¡Nunca te des por vencido!

Una vez un grupo de ratones cayeron dentro de una olla de leche y se estaban ahogando. Algunos de ellos perdieron las esperanzas de inmediato, pues realmente, ¿qué podían hacer?...

5 Tiempo de lectura

Rabino Yaakov Meir Schechter

Posteado en 06.04.21

Una vez un grupo de ratones cayeron dentro de una olla de leche y se estaban ahogando. Algunos de ellos perdieron las esperanzas de inmediato, pues realmente, ¿qué podían hacer? La leche les cubría la cabeza…

Las cualidades de Fe y Simplicidad fueron adoptados por los más grandes hombres de la historia judía que incorporaron y desarrollaron en sí mismos estas cualidades. Se cuentan innumerables historias sobre nuestros Sabios que perseveraron en sus estudios de Torá aún en épocas en que todos sus esfuerzos parecían en vano. Y la verdad es que precisamente por esta razón, eventualmente tuvieron una gran recompensa, a pesar de las dificultades que parecían imposibles de superar.
 
LA CONVICCIÓN DE RABI AKIVA
 
Rabi Akiva comentó en el versículo: "Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no retires tu brazo…". (Eclesiastés 11:6). "Si formaste alumnos en tu juventud", Dijo,  "forma más en tu vejez". Rabi Akiva constituyó un ejemplo perfecto de una persona que mantuvo su objetivo en mente enfrentando los más dolorosos obstáculos. Años de arduo trabajo y sacrificios dieron como producto sus 24.000 alumnos. Sin embargo, se le murieron todos en un año, entre la festividad de Pesaj y Shavuót. Estos alumnos habían recibido de él toda la Torá Oral, y su muerte dejó al mundo desolado. Inclusive hasta el día de hoy guardamos luto por ellos durante las semanas de "Sefirat HaOmer" en las cuales fallecieron.
 
A pesar de todo, aún después de esta terrible tragedia, Rabi Akiva no descansó ni tampoco se desesperó. Continuó en su visión sin considerar el éxito ó el fracaso, pensando solo en su responsabilidad, cumpliendo con el versículo "y a la tarde no retires tu brazo". Siendo ya de avanzada edad, tomó cinco brillantes alumnos del sur de Israel y comenzó de nuevo. Lo cual nos demuestra su tremenda convicción, después de haber llegado a tener 24.000 alumnos.
 
CINCO GRANDES LUMINARIAS
 
Fueron precisamente estos cinco alumnos de Rabi Akiva quienes iluminaron el mundo entero con su erudición. Toda la Torá Oral que tenemos hoy en día proviene de ellos. Sus nombres son Rabi Meir, Rabi Shimón bar Yojai, Rabi Yehuda bar Ilai, Rabi Elazar ben Shamúa y Rabi Yosi.
 
RABI MEIR – Una de las influencias más formativas de la Mishná (las Mishnayót anónimas son en su mayoría, atribuidas a él). El Santo Ari reveló que la alma de Rabi Meir se derivaba del talón de Adán (el primer hombre), el cual brillaba con tal intensidad que opacaba al sol, y Rabi Meir tuvo el mérito de heredar esta luz.
 
RABI SHIMON BAR YOJAI – Rabi Aba dijo de Rabi Shimon: "Si las únicas palabras que hubieran sido dadas en el Monte Sinai fueran "Y Di-s dijo", bar Yojai y sus secretos serían suficientes para el mundo". Rabi Shimon les dijo a sus alumnos: "Estudien mi Torá, que es lo mejor de la Torá de Rabi Akiva ben Yosef". Y dice en el Zohar: "Los judíos serán redimidos piadosamente del exilio por causa de las enseñanzas de Rabi Shimon". Fue él quien garantizó que la Torá nunca será olvidada por el pueblo de Israel.
 
RABI YEHUDA BAR ILAI – Siempre que en el Talmud se menciona un cierto jasid, un devoto sin nombre, se refiere a Rabi Yehuda bar Ilai, quien estudió Torá con absoluta entrega y devoción. Explica el Talmud que el versículo "La gracia es falsa y la belleza es vacía" se refiere a las generaciones de Moisés y del rey Jiskiyahu (Ezequías). Pero con respecto a la generación de Rabi Yehuda bar Ilai, dice el versículo, "una mujer temerosa del Señor es la que será elogiada" (Proverbios 31:30).
 
RABI ELAZAR BEN SHAMÚA – Este es el Rabi Elazar mencionado a lo largo de la Mishná y la Braita )Mishná externa). Su corazón era tan amplio como la entrada a un palacio. Fue uno de los maestros de Rabi Yehuda HaNasí, autor de la Mishná.
 
