El judío simple

Moisés reúne a todo el pueblo judío el día en que fallece a fin de reafirmar el compromiso del pueblo al sagrado pacto de Hashem

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 05.04.21

“…desde los leñadores hasta los aguateros” (Deuteronomio 29:10)

 

Moisés reúne a todo el pueblo judío el día en que fallece a fin de reafirmar el compromiso del pueblo al sagrado pacto de Hashem. En la porción de la Torá de esta semana, comienza diciendo: “Todos ustedes se encuentran ante Hashem su Dios  -sus líderes, sus tribus, sus ancianos-  cada israelita!”.  Se entiende claramente que toda la nación se ha hecho presente, puesto que Moisés no dice solamente “todos ustedes” sino que enfatiza ciertos segmentos de la población.

 

Parece más que obvio que no falta nadie. Sin embargo, Moisés no corre ningún riesgo; él quiere estar absolutamente seguro de que cada judío hasta el final de los tiempos, comprenda perfectamente bien que él o ella es un socio de derecho completo en el pacto sagrado, con todos los derechos y todos los deberes que eso implica. Es por eso que Moisés continúa en lo que parece ser superfluo y enfatiza: “Sus hijos, sus mujeres, sus conversos en medio de su campamento, desde sus leñeros hasta sus aguateros”. ¿Por qué Moisés los menciona uno por uno? ¿Y por qué menciona en forma específica a los leñeros y los aguateros? ¿Por qué ellos son más significativos que otros trabajadores o artesanos?

 

Esto es para asegurarse de que todos, hasta el final de los tiempos, sepan que no sólo están incluidos sino que son plenos accionistas del pacto del pueblo judío con Hashem. Tal vez los hijos digan: “Nosotros no, ni siquiera somos todavía bar mitzvá o bat mitzvá”.

 

La Torá dice: “Sí, los niños también!”.

 

Tal vez las mujeres digan: “Tal vez la Torá sea machista y no nos incluya”.

 

La Torá responde: “Nada de machismo. Todas las mujeres están incluidas”.

 

Tal vez los justos conversos se sientan mal y digan: “Nuestros padres no eran judíos; ciertamente somos foráneos cuando se refiere al sagrado pacto con Hashem!”.

 

La Torá responde: “¡De ninguna manera! ¿Acaso no saben que el Mashíaj es descendiente de Ruth, la justa conversa? ¿No saben que Ovadia el profeta era un edomita converso? ¿No saben que Rajav no era solamente una cananea conversa y ex prostituta sino que además llegó a ser la matriarca de una dinastía de profetas que contó entre sus filas a Jeremías y Julda? ¿Saben que los sabios tanaítas Shemaia y Avtalión –los grandes maestros de Hilel-  también eran conversos? Ustedes los conversos no pueden siquiera imaginarse la tremenda santidad de sus almas; ustedes también son socios de pleno derecho en el pacto de Hashem – ustedes son parte de nuestro pueblo igual que todos los demás!!”.La Torá no se está refiriendo solamente a los judíos de la época de Moisés. La lista de la Torá incluye también a todas las almas aún por nacer del pueblo judío, así como también a todos los conversos y así lo dice en forma explícita, para que ninguna alma en ninguna generación posterior venga y afirme que la Torá y el pacto no tienen nada que ver con él. Además, cada vez que la Torá dice “hoy”, como en el versículo nueve ya mencionado, se está refiriendo a la posteridad. Todos están incluidos y nadie está exento hasta el final de los días.

 

Entonces ¿por qué la Torá menciona en forma específica a los leñeros y los aguateros? A lo largo de la historia judía, esos eran considerados los oficios más humildes de la escala social. Nadie quería trabajar tan duro por tan poca plata. Los únicos que aceptaban esos trabajos eran los iletrados o semi iletrados que no sabían hacer nada más. No eran eruditos ni sabios ni servidores públicos. Lo máximo que podían hacer era recitar una bendición o decir un Salmo. Pero llevaban barba y tzitzit y con su emuná simple muchas veces morían como mártires antes de renunciar a su judaísmo.

 

Los leñeros y los aguateros son personas simples, pero no son ningunos estúpidos. Son perfectamente conscientes de cómo los otros los miran.  NO se los respeta y muchas veces se les paga muy mal. Y podrían sentir que no valen nada como si Hashem no los quisiera como socios de Su pacto. Por eso Hashem dice: “Yo los amo, Mis leñeros y Mis aguateros, ustedes, los judíos simples, almas tan bellas…”. Y por eso la Torá los menciona en forma específica, para realzar que ellos también tienen su porción en el pacto igual que los grandes eruditos y los líderes nacionales.

 

Una vez Rabi Najman señaló que en la generación previa al Mashíaj (que es una referencia a nuestra generación de alta tecnología y gran sofisticación), el judío más simple iba a ser una rareza, igual que el Baal Shem Tov.

 

No hay nada más exaltado que el judío más simple. Y que todos podamos en mérito de deshacernos de nuestra sofisticación, alcanzar la pura y auténtica emuná. Amén!

 

 

 

 

 

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1. Baruj

2/17/2016

Wuauuu que linda enseñanza en tan pocas palabras

Preciosa enseñanza, muchas gracias

2. Anónimo

2/17/2016

Preciosa enseñanza, muchas gracias

Gracias por tu respuesta

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