A La Luz del Shabát – Vaetjanan

Un día, sintió un hombre deseos de comer pescado. Fue a la pescadería, eligió un pescado y pagó su precio. Le preguntó al vendedor: "¿Cómo debo prepararlo para poder comerlo?"…

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Maór HaShabát

Posteado en 06.04.21

Un día, sintió un hombre deseos de comer pescado. Fue a la pescadería, eligió un pescado y pagó su precio. Le preguntó al vendedor: "¿Cómo debo prepararlo para poder comerlo?"…

Sal y Pimienta
"Y los cuidareis y los haréis…" (Deuternomio 4:6)
 
Hay muchos de nosotros a quienes les encanta escuchar una charla amena, una bonita frase. Escuchan con curiosidad una conferencia, prestan oídos atentos a una clase de Torá – pero están lejos de llevar a la práctica todo lo que aprendieron. No ejercen todo lo que escucharon y estudiaron.

Dice elversículoen nuestra Parashá: "Los cuidareis y los haréis". Explica Rashi: "Los cuidareis" se refiere al estudio, "los haréis", como la frase lo indica, no alcanza con escuchar, sino que es preciso hacer, poner en práctica lo aprendido. Y ellos, con permiso de ustedes, ¿a quién se comparan? A un hombre que vivía solo, aislado, sin hijos y preparaba todos los días su vianda.

Un día sintió deseos de comer pescado. Fue a la pescadería, eligió un pescado y pagó su precio. Le preguntó al vendedor: "¿Cómo debo prepararlo para poder comerlo?".
 
El vendedor se encogió de hombros y llamó a su esposa, quien solícitamente le escribió la receta sobre una hoja – como se limpia, como se condimenta, como se cocina, con qué se acompaña. Feliz, dobló la hoja y la guardó en su bolsillo. Tomó la bolsa con el pescado y se fue. ¡Hoy comerá un exquisito pescado!

Regresó a su casa, dejó la bolsa sobre la mesa y se dispuso a preparar los ingredientes y los utensilios que necesitaría para preparar el sabroso plato. De repente apareció a hurtadillas un gato, que avanzó sigilosamente y… ¡Ay! Tomó el pescado en su boca y huyó velozmente. Al escuchar los ruidos, el hombre se dio vuelta y alcanzó a ver al gato que se escapaba con su pescado. Una amplia sonrisa se dibujó en su rostro, meneó su cabeza dirigiéndose al gato y le dijo: "¡¿Para qué te servirá el pescado, querido, si la receta se encuentra aún en mi bolsillo?!…".

 
 
Sepamos todos: Los condimentos de los Preceptos son como la receta, los ingredientes agregan sabor a los Preceptos, pero lo substancial son los Preceptos mismos y su cumplimiento. Es importante escuchar palabras de Torá, relatos que nos muestran las cualidades de nuestros rabinos y Sabios y además de disfrutarlos, aprender de ellos y llevarlos a la práctica.
Rab Iaacob Israelson zt"l fue, durante más de cuarenta años, Rosh Kolel de la Yeshivá más grande e importante de la ciudad de Rejovot, Israel.
Estaba acostumbrado a viajar diariamente a su trabajo en colectivo. Cada mañana subía al colectivo a las 8:30. La parada estaba justo frente a su casa.
En ese horario el colectivo era conducido siempre por el mismo chofer, que conocía a cada uno de los pasajeros fijos que subían al mismo cada día, y sentía especial admiración por la personalidad de este Rab.
Un día, unos siete años atrás, el colectivo llegó a la parada y el Rab todavía estaba en la vereda de enfrente. Para llegar al colectivo, debía cruzar la calle. El chofer lo vio y le hizo señas indicándole que lo esperaba, no tenía necesidad de apurarse. Sin embargo, a pesar de su avanzada edad, y a pesar de la calma y la tranquilidad que lo caracterizaron durante toda su vida, se apuró y corrió para cruzar la calle lo más rápido que pudo, en dirección al colectivo.

Cuando subió al colectivo, el chofer le preguntó: "Rab, por qué corrió y se apuró tanto, si yo le había hecho señas que lo esperaba".

Le respondió el Rab, con la sonrisa que permanentemente se dibujaba sobre su rostro: "Las personas que viajan en el colectivo están apuradas y esperan a que yo suba, ¿Cómo podría robarles de su tiempo?
Se conmovió el chofer. ¿Es posible que existan en el mundo personas que piensen en el semejante de tal forma, hasta el punto de cuidarse de no robarle su tiempo, aunque se trate solo de algunos segundos…? El conductor pudo percibir en la actitud del Rab la fuerza de la Torá, que purifica a la persona y comenzó a interesarse por el judaísmo, en un principio comenzó a ponerse Tefilin entre los viajes, más tarde a hacer Tefilá antes de ir a trabajar… hasta que finalmente se convirtió en una persona observante de la Torá y los Preceptos.
 
Siguiendo con los viajes en colectivo… escuché de un episodio ocurrido con un pequeño, que al subir al colectivo le pidió al conductor que le cobrara dos boletos. Este, mirando detrás del niño le preguntó: ¿Por qué quieres pagar doble, si viajas solo? A lo que el niño respondió: "Ayer me equivoqué y viajé una parada de más, como no pagué por ello, quiero saldar mi deuda". Impresionado por la conducta del niño, dijo el conductor: "Si un niño se comporta de esta forma, es una clara señal que la Torá es Eterna y Verdadera".
 
 
– Tomado y Editado de Maor HaShabát, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable: Eliahu Saiegh –
 
(Gentileza de www.Tora.org.ar)

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1. Telma Benavides

3/23/2020

Gracias rabino descubrí que soy muy perjuiciosa y que lastimó a otros con mi manera de ser.Hoy esta palabra a purificado mi alma

2. Blanca Caridad CARIDA DOMIMGUEZ

7/25/2018

Muchas gracias Rabino Shalom Arush por tan hermoso video e información

DEFINITIVAMENTE NUESTRO COMPORTAMIENTO HABLA DE SI TENEMOS CONOCIMIENTO DE TORAH O NO LO TENEMOS.

3. Blanca Caridad CARIDA DOMIMGUEZ

7/25/2018

DEFINITIVAMENTE NUESTRO COMPORTAMIENTO HABLA DE SI TENEMOS CONOCIMIENTO DE TORAH O NO LO TENEMOS.

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