El índice del tercer templo

Qué sabe la “Israel secular” del Tercer Templo? Quizás mucho más que nosotros. En forma consciente o inconsciente, ellos han estado construyendo un Estado en torno al más grande evento de la historia de la humanidad. En el último siglo, se han invertido más de tres millones de dólares en planes, mano de obra y construcción en un milagro que está a punto de suceder.

En su punto cúlmine, la ciudad de Roma albergaba a un millón de personas. Hasta la Londres del siglo XIX, ninguna ciudad tenía una capacidad semejante. Roma era el más grande mercado del mundo. Situada en la costa del Mar Mediterráneo, las rutas comerciales eran sumamente lucrativas.

Una de las rutas comerciales más activas era la que provenía de Alejandría, Egipto. Más de veinte mil toneladas de granos, que es un tercio de lo que consumía Roma, se transportaba a través de dicha vía fluvial. A menudo, un buque de carga se dirigía al norte para ir a buscar más mercadería y echaba ancla en Cesárea, Israel. Construida por el Rey Herodes, era una ciudad dedicada al comercio romano. Las mercaderías se producían en todo Israel y se exportaban a Roma a través del puerto de Herodes.

Costaba más transportar mercaderías por tierra a través del territorio de Israel que transportarlas por mar desde Cesárea hasta el puerto de roma. La principal industria debería haber sido en la costa.

Sin embargo no fue eso lo que sucedió. La industria se centró en las áreas de mayor población en Jerusalén y Tiberíades. Los precios apenas cubrían el viaje a la costa.

¿Por qué?

En aquella época, el Templo aún estaba en pie. El dinero no era lo más importante. El centro vital del pueblo judío era el Templo en Jerusalén. Nuestra población, nuestra economía, nuestra vida espiritual, nuestra vida cotidiana – todo existía en torno al servicio Divino. Económicamente hablando, no importaba si el foco en el Templo daba vuelta completamente a toda la nación.

Lo mismo sucede hoy.

Miles de años más tarde, no fabricamos meramente productos físicos. Nuestra principal exportación es en computación. Transportamos nuestras mercaderías y nuestros servicios a través de cables y de las ondas. ¿Para qué necesitamos negocios en la costa? Tomen cualquier compañía de cien millones de dólares, pónganla en el Valle del Jordán y no hay ningún motivo para que no pueda producir igual de bien que cuando estaba ubicada en Tel Aviv. Tomen la compañía de mil millones de dólares de Netania, trasládenla a las Alturas del Golán y eso no debería impactar en absoluto ni las operaciones ni las ventas.

¿Por qué no crear un segundo Silicon Wadi en las Colinas de Jerusalén? El intendente actual está ofreciendo toda clase de reducción de impuestos para negocios, pero no está sucediendo, Por qué?

Esa área está reservada para un emprendimiento muchísimo más grande. Lo sabemos. Lo sentimos. Está en el aire.

En 2014, 83 millones de personas visitaron Francia; 75 millones de persona visitaron los EEUU; y 55 millones llegaron a China. Cuando se reconstruya el Templo, vamos a ver muchísima más gente llegando a Israel que el nivel actual de 3.3 millones. Hoy en día, el turismo a Israel emplea a 20.000 personas y produce un ingreso de 41 mil millones de dólares. El turismo a EEUU produce cuatro veces esa cantidad.

¿Qué sucederá cuando cientos de millones de personas de todo el mundo lleguen a Jerusalén para estar cerca de Hashem? ¿Qué suceder[a cuando cientos de miles de Kohanim y Levitas se muden a la Ciudad Santa? ¿Qué sucede cuando el corazón de todo – del estudio, del comercio, de la interacción social, de la infraestructura, y de la construcción se centra en Jerusalén y en sus alrededores?

Al igual que nuestros ancestros en la época de Herodes, no queremos que pase esto por dinero. Pero el dinero siempre ha sido una buena medida de por qué la gente hace lo que hace. Si los “ultraortodoxos” promulgaron leyes especiales limitando a las compañías de hi –tech de operar en Jerusalén en honor al Tercer Templo, podríamos decir que “eso era de esperar”.

Pero la Israel secular está haciendo lo mismo y sin ninguna clase de legislación. Hashem decretó que Su Redención tendrá lugar allí donde la gente más “improbable” iba a poner la escena. Esto es inevitable, inminente y no hay camino de regreso.