Dale sin plomo 95!

“¡Mi mujer es una chiflada total! ¡Se la pasa todo el santo día gritando como una loca! No se puede hablar con ella. ¡Rabino, me harté de este matrimonio!"

4 Tiempo de lectura

Rabino Lazer Brody

Posteado en 04.04.21

Mi colega y director del departamento en idioma alemán el Sitio Breslev Israel, Rabí David Kraus, estaba hablando por teléfono un día con un marido iracundo. Rabí David, que es un experto consejero matrimonial entre sus muchos otros talentos, casi no podía meter palabra en medio de tantos gritos. El marido vociferaba en voz tal alta que yo le oía la voz saliendo del tubo del teléfono…

 

“¡Mi mujer es una chiflada total! ¡Se la pasa todo el santo día gritando como una loca! No se puede hablar con ella. ¡Rabino, me harté de este matrimonio! ¡Rabino, hay que mandarla a un psiquiátrico! ¡Necesito el divorcio!”.

 

Con tremenda paciencia, Rabí David le preguntó al marido de qué clase de familia venía su mujer. Resulta ser que ella era baalat teshuvá (persona judía que había descubierto el judaísmo observante hacía poco. Ya eso solo, pensé yo para mí, ya es señal de que es una persona inteligente. Y como si eso fuera poco, ella había servido en el ejército de Israel como paramédica y además tenía un título universitario en educación física. Guau, pensé yo al oír la charla del Rabino David. “Qué mujer tan especial”. El hecho de que fue paramédica significa que es una persona compasiva. Y si es profesora de educación física, entonces ciertamente debe llevarse bien con los niños y debe tener una profunda conciencia del estado físico. Probablemente prepara comida sana, es dulce con los hijos y además es atractiva. Qué rompecabezas se estaba formando!

 

El marido otra vez empezó con que su mujer era irracional, loca, impulsiva y –escuchen bien–: “insensible a las necesidades de él, su marido”. Resulta ser que el marido provenía de una familia religiosa y de un medio totalmente diferente del de ella. Además no tenía los títulos que tenía ella. La verdad que él daba la impresión de ser un marido malcriado, egocéntrico y cabeza dura cuyas dos palabras favoritas eran “yo” y “mí”.

 

En su tono de hablar dulce como el azúcar, Rabí David  trataba de convencer al marido de que fuera con su mujer a una sesión de terapia para matrimonios. Pero entonces eso dio inicio a un nuevo tsunami verbal por parte del marido, otra vez con que su mujer es una chiflada y que no le queda otra opción más que divorciarse.

 

Yo le hice señas al Rabino David de que quería decirle algo. Con el marido todavía chillándole en el oído, el tapó el tubo del teléfono con la palma de la mano y se inclinó en mi dirección. Yo le dije en un susurro: “Dile al marido que deje de darle a su mujer combustible diésel y que empiece a darle gasolina 95 sin plomo”.

 

Nosotros, los rabinos de Breslev Israel, somos todos devotos discípulos de nuestro amado maestro el Rabino Shalom Arush. Y todos vivimos en conformidad con sus enseñanzas. Por lo tanto, nos funciona el cerebro en la misma onda y nos podemos comunicar largos mensajes en frases breves. Por eso Rabí David enseguida captó lo que yo quise decirle. Y enseguida añadí: “Duvid (que es como yo lo apodo en forma afectuosa, porque es como un hijo para mí): dile al marido que incluso si se saca de encima el auto que tiene y le compramos un nuevo Audi Fox 4ª convertible, te aseguro que en menos de noventa días también lo hace polvo!!”.

 

Incapaz de contener la risa, Rabí David le dijo al marido: “Mi querido amigo, tengo un consejo para darte que me lo acaba da dar el rabino más anciano y más veterano de nuestro plantel. Él dice que dejes de darle a tu esposa combustible diésel y que empieces a darle gasolina 95 sin plomo”.

 

“¿De qué está hablando?”, preguntó el marido.

 

“Si hubieras leído En el Jardín de la Paz para hombres, sabrías que criticar a la mujer y hacer todo tipo de comentarios desagradables es como echar combustible diésel en un motor que necesita gasolina 95 sin plomo. Por mejor que sea el auto, vas a arruinar el motor en un abrir y cerrar de ojos. Pero si le quitas el diésel (las críticas) y le das 95 sin plomo (halagos, atención, un oído atento, pequeñas atenciones como su chocolate favorito, para demostrarle que piensas en ella), ya vas a ver cómo vas a disfrutar de tu matrimonio, como si manejaras un Lamborghini último módelo en la carretera enre Frankfurt y Hamburg”.

 

Eso es, pensé para mí mismo. En el Jardín de la Paz es para los maridos lo que el manual del usuario es para un nuevo auto. Sigan sus consejos y su matrimonio no va a sufrir más de carburadores tapados y demás dolencias. El motor de tu mujer va a funcionar como un encanto!

 

Y qué tiene que ver esta historia con la festividad de Shavuot?

 

El alma humana, y en especial el alma judía, es un motor espiritual sumamente complejo. Sin el debido combustible espiritual, pasa a ser una ruina emocional que sufre de toda clase de emociones negativas. Pero nuestro Padre nos dio un manual para el alma. La Torá. Cuando seguimos sus consejos, nos transformamos en una nación de Rolls Royces espirituales y somos exitosos y felices. En Shavuot recibimos este manual del usuario y es por eso que festejamos con tanta alegría esta festividad tan exquisita!

 

Y mientras tanto, no se olviden de que si bien el combustible diésel tal vez sea bueno para un camión Mack, no es bueno para tu mujer. Dale “95 sin plomo” y vas a ver qué feliz fiesta de Shavuot vas a tener!

 

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario