La Boda Eterna

El Creador le confiere la Ketubá a cada miembro del Pueblo Judío de una manera especial que se adapta a esa persona a la perfección...

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 18.03.21

El Creador le confiere la Ketubá a cada miembro del Pueblo Judío de una manera especial que se adapta a esa persona a la perfección. Di-s Se dirige a cada uno de nosotros en forma individual y proclama: “La Torá es únicamente para ti”…

Construyendo una Relación de Amor

Estamos todos invitados al gran acontecimiento: ¡La magnífica boda que tendrá lugar en Shavuot, la festividad de la Entrega de la Torá! Se trata de la boda del Pueblo de Israel -la novia- y Di-s, el Rey del Universo -el novio-.

Es una invitación que nos llega desde la antigüedad: una invitación escrita hace muchísimo tiempo que vuelve a cobrar actualidad cada año. Este palio nupcial y esta boda tienen lugar cada año en el mes de Siván, en el momento de la entrega de nuestra sagrada Torá.

Para que el novio tenga un lazo de amor con su novia, debe saber que ella es para él la única mujer en todo el mundo, desde el momento en que la eligió para ser su novia. ¿Por qué? Porque desde el momento en que sabe que es su novia, ésta es su esposa con la que va a convivir hasta los ciento veinte años, y que ella es la única mujer en todo el mundo para él… entonces ella es su pareja verdadera, una pareja “formada en el Cielo”.

La novia también debe cumplir con las condiciones que se le exigen, como por ejemplo, vestirse con recato (también antes de la boda, pero mucho más después de casada). También tiene que saber que para ella su novio es el único hombre, que él es su verdadera pareja, formada en el Cielo.

En el momento en que la pareja toma conciencia de esto, recién entonces, puede lograr construir una relación de amor. Únicamente así los dos pueden crear el matrimonio que se prometieron el uno al otro bajo el palio nupcial. Únicamente así podrán ser como Adam y Java (Adán y Eva) en el Jardín del Edén y tendrán el mérito de recibir la bendición que se recita bajo el palio nupcial: “Alegra a los amados compañeros como alegraste antaño a Tus criaturas en el Jardín del Edén”.

En esta bendición Le pedimos a Di-s que alegre los corazones de la joven pareja igual que alegró a Adam y Java en el Jardín del Edén. Les ofrecemos nuestros deseos de que sean felices el uno con el otro y que cada uno vea al otro como su único compañero.

¿De qué modo la pareja alcanza la armonía conyugal? Cuando cada uno no compara a su pareja con nadie en el mundo. Así como Adam y Java eran las únicas personas que vivían en el mundo, así también los esposos deben estar totalmente consagrados el uno al otro, sin comparar nunca a su pareja con otra persona.

La boda del Creador con la Nación Judía

El 6 de Siván, que es el día de la Entrega de la Torá, el pueblo de Israel avanza como una novia rumbo al palio nupcial y ese día recibe la Ketubá, el contrato matrimonial, de manos del Rey del Universo. Di-s ama al Pueblo de Israel, que es Su novia, con un amor poderoso y eterno, tal como está escrito: “Con un amor eterno Tú nos amaste, oh Di-s”. Él se compromete a Sí Mismo con esta Ketubá a darnos todo el bien del mundo entero, a proveernos de sustento, a ocuparse de nosotros y amarnos, así como el novio en el contrato matrimonial se compromete a ocuparse de su novia.

El Novio -Di-s- ama a Su novia, el Pueblo de Israel y cumple con todas las exigencias que se esperan del novio. La novia también debe amar al novio y cumplir con sus obligaciones hacia Él. Pero ¿qué ocurre si ella se descarría? ¿Qué ocurre si ella mira en otras direcciones? ¿Si ella se deja llevar por el mundo físico; le encanta el mundo material, con su falso brillo y sus amargos señuelos?

¿Cómo se puede mantener esta relación genuina y sagrada si la novia se deja arrastrar a campos extraños? Ésa no es la manera de aceptar el contrato de la Ketubá, que es la sagrada Torá. Aceptar la Torá no es una frase vacía, sin contenido: “Ellos aceptan la sagrada Torá” no significa que aceptaron el libro y luego lo dejaron en el estante para que junte polvo. Eso no se considera “aceptar la Torá”.

Aceptar la Torá significa ¡estudiarla! La Torá tiene relevancia para cada uno de nosotros, de un modo muy personal y muy individual. Di-s le confiere la Ketubá a cada miembro del Pueblo Judío de una manera especial, que se adapta a esa persona a la perfección. Di-s Se dirige a cada uno de nosotros en forma individual y proclama: “La Torá es únicamente para ti”.