RABI YOSI – Rabi Yosi es mencionado a lo largo de la Mishná y la Braita. En discusiones del Talmud, la Halajá es siempre de acuerdo con su opinión, y lo llamaban "El Profundo", pues siempre tenía razones muy profundas para explicar todo lo que decía. Fue un hombre muy piadoso y el Profeta Eliahu lo visitaba con frecuencia. Es autor del libro Seder Olam.
 
Estos cinco santos Tanaítas probaron su equivalencia con los 24.000 alumnos de Rabi Akiva. Nuestros Sabios dicen que sólo ellos reestablecieron la Torá en Israel.
 
Rabi Akiva alcanzó el éxito gracias a su perseverancia, incluso cuando el trabajo de toda una vida – sus 24.000 alumnos – fue borrado en unos días, pero para él una sola cosa era clara – su responsabilidad, sin mirar los resultados. Por lo tanto, tan terrible como fue este revés, no lo detuvo ni lo hundió, sino que siguió estudiando y enseñando y propagando la Torá en Israel, hasta que con estos cinco alumnos del sur, iluminó el mundo entero para todos los tiempos.
 
Nuestros Sabios atribuyen esta misma cualidad a Boaz: "Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no retires tu brazo". "Si criaste hijos en tu juventud, cría más en tu vejez". Boaz tuvo 30 hijos y 30 hijas, los cuales murieron todos durante su vida. Y a pesar de ser un anciano de avanzada edad, Di-s le dio la oportunidad de hacer el bien con Ruth y cumplir con el versículo "… y a la tarde no retires tu brazo ". De esta unión emerge el linaje de la Casa del Rey David y todos los Reyes de Yehuda, incluyendo el propio Mesías.
 
TEN FE EN DI-S Y PLANTA
 
El Gaón de Vilna decía que todas nuestras acciones en este mundo, tanto físicas como espirituales, se comparan al acto de plantar una semilla. Lo que está en nuestras manos hacer es arar y sembrar – la lluvia, el rocío, si crece bien ó se marchita, está completamente en manos de Di-s. La persona tiene que esforzarse, sin perder tiempo en preocuparse por los resultados, los cuales dependen solamente del Todopoderoso. Si uno dedica el día entero al estudio de Torá, tiene que sentirse contento de que está haciendo lo máximo que Di-s quiere de él, y cada día debe seguir adelante sin preocuparse por los resultados de ayer. Por supuesto que uno debe rogarle a Di-s que lo ayude a tener éxito, pero ese deseo de progresar no debe enceguecerlo ni obstaculizar su lento crecimiento diario. Los frutos obtenidos después de un largo período de esfuerzo y superación y de numerosos obstáculos y pruebas, son mucho más dulces que los triunfos obtenidos en un instante.
 
HAZ LO QUE PUEDAS
 
Escuché un cuento gracioso sobre este tema. Una vez un grupo de ratones cayeron dentro de una olla de leche y se estaban ahogando. Algunos de ellos perdieron las esperanzas de inmediato, pues, realmente, ¿qué podían hacer? La leche les cubría la cabeza… La muerte ya los miraba de frente. Pero otros entre ellos no se desesperanzaron, quizás todavía quedaba algún chance de vivir… y empezaron a saltar con todas su fuerzas. Con cada salto lograban respirar un poquito, pero volvían a caer en la leche desvalidos. Sin embargo, siguieron brincando. Eso era lo único que podían hacer en esos momentos difíciles: brincar y brincar incontables veces, esperando que Di-s los viera y se apiadara de ellos. Finalmente, y sorprendentemente, precisamente por no haber desistido, y por haber actuado rápidamente en su deseo de asir unos instantes más de vida aún cuando todo parecía estar perdido, que se lograron salvar. Porque, como es sabido, cuanto más se revuelve la leche más rápido se cuaja – con tantos saltos, se fue formando un grumo de mantequilla, que se fue adhiriendo a la pared interna de la olla, gracias al cual los ratoncitos pudieron escalar y ascender hasta lograr salir a salvo de la olla.
 
Este es un buen ejemplo para cualquiera que esté angustiado; aún cuando todo parece estar perdido, Di-s nos libre, debemos hacer algo, aunque sean actos que sólo traen un alivio momentáneo; es mejor que caer en la desesperanza. Haz lo que puedas hacer. Di-s va ayudar, y la salvación va a venir de una forma tan sorprendente que nunca se te hubiera ocurrido. Y entonces se cumplirá el versículo: "Y el Señor tu Di-s te bendecirá en todo lo que hagas". (Deuteronomio 15:18).
 
(Utilizado con permiso del autor. Extraído del libro "En Todos Mis Caminos", Publicaciones "Keren Or").

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario