¿No te alcanza con uno solo?

¿Acaso no te basta con un solo marido? ¿Para qué necesitas que te miren otros hombres? ¿Y que tiene que ver esto con el hecho de que reces y no obtengas respuesta?

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 05.04.21

El Rey Salomón tenía razón: ¡el encanto es una mentira! Las mujeres se pintan el rostro y la cabeza y los hombres van corriendo tras ellas. ¿Acaso existe algo más ridículo?

“¡La mujer temerosa de Dios será alabada!”. El Baal Shem Tov nos cuenta que su hija Adel poseía un espíritu de santidad, el cual había adquirido gracias a su impecable recato. Y gracias a su recato, ella tuvo el enorme mérito de traer al mundo tres hijos fantásticos que llegaron a ser gigantes espirituales por propio derecho: Rabí Baruj de Medziboz, Rabí Efraim de Sidelkov, más conocido como el “Deguel Majané Efraim” y Feige, que fue la madre de Rabí Najman de Breslev. Vemos entonces que la mujer que mantiene un alto nivel de recato y santidad personal recibe de Dios una medida equivalente de hijos a alto nivel.

Cuando una mujer quiere obtener una genuina paz matrimonial, entonces es necesario que sea verdaderamente una mujer recatada. ¿Acaso no te basta con un solo marido? ¿Para qué necesitas que te miren otros hombres? Incluso si un hombre ve a una mujer a lo lejos, de inmediato le vienen a la cabeza todo tipo de pensamientos e instintos negativos que le contaminan el corazón y el cerebro.

Cada hombre debería suplicarle a HaShem todos los días en su plegaria personal que lo ayude a cuidar los ojos. En realidad, los hombres deberíamos dirigir todo nuestro amor y nuestro anhelo a HaShem, y no a una estúpida fantasía lujuriosa. Tenemos que rogarle a HaShem que tenga compasión de nosotros y que nos ayude a guardar los ojos y a librarnos de la lujuria. Y las mujeres, por su parte, deberían rogarle a HaShem que las ayude a evitar ejercer atracción sobre los demás hombres. El Rambam nos enseña que lo peor de todo es cuando una persona hace que otra peque por su culpa. En hebreo, eso se llama majshil rabim.  La persona que hace eso no puede hacer teshuvá mientras continúe haciendo que otros hombres, fuera de su marido, la miren. Y no sólo eso, sino que sus plegarias no obtienen respuesta. Si la mujer hace ya mucho tiempo que reza por un tema específico y ve que sus plegarias no obtienen respuesta, entonces es muy probable que el problema sea su falta de recato o la falta de santidad en su comportamiento.

La pregunta que se plantea entonces es: ¿por qué HaShem nos creó con todos estos instintos lujuriosos? La respuesta es que al tener defectos y ser conscientes de ellos, necesitamos entonces la ayuda de HaShem para superarlos. No podemos seguir adelante sin Él. Y esto en sí mismo es un regalo. Al tener que suplicarle a HaShem que nos ayude a superar toda nuestra lujuria y nuestros bajos instintos, de esa forma nos estamos acercando a HaShem. Por eso, la manera de alcanzar la verdadera santidad personal y llegar a ser un tzadik es hablando con HaShem todos los días en plegaria personal y pidiéndole que nos ayude.

El verdadero tzadik es el único que puede verdaderamente amar a su mujer. Y la ama exactamente igual cuando ella tiene noventa años que cuando tenía diecinueve, porque la ama por lo que ella es –y no por lo que ella le da, ni en términos físicos ni en ningún otro término-, su amor no depende del cuerpo. Muchos hombres piensan que aman a sus mujeres, pero la verdad es que se quedaron estancados en la lujuria y el deseo físico y todo su supuesto “amor” no es más que el amor que sienten por sí mismos y por su propia gratificación. Es por eso que esos mismos hombres pierden la cabeza en el instante mismo en que ven algo que les alimenta la imaginación y parece ser más bello que sus propias mujeres. Por eso, cuando el hombre no se cuida de lo que mira y no se libera de su deseo físico, es imposible que ame a su mujer en forma verdadera, tal como debería amarla en realidad. La Mishná nos dice esto en forma expresa: “Todo amor que es condicional de otra causa, no es un amor verdadadero”.

