El Empleado

Me acuerdo de una película que vi hace varios años, que tenía una escena muy cómica con la que todos podemos identificarnos. En realidad, yo creo que era una película, pero tal vez haya sido una obra de teatro. Bueno… la verdad es que no me acuerdo. Solamente me acuerdo una escena en la que un hombre fue a una oficina gubernamental para que le sellaran un documento, así que se puso en la cola a esperar pacientemente que llamaran el número  #48652. Entonces, cuando por fin lo llaman, el hombre se acerca a la ventanilla y lo atiende el empleado, que tiene menos expresión en el rostro que la pared. El hombre le entrega el fajo de papeles al empleado, y este simplemente los mira sin ninguna expresión en el rostro. El hombre le pide al Empleado que selle los papeles. Y el Empleado, cuyo lapso de reacción es insoportablemente lento, parece caer en una profunda meditación antes de finalmente responder: “No puedo sellar estos papeles. Están todos abrochados”.

El tipo intenta torpemente de desabrochar los papeles pero sin éxito. Entonces le pide al Empleado un quitagrapas y ahí es cuando recibe la Mirada de Absoluto y Total Aburrimiento y Estupidez durante unos dos minutos, mientras el Empleado masca lentamente su chicle. De repente, el Empleado como que retorna a la modalidad de “Encendido” y responde: “Lo siento, la oficina está cerrada. Vuelva mañana”, antes de bajar la persiana de la ventanilla.

Completamente estupefacto, el Pobre Hombre se fija en el reloj de la pared y, es verdad, son exactamente las cinco de la tarde. “Pero un momento, yo ya estoy acá! Por favor, ¿no podría solamente sellar los papeles?” El Pobre Hombre trata desesperadamente de meter la mano por el agujerito debajo de la ventanilla para poder levantar la persiana y estrangular al imbécil del Empleado. Milagrosamente, el Imbécil del Empleado desarrolla poder sobrenaturales  y se va volando de la oficina en un abrir y cerrar de ojos…

“Me perdí el sellado de los papeles por un minuto!!” se lamenta el Pobre Hombre, que no puede calmarse de su frustración mientras se va arrastrando hasta el auto, amargamente derrotado. “Bueno, por lo menos puedo hacer el intento de nuevo  mañana”, se consuela a sí mismo. “Y mañana voy a llegar bien temprano…”.

¿Acaso no todos tuvimos alguna vez una experiencia como esta? ¿Cuántas veces tuvimos necesidad de hacer algo urgente y al final perdimos la oportunidad? Esto fue lo que me pasó la semana pasada. Había hecho un pedido en un negocio naturista en Tel Aviv  y lo habían enviado a tiempo. Sin embargo, no pude llegarme a la oficina de correos (Dios nos libre y guarde si llegan a llevarlo hasta mi casa!!!!) porque eran las vacaciones de verano y los chicos me tenían al borde de la locura.  Al final, cuando logré que una amiga fuera al correo, porque yo no veía la forma de hacerlo, ¡los del correo le dijeron que habían devuelto el paquete al negocio!

Ok, lo admito – lo habían tenido en el correo dos semanas, y yo traté de ir a buscarlo recién un mes después, pero se imaginarán lo que sentí…

En estos días, muchos de nosotros estamos en “modalidad de dilación”. Me hace acordar de cuando iba al colegio secundario. Yo sabía dos semanas antes que me iban a tomar un examen pero mis horarios sociales sobrecargados simplemente no me dejaban tiempo libre para algo tan nimio como los estudios. Así que hacía lo que hace la mayoría de los adolescentes – esperaba a último momento y me pasaba estudiando hasta la madrugada. No podía quedarme despierta toda la noche porque sabía que al día siguiente no iba a poder funcionar.

Todos los que “entienden”, me refiero a los sabios, están haciendo todo lo que pueden por despertar a la gente del “coma del Facebook”, y nos dicen que el mundo tal como lo conocemos está por sufrir cambios drásticos. Quieren que percibamos que el bien y el mal cada vez son más claros, y que tenemos que elegir de qué lado queremos terminar.

Además Hashem está subiendo el volumen de Sus mensajes. No hace falta un profeta para ver que el mundo no puede seguir por este camino. Con los grupos asesinos fanáticos al estilo ISIS, la pandemia global del Ebola, que nos amenaza a todos, y toda la inestabilidad mundial, parecería que el mundo se está encaminando rumbo a un punto del que no hay retorno.

En vez de hacer teshuvá, como si nuestras vidas dependieran de ello (pues así es!), mucha gente se está comportando como avestruces, como si la realidad no existiera y jamás fuera a afectarlos. Esta clase de gente prefiere perder el tiempo yendo a comer al restaurante, yendo de vacaciones, yendo de compras y pasando horas y horas mirando “programación mental” (TV) en vez de re-priorizar sus vidas.

¿Saben lo que va a pasar cuando por fin se den cuenta de la realidad? Va a ser un choque frontal. Y los va a agarrar tan pero tan desprevenidos que no van a poder estar del lado de los ganadores…

Yo no sé ustedes, pero yo siento que tengo que hacer lo máximo que puedo cada día. No me imagino cómo la gente puede seguir viviendo como si nada en un mundo así. Siempre hay otra persona más a la que puedes ayudar, otro precepto más que cumplir, otro Salmo más de Tehilim que recitar…

Cuando Los Dilatadores (¿a ustedes también les suena como una banda de rock?) se despierten y se den cuenta de que se perdieron la oportunidad, van a ir corriendo a la oficina del empleado a golpear como locos a la ventanilla, rogándole al empleado que les selle los papeles de entrada al Mundo Venidero.

Pero el empleado sencillamente los va a mirar, les va a señalar con el dedo índice el reloj y les va a decir: “Lo lamento. Ya les dimos casi 6.000 años para que hicieran teshuvá y se arrepientan. Se acabó el tiempo”. Y entonces va a bajar la terrible persiana.

Y cuando suceda eso, ya no habrá más “mañanas” para intentarlo de nuevo.

Ahora es el momento. Dejemos la vida materialista y empecemos a vivir una vida de santidad, acercándonos a Hashem. Una vez oí una cita que lo resume perfectamente: “El más grande lamento es saber que podrías haber hecho algo, y no lo hiciste”.

Que Hashem nos bendiga a todos para que podamos terminar con los ganadores, con el equipo que va a darle la bienvenida al Mashíaj y va a ver la reconstrucción del Templo Sagrado, muy pronto en nuestros días, Amén!