El Parto Natural

Se dice que HaShem nos envía el remedio antes que la enfermedad. Yo aprendí que nada es absoluto, excepto el conocimiento de que HaShem nos ama y que no quiere que suframos ni tengamos miedo.

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Dr. Shoshana Kesner

Posteado en 05.04.21

Se dice que HaShem nos envía el remedio antes que la enfermedad. Yo aprendí que nada es absoluto, excepto el conocimiento de que HaShem nos ama y que no quiere que suframos ni tengamos miedo…

El parto natural es algo que exige mucha Emuná… y atención médica. ¿No se entiende? Permítanme explicarles.

Yo he dedicado mi vida a que los partos tengan resultados sanos y a que los padres se ajusten a su nueva tarea de la mejor forma posible. Yo soy enfermera, partera certificada y médica en medicina homeopática. Yo soy testigo del temor y del trauma que ocasiona el tratamiento médico normal. Yo he visto lo que ocurre cuando estas experiencias son minimizadas o ignoradas. El aumento en el apoyo durante el parto ha demostrado ser útil para encarar estos temas, pero no es suficiente.  

El “cuarto trimestre” del embarazo es el momento en el que los padres tienen que recuperarse de sus experiencias en partos anteriores. Está demostrado que las madres que no cuentan con apoyo informado y que no reciben ayuda en la recuperación del parto, tanto en lo físico como en lo emocional, a menudo desconfían de los sistemas disponibles (léase los hospitales, los médicos y las enfermeras) y tienen menos confianza en futuros partos. En mi opinión, ese temor es lo que hace que la gente se niegue a recibir toda atención médica durante el embarazo, se niegue a tener más hijos o vaya al otro extremo, o sea, el parto sin asistencia.

El enfoque natural al parto es abogar por el uso de la tecnología en forma sabia, estar abiertos al cuidado que se centra en atender a la madre y al bebé y evitar procedimientos invasivos, en el caso de que puedan evitarse.

De ningún modo el enfoque natural apunta a ignorar el consejo de los profesionales de parto responsables, razonables y humanitarios que HaShem puso en este mundo. Con el paso de los años he visto que HaShem nos envía los remedios. La tecnología es parte del remedio. Y es muchísimo más potente cuando va acompañada de una fortísima dosis de Emuná. No estoy diciendo que yo comprenda todo lo que sucede; al fin y al cabo, soy solamente un ser humano.

Cada vez más me encuentro con padres que se muestran escépticos con respecto a las intervenciones que se llevan a cabo durante el embarazo y durante el parto. Los padres optan por un método “natural”; dejaron de confiar en los exámenes médicos, los doctores, etc.
Las intervenciones médicas, llámense monitoreo, exámenes, etc se utilizan en forma asidua. Esto se debe a que las políticas sanitarias exigen que los médicos identifiquen posibles riesgos tanto para la mamá como para el bebé y que intervengan. Yo me di cuenta de que la dependencia en el  monitoreo y los aparatos de detección de posibles problemas hacen que este evento tan normal, tan esperado y tan lleno de sentido se vuelva algo temible y a veces la madre piensa, por equivocación, que le está ocurriendo algo malo. El parto no es una enfermedad que tenga que ser curada. Los doctores se afanan mucho por obtener buenos resultados. Ellos fueron entrenados para luchar contra las enfermedades. ¿Acaso no oramos para que los expertos médicos sean buenos emisarios para la curación? Bueno, HaShem les dio las herramientas necesarias para curar. Una de esas herramientas es la tecnología diagnóstica.

El aparato de ecografía (ultrasound) emplea ondas de sonido para producir imágenes del interior del cuerpo. Muchos han cuestionado la necesidad de este chequeo. Yo no. Hay dos ecografías que son de gran importancia y que le proporcionan al médico la información necesaria para el tratamiento. En el primer ultrasound, el doctor determina que en efecto la mujer está embarazada y que el feto es sano; además determina la edad gestacional, y la cantidad de fetos que hay. El ultrasound del quinto mes muestra el desarrollo gestionario de los órganos. Ambos han demostrado ser confiables y exactos. El problema surge cuando los padres esperan que este examen se lleve a cabo en cada una de las visitas prenatales y que sea exacto todo el tiempo. Esto es un error. La gente depende de los expertos, para que ellos les digan cuándo tienen que preocuparse etc. pero si el problema es en verdad un error, puede resultar muy traumático. HaShem, en Su infinita sabiduría y generosidad, nos proveyó de tecnología que nos ayuda a tomar decisiones acertadas, pero que no nos da todas las respuestas. Lo que yo suelo recomendar es que no todas las alternativas que tenemos a nuestra disposición son buenas para cada persona.

Los partos en casa pueden estar muy bien para mujeres de bajo riesgo, pero no para todas las mujeres. Lo primero que hay que hacer es hacerse análisis de sangre y ecografías a fin de determinar que la mujer es físicamente sana. Después, hay que recurrir a la autoconciencia, pues ambos padres tienen que estar preparados para esto. (¡Aquí es donde entra en juego la hitbodedut, que es tan útil!). Si cualquiera de estas dos partes está desequilibrada, el parto en casa  -que supuestamente tiene que ser una experiencia tan especial y tan serena-  puede resultar traumático. Yo no recomiendo planear un parto sin ayuda en casa. Y hay muchos profesionales de gran reputación que coinciden en que es un riesgo demasiado grande.

Se dice que HaShem nos envía el remedio antes que la enfermedad. Yo aprendí que nada es absoluto, excepto el conocimiento de que HaShem nos ama y que no quiere que suframos ni tengamos miedo. Yo aprendí que cuando uno tiene Emuná, puede aceptar que no puede saber todo, ni siquiera con los mejores diagnósticos y monitoreos.

Yo verdaderamente aliento la toma de decisiones bien informada. No apoyo la tendencia según la cual las mujeres se niegan a aceptar toda forma de tratamiento médico. Eso iría en contra de todo lo que yo sé que es verdad. HaShem tiene un Plan, nosotros tenemos la medicina y las intervenciones para que ayuden. Es la gente la que deposita toda su fe en la tecnología, la que crea un enfoque desequilibrado del parto. En mi opinión, el abuso y la absoluta dependencia en los métodos de diagnóstico conduce a intervenciones innecesarias, y no soy la única que piensa así.

Mi experiencia con el “cuarto trimestre” demuestra que el trauma de un embarazo y un parto con miedo y con intervenciones innecesarias puede ser enorme y hasta puede formar situaciones extremas en las que las mujeres se niegan a recibir toda forma de cuidado prenatal. Y después van y llaman a esto un método “natural”.

El embarazo natural y el parto natural requieren de ciertos diagnósticos, de un estilo de vida sano y de decisiones bien informadas.
Todos tenemos una senda por la cual transitar. Mi senda es la de atender a las familias y de ayudar a las mujeres que se recuperan de experiencias traumáticas, fortaleciendo a cada una para que pueda encontrar su propio sendero. Dios quiera que tengamos todas la bendición de transitar por la senda de las Matriarcas  -Sara, Rivka, Rajel y Lea-  y de las parteras, Shifra y Púa, para asistir en la construcción de Klal Israel, y para que podamos merecer la Gueulá, la final y completa redención. Muy pronto en nuestros días. ¡Amén!

Dr. Shoshana Kesner

www.binahbaby.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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