El verdadero amor es algo incondicional. El marido que ama solamente quiere dar – él no necesita ni espera nada a cambio. Él no está esperando que le den limosna – ni física ni de ningún otro tipo. Este es el verdadero amor y la verdadera felicidad conyugal: cuando el amor que siente el marido por su mujer no depende de su belleza, de su dinero ni de ninguna otra cosa que ella posea.

La santidad personal es la conexión real que une las almas de marido y mujer.

El Zohar nos dice que si la santidad personal de una persona es fallida, entonces toda su Torá y todas sus mitzvot (preceptos) son fallidos también. Por eso, cuando la persona no trabaja sobre su propia santidad personal, toda la Torá que estudia y todas las mitzvot que realiza, en vez de elevarse y elevarlo espiritualmente, van a lo que se llama “el Otro Lado” (la impureza), Dios no lo permita.

Rabí Yaakov Abujatzira nos enseña que lo que primero que tiene que hacer la persona que busca a Dios es corregir su santidad personal.
Al corregir esto, recibimos el más grande beneficio de todos: la felicidad conyugal. Y les puedo asegurar que el sacrificio vale la pena. Los hombres tienen que rezar para cuidar los ojos y el pacto sagrado. Las mujeres tienen que rezar y esforzarse por conducirse con recato. Esto no es fácil – el santo Or HaJaim dice que todos los preceptos de HaShem son relativamente fáciles, pero que el tikún ha-brit  – la santidad personal-  es algo que se adquiere con grandes dificultades. ¿Por qué? Porque esa es la prueba más difícil que existe. Y es por eso que la recompensa es tan grande.

El Rambam (Maimónides) dice algo alarmante: que 999 personas mueren por una falta de personal santidad y una sola muere por causas naturales. El Rabino Shaj solía decir que la santidad personal del individuo es tan importante como la santidad de un rollo de Torá.

Además, no hay nada más conducente a la redención de nuestro pueblo que la santidad personal. Y si el divorcio es equivalente a la destrucción de nuestro Templo Sagrado, entonces la genuina paz conyugal sin lugar a dudas va a transformar tu hogar en un Beit HaMikdash – un Templo Sagrado. Y no sólo eso, sino que cuando suficientes personas verdaderamente amemos a nuestra pareja como deberíamos y nos esforcemos por alcanzar la paz conyugal, ciertamente estaremos acelerando la completa redención de nuestro pueblo, la venida del Mashíaj y la reconstrucción del Templo Sagrado, muy pronto, en nuestros días. ¡Amén!

 
 

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1. Mariana

3/25/2019

No te alcanza con uno solo?

Todavía no encontre al hombre capaz de respetarme. Por eso estoy sola. No se si es bueno pero me acuesto en shalom

2. Mariana

3/25/2019

Todavía no encontre al hombre capaz de respetarme. Por eso estoy sola. No se si es bueno pero me acuesto en shalom

3. Silvia v Martínez

9/13/2018

Muy feliz de conocer breslev y bendito Dios de conocer más de nuestro Creador bendito por siempre

Saludos a todos los hijos del Rey Santo Dios y Creador de todos nosotros bendito sea por siempre, gracias a Dios no fue tarde para mí saber más de Dios y su inmenso amor por cada uno de nosotros me siento muy feliz de leer los artículos de enseñanza de breslev y escuchar las charlas del Rab Yonatan G. Dios lo bendiga mucho junto a toda su hermosa familia y a todo el equipo que hace posible que estas enseñanzas se difundan alrededor del mundo y bendito Dios que también a mí me ha tocado.

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