Los Veinticuatro Tribunales Celestes

Aunque el principal Juicio del hombre es en el primer día del año, hay veinticuatro Tribunales en el Cielo, que juzgan al hombre en cada hora del día uno según sus acciones...

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 06.04.21

Aunque el principal Juicio del hombre es en el primer día del año, hay veinticuatro Tribunales en el Cielo, que juzgan al hombre en cada hora del día uno según sus acciones…

Hay veinticuatro Tribunales en el Cielo, en cada hora del día uno de ellos juzga al hombre según sus acciones.
 
Cuando sus acciones son buenas, es juzgado favorablemente, se siente alegre y le llegan bendiciones y apacibilidad. Por el contrario, si sus acciones no son buenas, es juzgado desfavorablemente y en consecuencia siente tristeza, abatimiento, sufrimientos y obstáculos. Como han dicho los Sabios: "Tus acciones te acercarán y tus acciones te alejarán".
 
Aunque el principal Juicio Divino del hombre es en el primer día del año nuevo, este se refiere a temas generales como si vivirá o morirá, cuánto dinero ganará en el año, etc. Pero cómo será cada día y cada hora de su vida, buena o mala, esto depende únicamente del veredicto diario del Tribunal Celeste, según sus acciones en esa hora determinada.
 
Podemos ilustrar este tema con la siguiente historia:
 
Cierta vez, un gran Justo encontró a un viejo que extraía agua del pozo para vivir. Cuando el Justo le preguntó cómo iba su vida, le contestó con gran alegría que todo era maravilloso y que agradecía al Creador por haberle dado la fuerza para mantenerse con dignidad.
 
En otra ocasión, cuando el Justo lo encontró nuevamente, la cara del viejo aguatero estaba triste. El Justo le pregunto cómo estaba y el viejo le contó llorando y gimiendo sobre su mala suerte, teniendo a su vejez que trabajar tan duro.
 
El gran Justo se extrañó del brusco y radical cambio de humor del viejo y después de meditar sobre el asunto, dijo: "Ahora acabo de encontrar la respuesta a una difícil pregunta que me he hecho. Recibimos la herencia de los antiguos Sabios que nos enseñan que el hombre es juzgado al principio del nuevo año, y por el otro lado nos enseñan también que el hombre es juzgado cada día y cada hora. ¿Entonces, si el Creador juzga al hombre al comienzo del año respecto a lo que le pasará durante el mismo, por qué lo juzga de nuevo cada día y cada hora?"
 
Explicó el Justo, que el cambio de humor de este viejo aguateroexplicaba perfectamente la contradicción aparente en las enseñanzas de los Sabios. Es verdad que al primer día del año nuevo, el hombre es juzgado y le es determinado cuál será su trabajo, cuantas sus ganancias, etc., pero cómo aceptará el decreto, si se resignará serenamente o con pesar, esto está determinado cada día y cada hora, según sus acciones en ese determinado momento.
 
Por consiguiente, cuando el viejo fue declarado inocente por el Tribunal Celeste, recibió alegría y bendición desde el Cielo y sintió que su vida era bella y feliz. Sin embargo, cuando fue considerado culpable en otro momento, le fue decretado recibir sufrimientos y es por eso que sintió las dificultades y la amargura. En realidad, lo que le fue decretado en el comienzo del año no cambió, que su sustento le llegaría como aguatero, pero el modo de cómo aceptara su trabajo, con alegría o con tristeza, eso cambiaría según sus acciones.
 
Nota: conviene recordar que por medio del arrepentimiento, la plegaria y la caridad, puede aun el hombre cambiar el decreto que le fue fijado en el Juicio del primer día de año.
 
Prestar atención a las alusiones
 
De la historia anterior, podemos comprender los cambios que suceden en nuestra vida de un día para otro, ya sea en nuestro estado de ánimo, en nuestras relaciones familiares, etc. Por ejemplo, a una cierta hora el hombre tiene éxito, todo se resuelve perfectamente, goza de buen humor, y de repente siente debilidad y tristeza y todo se le complica. O goza de paz y de armonía en la relación con su esposa y repentinamente estalla entre ellos una disputa por algo ridículo. La única explicación para tales cambios bruscos, es que el hombre es juzgado a cada momento; cuando le es decretado que debe sufrir, los problemas lo hostigan por todas partes, en su salud, en su humor, en la paz doméstica, en el sustento, y también lo contrario es verdad.
Se debe saber que la menor de las molestias, hasta una picazón en la cabeza, forman parte de los sufrimientos decretados por el Tribunal Celeste. La más pequeña herida en el dedo de un hombre, es causada por una decisión Celeste, como está escrito (Salmos 37:23): "Los pasos del hombre son establecidos por el Eterno", y (Proverbios 20:24): "¿Cómo puede el hombre entender su camino?" Por lo tanto, el hombre debe darse cuenta de esto para arrepentirse, y no considerar estos simples acontecimientos como causados por la naturaleza o el azar.
 
¿Cuál es la mínima medida para que algo sea considerado como un sufrimiento? Enseñaron los Sabios que aun hasta coserte un vestido que no te sienta bien, o ponerte la blusa al revés. Incluso ordenar una bebida caliente en un restaurante y recibir una fría, o lo contrario. O cuando quieres sacar tres monedas de tu bolsillo y te salen sólo dos, esto también se considera un sufrimiento…
 
Debe penetrar bien en el corazón del hombre, la creencia que cada alegría y felicidad, pena o dificultad, no es ni un azar ni un error sino que está todo dirigido desde lo Alto, según sus propias acciones.
 
 
Continuará…
 
(Extraído del libro "En el Jardín de la Fe" por R.S. Arush, Director de las Instituciones "Jut Shel Jésed"– "Hilo de Bondad")

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1. Dely

3/11/2019

Esperamos el continuará

Excelente escrito. Gracias

2. Dely

3/11/2019

Excelente escrito. Gracias

3. Marcela Silveira

12/06/2016

Gracias

Gracias

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