Ventanas del Alma

El Rabino Arush explica que, según el sagrado libro del Zohar, la única forma en que la Mala Inclinación puede entrar a la persona es a través de los ojos…

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Yehudit Bell

Posteado en 05.04.21

El Rabino Arush explica que, según el sagrado libro del Zohar, la única forma en que la Mala Inclinación puede entrar a la persona es a través de los ojos…

Nuestro querido Maestro y guía espiritual, el Rabino Arush, enseña que los hombres tienen que cuidar los ojos. Pero también les dice a las mujeres que hagan lo mismo. ¿Por qué? ¿Acaso tenemos los mismos problemas que tienen los hombres? ¿Qué es lo que quiere el Rabino Arush de nosotras?

En una clase que el Rabino dio hace poco, él explicó que, según el sagrado libro del Zohar, la única forma en que la Mala Inclinación puede entrar a la persona es a través de los ojos. Es por eso que la gente ciega no suele tener tanta inclinación al mal. El Rabino Arush explicó que el principal problema que tenemos las mujeres al no cuidar los ojos es que perdemos el contacto con HaShem, el Creador del Universo.

¿De qué modo ocurre esto? Cuando una mujer va caminando por la calle, yendo de compras o haciendo diligencias y mira a otras mujeres, cómo van vestidas, etc., tal vez con ropa muy de moda, súper elegantes, puede ocurrir que ella se quede insatisfecha con su propio aspecto. Muchas veces la ropa de moda que se ve en las vidrieras de los negocios empieza a atraernos. ¿Por qué no podemos vestirnos como ellas, por qué no tenemos el mismo aspecto elegante que ellas?

Entonces se despierta el deseo de lucir atractivas. A veces esto empieza en forma muy inocente, queremos lucir atractivas para nuestro marido, así que empezamos a fijarnos en la ropa que está de moda. Esto nos lleva a empezar a mirar revistas. Lo primero que advertimos es que todas las mujeres son flacas, hermosas y absolutamente perfectas.

Ahí es cuando nos miramos a nosotras mismas. Ay… si tan sólo luciéramos tan bien como ellas… Esto nos causa mucho daño. El paso siguiente es empezar a fijarnos en nuestro aspecto en forma constante, criticando el bello cuerpo que nos dio HaShem. Muchas de nosotras tuvimos el mérito de tener hijos. Eso implica que ya no tenemos el aspecto de una joven de dieciséis años. Esto está muy bien, pero nuestros ojos nos engañan y nos dicen que ahora lucimos muy mal, que somos feas, gordas y faltas de todo atractivo. Esto nos causa un sufrimiento indescriptible.

De este modo acabamos de ser oficialmente presentadas al taavat niuf, los deseos inmorales. El próximo paso es empezar a hacer dieta, ejercicio, comer, morirnos de hambre y entonces odiarnos aún más que antes. Entonces nuestros ojos miran una película o un programa de TV y vemos cómo las actrices están tan bien vestidas y bien arregladas. Esto a su vez hace que queramos ir a la manicura, comprar ropa más fina, en los negocios más exclusivos, que usemos maquillaje costoso ¡y a veces hasta que nos hagamos cirugía plástica! (la panza chata siempre luce mejor…) y entonces derrochamos mucho más tiempo y mucho más dinero en embellecernos a nosotras mismas. En sufrir. ¡¡Estamos tan lejos de HaShem por estar tan concentradas en nuestro aspecto!! Pero la Mala Inclinación no sufre. ¡Al contrario – Está encantada! ¡¡¡Por fin te consiguió!!!

Hay otro punto más en este tema que querría mencionar. Es un poco doloroso, pero seamos honestas: tú no puedes ver el maquillaje que tienes puesto. Muy probablemente ya seas inmune a la fragancia de tu carísimo perfume después de la primera vez que te lo pusiste. Pero los demás sí pueden ver el rostro pintado y pueden oler el perfume. La pregunta es: ¿Cuánto de nuestro deseo de lucir bien está basado en la necesidad de que los otros hombres afirmen que somos atractivas y deseables? Acaso estás siendo justa con esas mujeres cuyos maridos se sienten atraídos a ti? Sé honesta contigo misma. Pregúntate por qué tienes necesidad de la aprobación de los demás. Si conocieras tu verdadero valor como "bat Mélej" (Hija del Rey) y supieras cuánto te ama Di-s, no tendrías necesidad de nada ni  nadie (incluyendo el maquillaje, la ropa cara y las dietas de moda) para conocer tu propio valor. Esto se puede aprender únicamente estando cerca de HaShem. ¡Y la cercanía con HaShem sólo puede lograrse con Hitbodedút (la Plegaria Personal) y rezos!

Las mujeres judías siempre han mantenido al pueblo unido a través de su recato. No hay historias de mujeres judías escapándose con algún midianita o un moabita… Jamás participamos en las orgías de los gentiles. Siempre supimos quién era el padre de nuestros hijos. Eso fue lo que nos separó de las naciones inmorales que nos rodeaban. Nosotras siempre hemos mantenido junto al Pueblo de Israel. Cuando los hombres se divorciaron de sus mujeres en Egipto, nosotras lustramos nuestros espejos de cobre para embellecernos e instar a nuestros maridos a que volvieran a casa… ¡Teníamos Emuná – la fe completa en el Creador! Nos negamos a dar nuestras joyas de oro a la construcción del Becerro de Oro. No les creímos a los espías que habían vuelto de Canaán con un mal informe de la Tierra. Siempre tuvimos Emuná y siempre estuvimos cerca de HaShem y siempre fuimos modestas. Ésas somos nosotras. ¡Conócete a ti misma!

En su libro La Sabiduría Femenina, el Rabino Arush explica que la verdad trae satisfacción (cap. 30). Uno no puede tener Emuná a menos que tenga verdad. Al cuidar los ojos, no sólo evitaremos alejarnos de HaShem sino que obtendremos Emuná y verdad. ¡Y esa verdad también nos va a ayudar a bajar de peso! ¡Debemos internalizar la verdad de nuestra propia auto-estima! Emuná es plegaria. Cuando viajamos en autobús o vamos a hacer una caminata, lo mejor es leer Tehilim o hacer hitbodedut. Esto te va a dar Emuná y cercanía con HaShem, no la falsedad de la belleza y la necesidad de que los otros confirmen tu atractivo. La verdadera bat Melej posee una belleza interior que se irradia desde adentro hacia afuera. Eso es lo que percibe su marido. En La Sabiduría Femenina, el Rabino Arush explica que nuestra futura redención llegará por el mérito de las mujeres (Midrash Zutá, Rut), así como ocurrió con la Redención de Egipto.

Al cuidar los ojos, y mantenerte conectada con HaShem todo el tiempo, ¡estás acercando la Gueulá Shelemá, la Redención Final! Que sea muy pronto en nuestros días, ¡¡Amén!!

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