Idolatría Ocasional

Muchos se preguntan: ¿Qué tiene de malo hacerse un “viaje” de vez en cuando? La respuesta es que ese “de vez en cuando” muchas veces se transforma en un perverso amo llamado “adicción”.

A HaShem no Le gusta cuando la gente se desvía del sendero de la lógica simple. Los buenos modales son necesarios para mantener una sociedad normal y sana -derej eretz kadmá laTorá-. Los buenos modales son importantes antes de que podamos aprender una sola palabra de Torá. Porque cuando la persona es maleducada, no puede de ninguna manera ser un erudito de Torá, aunque tenga una barba larga hasta las rodillas…

La lógica simple y el sentido común conducen a la persona derecho a los preceptos de la Torá. Todo ser humano que sea sincero consigo mismo -tanto judío como no judío- acabará buscando el sendero de la Torá, así como nuestros santos Patriarcas percibieron toda la Torá a través de sus poderes de observación y contemplación. La lógica sin rodeos dictamina que la sociedad no puede funcionar en forma apropiada en un medio en el que el asesinato, el robo, la falta de honestidad y el adulterio son rampantes. Estas son todas prohibiciones de la Torá, cuya lógica es algo que cualquier persona decente es capaz de comprender.

Cuanto más ignora la persona el sentido común, más está importunando a HaShem. Uno de los ejemplos más contundentes es el de las personas que consumen drogas, cuyo castigo -incluso en este mismo mundo- es muy grave. Estas personas pierden su humildad y muchos de ellos se mueren en forma trágica después de mucho sufrimiento.

El acto de fumar va en contra de todo el sentido común. La persona que fuma está destruyendo su corazón y sus pulmones y hasta es capaz de comprar cigarrillos antes que pan para darles de comer a sus hijos.

La enfermedad de la marihuana lamentablemente ha incursionado en la comunidad judía ortodoxa. Esto demuestra una total falta de sentido común. La Guemará afirma que la persona no peca a menos que se apodere de ella un espíritu de locura. En otras palabras: empieza a pecar cuando pierde el sentido común.

Ahora bien: ustedes seguramente se estarán preguntando por qué a la marihuana la catalogué de “pecado”.

Muchos se preguntan: ¿Qué tiene de malo hacerse un “viaje” de vez en cuando? La respuesta es que ese “de vez en cuando” muchas veces se transforma en un perverso amo llamado “adicción”. El que es esclavo de las sustancias no puede ser un sirviente de HaShem. Además, la mayoría de los adictos -y en especial los que todavía funcionan como personas- niegan ser adictos. El uso de sustancias muchas veces desafía el sentido común, ya que destruye la mente, el cuerpo y el alma. Por lo tanto, la autodestrucción intencional de la persona enoja al Creador muchísimo más que cualquier otro pecado, incitando graves juicios Divinos.

La adicción a la marihuana conduce a decenas de otros pecados.

Ese “de vez en cuando” es una forma de idolatría ocasional.

La persona que fuma hachís no puede ser breslevero, y para el caso, ni siquiera puede ser judío, porque está sirviendo a un dios falso, y en especial si es adicto. Cuando la persona se hace un viaje con marihuana o con hachís o con lo que sea, es exactamente igual a que si estuviera adorando un ídolo en algún templo del Tibet.

Lo mismo ocurre con la ingratitud – ella también conduce a incontables pecados. La ingratitud es una adicción de la cual sufre toda la humanidad. Nuestros Sabios nos cuentan que hasta los animales saben expresar aprecio, tal como dice la Torá: “El buey conoce a su dueño y el asno, los pasos de su amo” (Isaías 1:3).

Por lo tanto, si la persona carece de gratitud, no puede alegar que “lo que pasa es que yo no estudié Torá, yo no sabía”. La gratitud y el dar las gracias son el elemento más básico de la ética humana.

La falta de gratitud conduce a toda clase de sufrimientos en este mundo -incluyendo las enfermedades, el divorcio y los problemas de educación, Di-s no lo permita.

Gran parte del sufrimiento humano contemporáneo es resultado de nuestro pecado aún no rectificado de “llorar porque sí”. Lloramos y nos quejamos y eso lo único que hace es prolongar el exilio más y más. Nuestra principal tarea es arrancar de raíz este vil rasgo de la ingratitud. Siempre debemos ir por el sendero del agradecimiento y la gratitud a fin de obtener nuestra inminente redención.

Teniendo en mente todo lo dicho, ahora podemos entender el mensaje de Rabi Natan: “Si todos constantemente dieran las gracias y alabaran a HaShem, tanto en buenas circunstancias como en malas circunstancias- tal como está escrito: ‘En HaShem (que expresa el atributo Divino de benevolencia) alabaré Su palabra; en Elokim (que expresa el atributo Divino de juicio)’, ciertamente todos los problemas y todos los exilios quedarían completamente anulados y tendría lugar la redención completa”.

Esta es una lección fundamental que jamás deberíamos olvidar y que siempre deberíamos tener grabada en el corazón. Rabi Natan promete que si expresamos gratitud, nuestro sufrimiento y nuestro exilio llegarán a su fin. HaShem ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos. Por eso ¡manténganse alejados de las sustancias nocivas! ¡Mucho éxito!