El Shabat y el sustento

La gente piensa que si trabajan en Shabat, entonces van a ganar más dinero. Pero en verdad es exactamente al contrario, y esto es algo que va más allá de toda lógica. Al hacer del Shabat un día de descanso, uno está generando las ganancias de la semana entrante. Paso a explicarles:

Nuestros Sabios nos cuentan que los ingresos del individuo tienen su raíz en el grado de la emuná y la confianza que tiene en Hashem, tal como dijo el Rey David (Salmo 145:15): “Los ojos de todos están puestos en Ti y Tú les das su alimento en el momento adecuado”. Cuanto más confiamos en Hashem, más agrandamos nuestros ingresos.

Al abstenernos de todo tipo de labores en Shabat, estamos fortaleciendo nuestra emuná en que Hashem es el que provee y que nuestro sustento proviene única y exclusivamente de Él. En total oposición a la lógica, nuestro sustento proviene de abstenernos de trabajar en Shabat, no del trabajo que realizamos los otros seis días de la semana. La creencia en este principio invoca Divina abundancia y no como la gente piensa, que es por el talento, el esfuerzo o la visión para los negocios…

La emuná y la confianza en Hashem no son adquisiciones de una sola vez sino que deben reforzarse en forma constante. La persona debe recordarse todo el tiempo a sí misma que su sustento y toda su manutención provienen de Hashem y no de ningún emprendimiento en particular. Al mismo tiempo, uno debe fortalecer su creencia en que únicamente Hashem creó y mantiene el universo y por lo tanto fortalece nuestra creencia en el Shabat que, de acuerdo con el Zohar, es la fuente de la abundancia para toda la semana.

He aquí un ejemplo: un mercader vende su mercancía durante toda la semana y cada tato debe ejercitar su destreza vocal y su habilidad en los negocios. El Shabat viene a recordarle que todo su talento y todas sus aptitudes provienen de Hashem. Además, el Shabat le recuerda que Hashem es el que provee y no su destreza comercial. Hashem le da el poder para prosperar. El mercader no es más que una pluma en la mano del Escriba. Ahora, cuando el mercader tiene que cerrar su negocio en Shabat, que es aparentemente el día más frenético en el centro de compras, y en el que todos sus competidores por supuesto tienen abierto el negocio, ahora verdaderamente puede percibir cómo Hashem le provee el sustento, más allá de todas las leyes naturales y de toda la lógica.

Rabi Najman de Breslev enseña que en virtud del Shabat, la persona recibe “ojos espirituales” con los que puede evaluarse mejor a un nivel espiritual. A esto alude el pasaje de la Torá que dice (Exodo 16:29): “Ve, Hashem te ha dado el Shabat”. Hashem nos da los ojos para que veamos el sendero correcto que debemos tomar, como un regalo especial del Shabat.

Rabi Najman añade que la persona es capaz de verse a sí misma en la debida perspectiva en Shabat. Por lo tanto, observar el Shabat no sólo es conducente a la emuná sino también a la humildad. Las letras de la raíz de Shabat en hebreo, shin bet y taf, son también las letras de la raíz de teshuvá, o sea, sincero arrepentimiento y retorno a Hashem. Cuanto más uno se sume en la teshuvá, más grande es la sagrada iluminación del Shabat.

Teniendo en cuenta lo antedicho, cada vez que una persona se toma un respiro de la maratón semanal, y deja de correr como un chinchilla en la rueda, para contemplar la realidad de Hashem y dedicarse a la teshuvá, es entonces que se sumerge espiritualmente en un estado más exaltado que es como el Shabat. Como tal, la plegaria personal provee descanso y rejuvenecimiento tanto para el alma como para el cuerpo. Cuanto más uno se dedica a la teshuvá durante el resto de la semana, más disfruta y aprecia la iluminación del Shabat y todo en virtud de la estrecha interrelación que existe entre la teshuvá y el Shabat.

Shabat Shalom y que Hashem los bendiga a todos con un abultado sustento!