La muerte de la primera enmienda

Hace poco, se emitió un veredicto legal muy grave en los EEUU que ha inclinado la balanza de la indecencia todavía más hacia la izquierda, me refiero a la izquierda política. Un jurado de New Jersey declaró a JONAH (sigla de Jews Offering New Alternatives for Healing – Judíos que Ofrecen Nuevas Alternativas para Curación) culpable de fraude al consumidor. JONAH es una agencia que ayuda a los judíos que tienen atracciones homosexuales a superar sus tendencias con la esperanza de vivir una vida heterosexual normal. Las “víctimas”, que fueron todas instigadas a demandar a JONAH en forma conjunta, alegaron que JONAH no los ayudó a superar sus tendencias homosexuales.

Ellos ganaron el caso, recibiendo de regreso el dinero que habían pagado por el tratamiento, más una suma exorbitante por daños y perjuicios, lo cual hizo que la entidad fuera a bancarrota. Esta organización anuncia de antemano que su tratamiento ayuda en un 15-20 % de los casos, que es aproximadamente el mismo porcentaje para otras adicciones como, por ejemplo, el alcoholismo.

Esto es lo que hace este caso constituya una inclinación en la dirección incorrecta: el juez sentenció antes de que se realizaran las presentaciones que la corte no iba a permitir ninguna evidencia de que la homosexualidad constituye un trastorno mental o es resultado de un trauma infantil.

Básicamente el juez decidió que la persona que es gay no tiene nada de diferente con la persona que es hetero; por lo tanto, no hace falta ningún tratamiento. Este punto de vista crea todo un complejo campo minado de temas que literalmente te van a explotar en la cara si no tienes cuidado.

En este artículo, me voy a centrar básicamente en dos temas principales que resultan de este caso jurídico, tal como los expresa el Rabino Steven Pruzansky, quien reside actualmente aquí en Beit Shemesh:

En primer lugar, este caso establece un nuevo estándar de censura izquierdista en el nombre de mi término favorito: “elecciones de vida progresivas”. En el nombre de dejar que la izquierda ejercite su libertad de expresión, está silenciando a todos aquellos cuyas convicciones se inclinan más al centro o a la derecha. En otras palabras, si tú no estás de acuerdo con la caída en picada que está sufriendo la moralidad en los EEUU, mejor que te calles, porque si no, te estás arriesgando a que te etiqueten de intolerante, fanático o puritano. O como lo definió el Rabino Lazer Brody: “Ellos abogan por su libre discurso de la Primer Enmienda, pero al hacerlo mataron el mío”.

Si solamente se tratara de que expulsaran de un círculo a un tipo dentro de un grupo de amigos que no cree en el casamiento gay, el tema terminaría ahí nomás. Sin embargo, la oleada de efectos secundarios se expande muchísimo más allá. Como verán a continuación, esto no es solamente un tema social.

Por ejemplo, si un clérigo o un rabino que trabaja en un cargo público decide negarse a casar a una pareja del mismo sexo, corre el riesgo de ser demandado y de perder su ordenación, e incluso de ser condenado al ostracismo.

Los que se encuentran en una situación especialmente precaria son los terapeutas, porque si no tratan como corresponde un trastorno que ni siquiera es considerado trastorno por sus colegas, pueden ser demandados, y probablemente con mucho éxito. Además, puede ocurrir que a la persona que trata de recibir ayuda le sea negada la oportunidad si llega a aceptarse en forma universal que la homosexualidad es algo perfectamente sano y normal.

El público en general también puede llegar a ser sofocado por los Liberales si no sigue las reglas del juego. Hace poco hubo un caso de una pareja que se negó a alquilar su jardín para una boda del mismo sexo y los demandaron por 13.000 dólares ¡y perdieron el caso! No sólo que perdieron sino que se los forzó a someterse a un “entrenamiento sensitivo”, que el Rabino Pruzansky comparó a los campos de re-adoctrinamiento de Corea del Norte y China Comunista.

Ya ha ocurrido que personas que ofrecen servicios para bodas, como por ejemplo, servicios de catering, floristas, fotógrafos, etc, han sido demandadas por negarse a prestar sus servicios a parejas del mismo sexo que planeaban su casamiento, y todos han perdido el caso!

Supongo que ya se estarán haciendo una idea de la situación en la que estamos. Ya no tienen la libertad de expresión, y probablemente pronto tampoco tengan siquiera el derecho, de expresar su opinión personal, especialmente si está basada en sus puntos de vista religiosos.

