Dedos Adictos

La Torá nos manda que hagamos todo aquello que los líderes espirituales de la generación nos digan que hagamos (Deuteronomio 17:10). Hay quienes se burlan de las ordenanzas rabínicas, pero dado que la Torá nos manda cumplirlas, al hacerlo estamos defendiendo la Torá.

Los líderes rabínicos de nuestra generación tienen gracias a Dios una medida especial de asistencia Divina. En otras palabras: incluso si nos dan un consejo que parecería ser ilógico, no obstante vamos a tener éxito en todo lo que hagamos si les hacemos caso. Mucha gente objeta: “¿Y qué tengo que hacer cuando los líderes de la generación no se ponen de acuerdo?” En ese caso, no tenemos que meternos en la controversia. Eso sería como pararnos en medio de dos camiones que se dirigen el uno rumbo al otro. No conviene estar en una situación así…

Sin embargo, en el caso de los smartphones, el gran consenso de los líderes rabínicos es estar en contra. A primera vista, la principal objeción que tienen los rabinos contra el Smartphone se debe al acceso al internet, con todos sus sitios corruptos. Sin embargo, existe un peligro aún más grande en un aspecto aparentemente inocente del Smartphone – los mensajes de texto.

Esto literalmente se ha convertido en una enfermedad en medio de los jóvenes de hoy en día, tan peligrosa como cualquier otra adicción. Yo mismo me alarmé mucho cuando, en un reciente viaje a los EEUU, me dijeron que el 15 % de las adolescentes alumnas de colegios secundarios ortodoxos se encierran en sus dormitorios y envían mensajes de texto en Shabat. De acuerdo con una encuesta llevada a cabo por Pew Research, una compañía de investigaciones norteamericana, una de cada tres adolescentes envía 100 mensajes por día!! Una investigación más reciente del año pasado, revela que el promedio ahora es más de 100 mensajes por día. Si tenemos esto en mente, no tenemos que condenar a estas adolescentes calificándolas de “rebeldes” – es obvio que se las puede calificar de “adictas”.

HaShem les dio a los líderes rabínicos el entendimiento necesario y por eso es que prohibieron el uso del Smartphone.

¿Qué clase de futuro les aguarda a estos jóvenes que se sienten obligados a enviar y recibir más de cien mensajes por día? ¿Cómo van a poder concentrarse en sus estudios y en su trabajo? ¿Cómo van a poder encargarse de sus hijos? ¿Y qué va a pasar cuando conduzcan un auto mientras envían mensajes de texto? Esto hace rato dejó de ser un juego – esto es peligrosísimo! Tengamos en cuenta los siguientes puntos:
 

1. Responder a un mensaje de texto te quita la atención durante cinco segundos. Eso es tiempo suficiente para atravesar la longitud de un estadio de fútbol.
2. Enviar mensajes de texto mientras uno conduce causa un aumento del 400 % del tiempo que uno pasa con los ojos fuera de la ruta.
3. Según el Instituto de Seguro de Seguridad en las Rutas, enviar mensajes de texto mientras se conduce mata a once jóvenes por día.
4. En 2012, un cuarto de los adolescentes responden a por lo menos un mensaje de texto cada vez que conducen y el 20 % de los adolescentes y el 10 % de los padres afirman haber mantenido muchos mensajes de texto mientras conducían.

Una de las formas más rápidas de destruir un matrimonio es enviar mensajes de texto cuando uno está cenando con su pareja. No hay casi nada más insultante. Yo mismo he oído quejas de esta clase en incontables ocasiones.

¿Y qué podemos decir del desarrollo de la personalidad y las relaciones interpersonales? Muchísimos preceptos de la Torá, y entre ellos el amor al prójimo, que es probablemente el más importante, dependen del sano desarrollo emocional de la persona.

La psicóloga Sherry Turkle, del Instituto Tecnológico de Massachussets, una de las principales investigadoras que analizan el efecto de los textos de mensaje en el desarrollo interpersonal.  Ella dic eque los jóvenes se están volviendo literalmente iletrados en lo que se refiere a gestos faciales y expresiones. Tal como ocurre con la lectura de unlibro, la capacidad de comprender sutilezas y complejidades es algo que viene con el tiempo y con un montón de experiencia. Si uno no adquiere esa destreza en la forma debida, y en especial en el matrimonio y la interacción con los  hijos, las relaciones interpersonales son un desastre.

¿El envío de mensajes de texto es verdaderamente una adicción? Todo aquello con lo que uno se obsesiona y lo hace tanto que no puede hacer todo lo que necesita con la familia, los amigos, los estudios, el trabajo, puede considerarse una adicción.También el mensaje de texto…
Para enviar más de cien mensajes de texto por día, uno tiene que tener la nariz dentro del Smartphone prácticamente todo el día. ¿Acaso esas mismas personas tienen tiempo para levantar la vista al cielo y conectarse con el Creador? No me parece. Y esa es la más grande tragedia de todas…