Pensar con Claridad

Para poder pensar con calma, uno debe ser capaz de sentarse en calma. Pero ¡haz la prueba! Busca un lugar privado y siéntate en una silla durante...

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Rabino Avraham Greenbaum

Posteado en 05.04.21

Para poder pensar con calma, uno debe ser capaz de sentarse en calma. Pero ¡haz la prueba! Busca un lugar privado, mantén un reloj a mano para controlar el tiempo, y siéntate en una silla durante veinte minutos. Fíjate lo que sucede.
 

 
Pensar con claridad
 

Si uno quiere pensar con claridad, tiene que poder "sentarse". Para encontrar la felicidad duradera, hay que tomarse tiempo para pensar. Es necesario sentarse y con calma, determinar con exactitud la manera en que uno quiere vivir. El individuo debe ponerse a pensar respecto de quién es uno y qué es lo que quiere, y respecto de cuáles deberían ser sus objetivos. Luego hay que analizar lo que se está haciendo en la vida, y preguntarse si eso lo está llevando hacia sus metas, o si, de hecho, lo está alejando de ellas. Uno debe desarrollar programas de acción práctica en vista de lograr sus objetivos y ambiciones. Y sentarse a pensar en todo esto lleva tiempo. No es algo que uno pueda hacer en una sola sesión. Para lograrlo de manera apropiada, se debe invertir en sesiones regulares, privadas y sin interrupciones. Probablemente ésta sea la cosa más importante que uno pueda hacer para realizarse en la vida y encontrar a HaShem.
 
"Es un obsequio" decía Rabi Najman de Breslev, que uno pueda sentarse con calma, durante un rato cada día, a observar la propia vida y trabajar sobre sussentimientos y pesares, etc. No todos logran este estado de calma contemplación en forma diaria: los días pasan y se van, y uno está demasiado ocupado como para sentarse y aquietar la mente, aunque sea una sola vez en la vida.
 
"Debes hacer el esfuerzo de separar un momento especial dedicándolo a reflexionar cuidadosamente sobre todo lo que estás haciendo en la vida. Debes examinarte a ti mismo y examinar tu comportamiento, y preguntarte si todo aquello que estás haciendo responde a tus mejores intereses.
 
"Al no darse el tiempo necesario para aclarar su propia vida, la gente atraviesa la vida en forma inconsciente. Incluso aquellos momentos en los que logra alcanzar un poco de claridad y comprensión suelen ser cortos y fugaces. Ni siquiera la claridad y la comprensión que uno posee es lo suficientemente fuerte y penetrante. Y por esto la gente no comprende la locura del mundo material. Si se posee una fuerte y clara comprensión, es posible llegar a entender cómo todo es locura y vanidad" (Rabbi Nachman"s Wisdom #47).
 
Yishuv Ha-Daat
 
Para poder pensar con calma, uno debe ser capaz de sentarse en calma. Pero ¡haz la prueba! Busca un lugar privado, mantén un reloj a mano para controlar el tiempo, y siéntate en una silla durante veinte minutos. Fíjate lo que sucede.
 
¿Cómo te fue? ¿Pudiste pensar? ¿Tenías una idea clara respecto de cómo querías pasar esos veinte minutos? ¿O te sentaste allí sin saber lo que se suponía que debías estar haciendo? ¿Te sentiste aburrido e inquieto? ¿Te dieron ganas de levantarte y hacer algo? ¿Tuviste ganas de encender la radio, escuchar música, leer algo, comer, hacer una llamada telefónica, volver al trabajo…?
 
El pensamiento se encuentra en la mente y en el corazón. Para poder pensar con claridad, uno debe evitar ser distraído. Y éste es el motivo por el cual uno busca un lugar privado: para minimizar la distracción externa. Pero inclusive encontrando un lugar donde se pueda estar solo, la fuente de distracción más activa en la vida proviene de dentro de uno mismo: del propio cuerpo. El cuerpo se expresa en su propio lenguaje: sintiéndose incómodo, moviéndose, tratando de acomodarse, volviéndose inquieto, etc. Además el cuerpo habla en voz fuerte y clara, dentro de la mente y del corazón, compitiendo con nuestro esfuerzo para pensar, comprender y seguir hasta el final nuestra cadena de razonamientos y sentimientos. Interfiere en medio de nuestra reflexión: "¡Tengo hambre!" "Tengo sueño" "Tengo que moverme… hacer una llamada…," etc. etc.

De hecho, el cuerpo y su fiel embajador, el Alma, son tan activos y poderosos en la vida de la mayoría de las personas, que hasta puede resultar imposible disciplinarse y tomarse el tiempo para sentarse y pensar. Solemos planificar nuestras cosas a medias (si es que las planificamos) y saltar a la acción de inmediato. Muy seguido nos encontramos divididos respecto de lo que realmente queremos: el Príncipe (alma) quiere una cosa, y el Pavo (cuerpo) otra. En lugar de seguir nuestro objetivo de manera coherente, nos dejamos distraer y nos vamos por las ramas. Inclusive los obstáculos más simples nos sacan de nuestra ruta, así sean obstáculos del mundo externo o dentro de nosotros mismos. Terminamos entonces desanimados debido a estas idas y vueltas y estos fracasos. O también puede ocurrir que nos encontremos tan ocupados y tensos que no tengamos tiempo para pensar en las cosas; o tan desanimados y depresivos que no queramos pensar en nada.
 