Que Dios bendiga a Norteamérica.

El segundo tema principal que expone este caso es lo que yo creo que es la ruptura deliberada de los valores tradicionales. Ahora, la homosexualidad se percibe como algo normal, de lo que la gente no tiene necesidad de avergonzarse. Al contrario! Ahora es motivo de celebración! Ya no es más un trastorno que tiene que ser tratado sino que es una expresión sana y absolutamente normal de un deseo físico. Por lo tanto, se desprende que, si la homosexualidad es algo normal, entonces no tiene nada de malo que dos hombres o dos mujeres se casen y formen una familia.

¿Qué significa esto para nuestros hijos? Ellos están creciendo en un sistema de valores totalmente pervertido y deformado. Ya se les enseña a los niños desde pequeños que no hay diferencia entre un hombre y una mujer que se casan y un hombre y otro hombre que se casan. Los izquierdistas están bailando el baile del triunfo igual que el Satán baila sobre el ataúd de la ahora difunta familia tradicional.

Fijémonos un momento en el panorama general desde la perspectiva de un niño pequeño, lo mejor que podamos… digamos que el niño se cría con la televisión, iphones y todos los medios sociales. Para cuando tiene ocho años, ya ha visto una innumerable cantidad de mujeres desnudas o medio desnudas, escenas de sexo explícito y promiscuidad (tanto hetero como homosexual), hombres transformándose en mujeres porque piensan que nacieron con el sexo equivocado, gente blanca transformándose en gente negra porque piensan que tienen el color de piel incorrecto, gente cometiendo terribles actos de violencia, gente actuando como bárbaros, gente emborrachándose, gente consumiendo toda clase de drogas, gente hablándose entre sí como criminales que no llegaron ni a tercer grado del primario, gente viviendo el supuesto glamour de modelos, estrellas de rock, estrellas de reality, actores de cine y estrellas porno. ¿Me olvidé de algo?

Y todo eso ocurre justamente cuando este niño no está teniendo ninguna clase de contacto humano. Ahora bien, a eso agréguenle adultos con las mejores intenciones que tienen más miedo de lucir anticuados que de contraer Ébola. Estos adultos educan a los niños en forma totalmente pervertida, saboteando sin querer la percepción del niño de lo que se supone que es una familia normal y equilibrada.

El niño crece pensando que tiene necesidad de estar enchufado las veinticuatro horas del día a internet y que es perfectamente sano y normal ser esclavo de sus deseos físicos, y vivir como un animal que solamente piensa en procurarse placer él solo o con cualquiera que tenga ganas en ese momento. Incluso es posible que le dé lo mismo usar a una chica o a un chico para su propio placer egoísta y hasta puede usar a ambos, solamente para divertirse…

Ese niño crecerá y se transformará en un joven sin deseos de casarse y tener hijos, ya que estos son ideales absolutamente obsoletos. El joven tiene grandes probabilidades de experimentar con toda clase de combinaciones de alcohol y drogas mientras está en la universidad, si es que logra llegar tan lejos en sus estudios. Pero ¿para qué molestarse estudiando cuando vea cientos de estrellas de reality súper millonarias que nunca pisaron una universidad en toda su vida? Él también puede llegar a ser famoso si tan sólo consigue las conexiones necesarias. O tal vez puede firmar un contrato multimillonario de fútbol, basketball o baseball. O tal vez no es tan ambicioso y se conforma viviendo de un salario al otro en algún trabajo mal pagado sin ningún objetivo a largo plazo en mente. No por nada a esta generación se la apoda “la generación de Peter Pan”…

Queridos padres: ¿acaso piensan que sus hijos van a terminar siendo muy distintos a este joven del que acabo de contarles? ¿En qué se basan para pensar que no? ¿Qué es lo que están haciendo ustedes, como padres, para ir en contra de la sociedad? Ahora que el matrimonio gay está a punto de ser legalizado en cada estado de los EEUU, el país ha llegado a un punto del cual no hay retorno. Adiós a la vida tradicional y los valores familiares. Queridos padres: es hora de que abren los ojos bien grandes y contemplen el futuro en el que están metiendo a sus familias. Los sabios verán que no hay esperanza para un futuro normal en lo que se ha convertido la “Tierra de los Depravados”.

Pueden enviar sus preguntas, y en especial sobre temas como el ‎matrimonio, la educación de los hijos, el noviazgo y el rol de la mujer. ‎Escriban a racheli@breslev.co.il