partir de la cantidad de alegría y dicha espiritual que tenemos en la vida.

 

En mi trabajo como psicoterapeuta, he conocido a gente que gana millones de dólares, y sinceramente no me viene a la cabeza ni uno solo que sea realmente feliz. ¿Cuánta gente conocemos que piensan que si se sacan la lotería van a solucionar todos sus problemas? Pero si estudiamos las historias de vida de los ganadores de la lotería, vemos que en la mayoría de los casos, el gran “triunfo” no hizo más que enterrar a los “dichosos ganadores” bajo una pila de problemas emocionales y a menudo también financieros. Ellos no habían orado por esa fortuna y por lo tanto, esta no les trajo bendición. Ahora tienen la misma cantidad de problemas que antes, y a veces todavía más.

 

La pregunta es: ¿qué hay que hacer para ser realmente felices?

 

La única regla inflexible que he descubierto a partir de mi trabajo con la “clase alta” es que ni uno solo de ellos se sintió realizado cuando trabajaba solamente para su propio éxito y gratificación. No me estoy refiriendo a gente holgazana ni a gente que obtuvo su fortuna en forma fácil, ganándose la lotería o a través de cualquier ganancia imprevista. Esta es toda gente que se esfuerza, y mucho, que trabaja día y noche durante largos años; que es súper organizada y eficiente. Pero si hacen todo ese esfuerzo únicamente en pos de su auto engrandecimiento, honor o riqueza, entonces se sienten un total fracaso, incluso cuando alcanzan o incluso superan los hitos financieros o escolásticos que se habían propuesto.

 

En algunos casos, no sólo que no se sintieron realizados sino que incluso se sintieron más tristes y más deprimidos que cuando empezaron. Por fin alcanzaron su objetivo, llegando al pico del éxito, y todavía no son felices. Entonces se sumen en la depresión y empiezan a preguntarse para qué sirve todo y qué propósito tiene la vida. Para qué más tienen que vivir. Qué les queda por alcanzar o por lograr….

 

Entonces ¿cuál es el verdadero secreto de nuestra realización como individuos? En resumidas cuentas, es el secreto de “nosotros” en lugar de “yo”.

 

¿Cómo podemos hacer esto? Poniendo el foco en algo denominado “anulación del ego”. Una vez que anulo mi propio ego, ya no voy a tener que seguir esforzándome por “mí”, sino que voy a empezar a esforzarme por “ti”. Ya no se trata de “mí” sino de “nosotros”. A partir de ahora tomo la decisión de enfocarme en los demás, y en especial, en mis seres queridos, y también voy a enfocarme en mi relación con Dios.

 

Más allá de nuestro “estatus socio-económico”, todos podemos tomar la decisión de cambiar y remodelar nuestras prioridades. En este mismo momento podemos empezar a la vida de manera tal que incluya a otras personas y a Dios. Podemos prometernos a nosotros mismos y a Dios que vamos a empezar a vivir una vida de “nosotros, no yo”. Si tenemos la fuerza de una promesa respaldando nuestra decisión, entonces cada vez que estemos frente a una encrucijada en la vida, en la que tengamos que elegir entre “yo” y “nosotros”, vamos a poder recordar cuál es nuestra primera prioridad. Si elegimos este camino, recibiremos ayuda Divina para dejar de vivir solamente para nosotros mismos y gratificar nuestros propios deseos, y vamos a empezar a vivir también en aras de los demás. Y aunque lo olvidemos momentáneamente, Hashem nos va a hacer acordar adónde estamos tratando de llegar realmente en la vida y nos va a conducir allí por donde deseamos ir.

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