Para ser capaz de pensar con claridad y encarar las distintas situaciones, el cuerpo debe estar confortable y quieto. El término hebreo que designa el estado de calma y mente aquietada, yishuv ha-daat, está unido al concepto de sentarse. Daat, comúnmente traducido como conocimiento, se refiere al estado de atención consciente, intelectual, emocional, meditativa, intuitiva, o a alguna de sus combinaciones. La palabra yishuv es un sustantivo proveniente de la raíz hebrea yashav, que significa “sentarse, descansar o habitar”.
 
El verbo yashav posee también una forma transitiva, le-yashev, que significa hacer que alguien o algo se siente, o habite. (Un buen equivalente en el idioma castellano sería el verbo "asentar," que puede ser utilizado de ambas formas, de manera intransitiva: "se asentó en un lugar" y de manera transitiva: "asentó a alguien en algún lugar"). Le-yashev et ha-daat significa, entonces, asentar la mente, preparar a la mente para recibir daat. Un yishuv es un asentamiento, y yishuv ha-daat significa el asentamiento de la conciencia, un marco mental definido y asentado.
 
Lo primero que se debe hacer, para esto, es sentarse confortablemente. En su comentario al versículo primero del Libro de Ester, los Rabinos muestran una conexión entre la claridad y calma de la mente y el hecho de estar sentado: "Y fue en los días de Ajashverosh… cuando el Rey Ajashverosh se sentaba en su trono real… en el tercer año de su reinado…" (Ester 1:1-3). "¿Por qué se nos dice que estaba sentado?" preguntan los Rabinos. "Significa que ahora su mente estaba asentada" (Meguilá 2la).
 
Sentarse en este sentido no significa sólo el acto físico de descansar el cuerpo. Sugiere el principio de hacer un alto en las actividades cotidianas para poder pensar y desentrañar los problemas. La palabra hebrea que designa el sentarse, shevet, está conectada con la idea de Shabat, que es cuando hacemos una pausa y nos apartamos de las actividades cotidianas para poder cultivar el espíritu.
 
Bilbul Ha-Daat
 
El opuesto de yishuv ha-daat es bilbul ha-daat. Bilbul significa confusión, turbulencia y desorden: el estado de bilbul ha-daat es aquél en el cual es imposible concentrarse con claridad en una sola idea, o seguir una cadena de pensamientos. La mente corre, fuera de control, de una distracción a otra. Los pensamientos compulsivos, las necesidades internas, los impulsos, los miedos y las preocupaciones compiten por captar nuestra atención, en una interminable sucesión de distracciones externas. También puede suceder que uno se sienta tan aplastado por el cansancio y la dejadez que la entera conciencia parezca enturbiada.
 
Bilbul ha-daat es el equivalente mental de la tensión corporal. En un estado de tensión, los músculos del cuerpo se contraen en exceso, más de lo necesario para la acción emprendida. Puede que estés tratando de hacer algo determinado, mientras que tu cuerpo, en forma consciente o inconsciente, está ocupado en alguna otra cosa, algo que lo pone en tu contra. De manera similar, en un estado de bilbul ha-daat, puede que estés tratando de dirigir tu mente en una dirección y te encuentres constantemente arrastrado por otras sendas de pensamiento, sentimiento y deseo. El Alma Divina busca en una dirección, pero el Alma Animal interfiere constantemente.
 
No todas las tensiones son malas. Así como la actividad corporal requiere la contracción de los músculos apropiados, de manera similar, la actividad mental efectiva requiere absoluta atención y dedicación de las facultades relevantes. La mala tensión es una tensión excesiva respecto de lo que se necesita y se busca.
 
Sentarse en Calma

 
¿Cómo podemos liberarnos de la tensión innecesaria y de la estrechez que nos impide pensar con claridad y actuar con determinación en la búsqueda de nuestros objetivos?
 
Es importante comprender que la mayoría de las veces, la tensión corporal y la turbulencia mental se encuentran profundamente enraizadas en uno o en varios factores físicos, emocionales, espirituales y ambientales. Las tensiones generadas por la vida contemporánea, las condiciones de trabajo, y los problemas diarios con frecuencia se combinan, reforzando el conjunto de las poderosas barreras interiores que se han ido construyendo desde la temprana niñez y a lo largo de nuestra educación y experiencias. A la larga, la única manera de lograr una profunda y duradera liberación es mediante un completo proceso de auto-comprensión y auto-transformación.
 
Sin embargo, hay un procedimiento simple y práctico que puede ayudar a romper el ciclo vicioso de la tensión y la estrechez, permitiendo enfrentar las raíces más profundas del problema. El acto de sentarse simplemente en una silla, con calma y en un estado de relajación es capaz de liberar la mente y ayudar a ponerse en contacto con los pensamientos, los sentimientos y los poderes creativos. Una a una las tensiones se aflojan y desaparecen, dejando un sentimiento de profunda liberación, claridad, elevada sensibilidad y alerta. Los sonidos, la vista, los gustos, los olores y las sensaciones se tornan más vívidos. Se hace más fácil pensar, comprender, recordar y trabajar sobre los problemas. Entonces se pueden lograr nuevas percepciones y una creciente conciencia de la dimensión espiritual de la vida.
 
Los beneficios derivados del acto de sentarse en calma y relajación son tan grandes que bien vale la pena dedicar tiempo al aprendizaje de este arte. Al principio, tendrá que concentrarse más en la técnica de la relajación corporal, pero una vez que la domine, podrá entrar al estado de relajación rápidamente y disfrutar de los beneficios intelectuales, emocionales y espirituales que ello le otorga.
 
 
– Extraido de Bajo la Mesa por el  Rabino Avraham Greenbaum-
 
(Gentileza de www.Torá.org.ar)
  
 

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