Te guste o no – Parashat Vaerá

A lo largo de la historia, hemos visto tiranos de la peor calaña que quisieron levantarse en contra de HaShem y acabar con Su pueblo elegido, Israel.

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 04.04.21

"Sin embargo, te he dejado vivir para mostrarte Mi poder y para que Mi Nombre sea conocido por todos los pueblos de la tierra" (Éxodo 9:16)

 

Una vez más, Moisés aparece ante el faraón antes del granizo, que es la séptima plaga. Y le dice que él (el faraón) a esta altura ya debería haber muerto, pero que HaShem le permitió vivir por dos razones principales: primero, para que el mundo perciba el poder de HaShem y segundo, para que se santifique el nombre de HaShem en todo el planeta.

 

A lo largo de la historia, hemos visto tiranos de la peor calaña que quisieron levantarse en contra de HaShem y acabar con Su pueblo elegido, Israel. Si bien tuvieron éxito y lograron esclavizar y perseguir a nuestros hermanos y hermanas, y derramar su sangre, a fin de cuentas no sólo que han fracasado sino que han sido completamente borrados de la faz de la tierra. Y aún más, aquellos tiranos muy a pesar suyo han sido conductos para la santificación del nombre de HaShem, ya que han tenido mucho más éxito en publicitar a HaShem, Su poder, y Su gloria, más que cualquier red social o servicio de propaganda.

 

Tomemos por ejemplo al faraón: su continua renuencia al liberar al pueblo judío desencadena más y más plagas, una peor que la otra. El milagro máximo que el faraón “tuvo el mérito” de invocar fue la división del mar rojo, cuando él perseguía al pueblo judío tras haberse arrepentido de haberlos liberado. ¿Cómo sabemos que todo el mundo supo lo que pasó con el faraón y con los egipcios? Rahav les dice a los dos espías a los que Yehoshua envió en una misión de reconocimiento a Jericó: “Hemos oído que HaShem les secó las aguas del mar rojo cuando ustedes salían de Egipto, y también lo que ustedes les hicieron a los dos reyes amorreos en Transjordania, a Sijón y a Og”. Los reyes amorreos, en especial Sijón, eran considerados invencibles. Pero HaShem les mostró lo contrario. Sin periódicos, sin sitios de noticias, sin e-mail ni twitter, la noticia de los milagros de HaShem circula por todo el mundo. Luego el profeta continúa diciéndonos de qué manera la noticia afectó a nuestros enemigos: “Cuando todos los reyes amorreos y todos los reyes cananeos se enteraron de que HaShem había secado las aguas del Jordán antes de que los israelitas lo cruzaran, sus corazones se derritieron”.

 

El propio Yehoshua les explica a los israelitas antes de que inicie su campaña para conquistar la Tierra de Israel por qué HaShem obra tales prodigios y milagros en contra de nuestros enemigos: “Para que todos los pueblos de la tierra conozcan la mano de HaShem, pues es poderosa, para que teman a HaShem nuestro Di-s todos los días”.

 

El malvado Nimrod contaba con la “distinción” de ser el primer rey en levantarse en contra de HaShem y tratar de asesinar al hijo elegido de HaShem, Abraham, el primer monoteísta y el primer hebreo. Abraham, con apenas 318 soldados, venció a Nimrod y a sus aliados, que era el ejército más poderoso de aquella época. El faraón no aprendió de Nimrod, sino que aprendió por las malas. Lo mismo ocurrió con Hamán y con los muchos que le siguieron.

 

No piensen que los milagros de HaShem son algo de la antigüedad. La guerra de los seis días en 1967 fue un milagro que conmocionó el mundo entero. Nasser de Egipto, junto con Hussein de Jordania y Hafez el Assad, decidió “arrojar a los judíos al mar”. En mayo de 1967, cuando todos ellos cercaba a Israel poniéndole la soga al cuello, el mundo entero estaba seguro de que el pueblo judío de la tierra de Israel muy pronto sería eliminado, Di-s no lo permita, tanto es así que los árabes ya se estaban dividiendo la tierra de Israel: Egipto se quedaría con Tel-Aviv, Siria con Haifa y Jordania con Jerusalem. Cuando se disipó el humo del ataque preventivo de Israel, tras seis días de cruento enfrentamiento cuerpo a cuerpo, se invirtió la situación por completo: y en vez de ser arrojados al mar, los judíos capturaron el Sinaí de manos de Egipto; a Judea-Samaria y el este de Jerusalem de manos de los jordanos y al Golán, de manos de los sirios.

 

¿Qué aprendemos de todo esto? Nuestros sabios enseñan que HaShem crea todo en Su propio honor. En otras palabras, tal como afirma el santo rabino Levi Itzjak de Berditchev, todos estamos encargados de santificar el Santo nombre de HaShem. De una forma u otra, tanto nos guste como no, todos hacemos la voluntad de HaShem y publicitamos su nombre en el mundo. La pregunta es si lo hacemos por rectitud, igual que nuestros santos Tzadikim, o por tiranía y maldad como nuestros opresores. De nosotros depende.

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1. Nancy

1/24/2020

Alabo el Nombre De HASHEM ELOKIN POR TODA LA EYERNIDAD, NADIE COMO EL…NADA SERA CAPAZ DE ALZARSE CONTRA EL PUEBLO LUZ DE LAS NACIONES…EL ES NUESTRO REY NADA NI NADIE MÁS… GRACIAS BRESLEV, GRACIAS RABINOS PORQ TODOS LOS DIAS APRENDO Y APRENDO LA VERDAD DADA EN UNA LINEA EN LA LINEA RECTA ORAL HEREDEDA UNO A UNO

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