Cómo encontrarnos a nosotros mismos en la Torá

Con sólo abrir la Torá y contemplarla podemos obtener las directivas relevantes sobre cómo vivir la vida, así como también el consejo y el aliento que necesitamos para fortalecernos y despertarnos. La Torá contiene las herramientas necesarias para poder enfrentar las dificultades y los desafíos que se nos presentan en el camino a lo largo de la vida. La Torá contiene ética que nos ayuda a descubrir y reparar nuestras faltas, y darnos cuenta de que el Creador vela por nosotros, tanto a nivel individual como a nivel mundial.

“Entonces dije: ‘He aquí que he venido’ con un rollo de libro escrito para mí. Oh Di-s, deseé cumplir con Tu Voluntad y tener Tu Ley en mis entrañas” (Salmos 40:8,9).

Rabi Najman de Breslev dice que cada vez que estudiamos un libro (ya sea Mishná o Talmud), debemos encontrar en él a nosotros mismos. Tenemos que descubrir el ética que se aplica a nosotros como individuos, así como también el consejo relevante que Di-s nos está dando a través de las palabras del libro -El libro-. Ésta es la señal de que “desea cumplir con Tu Voluntad”, continúa Rabi Najman, la señal de que la novia cumple con la voluntad de su novio (Likutey Moharán 121).

Cuando buscamos esta ética en todo libro que aprendemos, esto nos demuestra que estamos buscando la cercanía del Creador y que queremos servir a HaShem. Sin embargo, si el aprendizaje es en pos de la arrogancia, en otras palabras, si solamente deseamos afinar nuestra capacidad intelectual y adquirir más información, no estamos tratando de cumplir con la voluntad de nuestro Creador. Por el contrario: solamente nos estamos alejando de nuestro verdadero propósito en la vida.

La arrogancia

Rabi Najman nos advierte que debemos alejarnos lo más posible de la arrogancia, porque cuando la persona es arrogante, cree que sus logros son producto de “Mi propia fuerza y el poder de mi mano me han traído todo este éxito”. Entonces se aleja de la verdad, de conocer la verdadera y única realidad: que Di-s creó, dirige y supervisa a la Creación y a todas sus criaturas.

Uno de mis estudiantes abrió una fábrica en la Diáspora (últimamente me enteré de que existe una sucursal en Israel) que produce un cerrojo que se abre al reconocer las huellas digitales de su dueño. La persona puede comprar ese cerrojo para la puerta de entrada de su casa y ajustar el cerrojo para que reconozca las huellas digitales de toda su familia. Y como ya no necesitan usar llaves, dejan de preocuparse por la posibilidad de perder las llaves y tener que cambiar el cerrojo.

A toda persona extraña le resulta imposible abrir el cerrojo, porque cada individuo posee sus propias huellas digitales. ¡Qué Supervisión Divina más increíble! HaShem creó a cada persona como un individuo único e irremplazable, distinto de todos los demás.

Rabi Najman de Breslev nos advierte con insistencia que nos cuidemos de la arrogancia, porque la arrogancia hace que la persona se aleje de HaShem. El arrogante es incapaz de ver las maravillas de la Creación y las maravillas del Creador.

Hace doscientos años, Rabi Najman de Breslev dijo que Di-s no hace dos veces lo mismo. Cada individuo es único y singular. Nunca ha habido ni nunca habrá dos personas exactamente iguales. Cada creación es algo individual, diferente de todo lo demás y de todos los demás en todo el universo.

La renovación constante

La Supervisión Divina se asegura de que no haya dos criaturas iguales porque, en Su increíble Bondad, Di-s renueva cada día el acto de Creación.

Esto puede ilustrarse con un ejemplo: cuando pronunciamos una berajá -una bendición- por el fruto de un árbol, decimos: “Quien crea el fruto del árbol”, usando el tiempo presente, porque el Creador renueva cada día en Su gran Bondad el acto de Creación. No decimos la berajá por un fruto que fue creado durante los Seis Días de la Creación, sino que bendecimos el fruto que fue creado como resultado de la renovación del acto de la Creación.

¿Cómo erradicamos la arrogancia, para que podamos alcanzar una relación profunda con nuestro Creador?

Rabi Najman de Breslev afirma que hay quienes piensan que el mundo necesariamente debe existir, pero están equivocados. Di-s es el Único que necesariamente debe existir, mientras que el mundo tiene solamente una “posibilidad” de existencia, porque Di-s podría haber elegido no crearlo. Sin embargo, ahora que existe el Pueblo Judío, el mundo también tiene que existir, porque todo el mundo fue creado en pos del pueblo de Israel (Likutey Moharán 52).

Di-s creó el mundo en pos del pueblo de Israel. ¡Nosotros somos el propósito de toda la Creación! Por eso, de nosotros depende descubrir el propósito de nuestra creación.

“La principal razón por la que Di-s creó el mundo es para que cumplan con Su Voluntad y se aferren a su propia raíz. Esto significa que ellos deberían retornar y quedar incluidos en Él, porque Él necesita toda la existencia y con este propósito fue creado todo” (ibíd).

¿De qué modo obtenemos el mérito de estar conectados y estar incluidos en Di-s?

“Esto es posible únicamente a través del bitul, de la abnegación. Uno debe negarse a sí mismo por completo, hasta quedar incluido en la Unidad de Di-s” (ibíd.).

Esto significa que debemos encontrar nuestras bajezas y nuestras faltas “en el libro escrito para mí”.

¿Qué es lo que impide que la persona quede incluida en su Creador? ¿Por qué no puede negarse a sí misma completamente hasta quedar incluida en su Creador? ¡Por culpa de la arrogancia! Únicamente el “yo” y “Mi propia fuerza y el poder de mis manos” es lo que evita que la persona se conecte con el Todopoderoso. ¡La arrogancia es lo único capaz de evitar que la persona vea que las maravillas de este mundo están guiadas por la mano de Di-s!

“Por medio de la arrogancia, el corazón y los ojos de la persona se cierran y no pueden ver las maravillas de HaShem ni temerle” (El Libro de los Atributos).

El Bitul

Toda la Creación está repleta de las maravillas de Di-s, pero la arrogancia le cierra los ojos y el corazón a la persona, y entonces no puede percibirlas. “La persona arrogante no tiene el privilegio de entender que Di-s gobierna todo”.

Únicamente cuando nos negamos a nosotros mismos, lo cual significa que destruimos nuestra arrogancia, somos capaces de percibir estas maravillas y darnos cuenta de que hay un “Dueño del Castillo”. ¡Hay Alguien que nos protege! ¡Hay un Creador del Universo!

¿De qué modo eliminamos nuestra arrogancia? “A través de la fe uno tiene el poder de quebrar la arrogancia” (ibíd.). A través de la fe, preparamos un receptáculo para aceptar toda la influencia Divina, tal como está escrito: “El hombre de fe tiene muchas bendiciones”.

¿Cómo alcanzamos este nivel de fe, que conduce al bitul? “Sólo se puede alcanzar el bitul a través de la Hitbodedut. Cuando uno se aísla y conversa con su Creador, está negando sus deseos físicos y sus defectos, hasta que finalmente niega todas sus tendencias materialistas y queda incluido en su Raíz”.

Rabi Najman agrega: “Cuando uno se aísla y conversa con su Creador y aparta su corazón de todas las ocupaciones de este mundo a fin de merecer el bitul, entonces merece que su alma quede incluida en Aquél toda la existencia Lo necesita, tal como se mencionó antes, y todos los mundos quedarán incluidos en su alma, y ambos quedan entonces incluidos en Aquél que toda la existencia Lo necesita” (ibíd.).

A través de las palabras de la plegaria, el apaciguamiento, la apreciación y las gracias al Creador por todo lo que Él, y sólo Él, nos prodiga, podemos alcanzar este bitul. Sí. Hace falta un gran esfuerzo y mucho tiempo, pero al final mereceremos quedar incluidos en nuestra raíz, desarrollando una verdadera relación con el Creador.

Los preparativos para la Boda

Así es como la novia debe prepararse para el día de su boda: con humildad, con recato y con un fuerte deseo de crear una relación genuina y eterna con su Novio, el Rey de Reyes, ella debe aceptar de buena gana la Ketubá que Él preparó para ella. Cada judío va a su propia boda personal con el Creador y acepta la Torá. No deberíamos simplemente aceptar la Ketubá de Di-s, sino más bien deberíamos aprender de ella nuestro musar personal, tal como dijo Rabi Najman: “Esto significa que uno debe obtener musar (ética) para sí mismo y ver su propia bajeza y sus propias faltas en cada lugar y en cada libro sagrado”. Eso es señal de que desea cumplir con la Voluntad de HaShem, Bendito Sea”.

Que el Creador nos conceda a cada uno de nosotros, el pueblo de Israel, de ir al palio nupcial y aceptar la Ketubá, es decir, la sagrada Torá, y descubrir la ética especial y única que está dirigido en forma individual a cada uno de nosotros. Y que cada uno de nosotros pueda llegar a entender lo que debemos hacer como individuos únicos e irremplazables, negando nuestra arrogancia y quedando incluidos en nuestra Raíz, nuestro Padre en el Cielo.

¡Que tengamos el mérito de lograr nuestra completa rectificación espiritual muy pronto en nuestros días, Amén!

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1. Sheila Zepeda

6/04/2022

Wow Rab. Arush, agradezco tanto al Eterno por su vida y en mis plegarias está cada día y le bendigo por tanto amor del Creador revelado que nos comparte.
Mi plegaria la uno a la suya…entender lo que debo hacer como individuo único e irremplazable, negando mi arrogancia y quedando incluida en nuestra Raíz, nuestro Padre en el Cielo.
Gracias !!
BARUJ ATAH HASHEM

2. todaRaba por la gran enseñanza saludos ami More

6/04/2022

todaRaba a mi Rabino Yonatan qué lo bendiga siempre todaRaba por su gran enseñanza qué le de muchas bendiciones a él y a familia

Gracias por tu respuesta

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