La única solución

El pueblo judío se encuentra actualmente en una situación muy difícil, con enemigos por dentro y por fuera, de todas las naciones del mundo. No existe ninguna solución viable, ni política ni militar. Todo el que piense que existe una solución para nuestros problemas demográficos y de seguridad no hace más que engañarse a sí mismo y engañar a los demás. Toda solución que tenga que ver con “el poder y la fuerza de mis manos” no va a tener éxito. Existe un decreto de Arriba según el cual hay que despertar al pueblo judío. Los enemigos no son más que una vara en manos de Hashem. Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es dirigirnos a Aquel que sostiene la vara. Ni la violencia ni el ejercicio de la fuerza, ni el ejército van a poder ayudarnos. Y todas esas frases al estilo de “ya les vamos a mostrar quiénes somos” o “venganza!!” o “démosle una paliza” son palabras vacías. Todo uso de la fuerza no hace más que aumentar la hostilidad y el odio y trae el fuego de los ataques salvajes de los árabes a nuestras calles. Y eso solamente complica la situación todavía más. La verdadera solución es solamente espiritual – “No por fuerza militar ni por fuerza física, sino por Mi espíritu!”

Por eso, el pueblo judío debe despertarse! Despiértense, dormilones, de su coma! En estos días de dolores de parto antes de la Redención Final no tenemos nadie en quien podamos confiar excepto en nuestro Padre Celestial. Hashem está llevándonos a propósito a una situación en la que ningún consejo ni ninguna sabiduría nos sirven de nada, excepto dirigirnos a Él. Tenemos que acercarnos a Hashem y depender de Él, pues Él luchará por nosotros, tal como está escrito – “Hashem librará la guerra por ustedes, y ustedes se quedarán en silencio”.

Cada mañana decimos en los rezos matutinos “Hashem es Rey por siempre, Él quitó a las naciones de Su tierra”. Las ramificaciones prácticas de este pasaje es que una vez que coronemos a Hashem Rey de todos nosotros y aceptemos el yugo de Su servicio, recién entonces Él Mismo va a quitar a las naciones de nuestro territorio. Además el Rey David dijo: “Si tan sólo Mi pueblo me escuchara; si Israel fuera en Mis caminos, en poco tiempo dominaría a sus enemigos y sobre sus enemigos retornaría Mi mano”. La explicación de “en poco tiempo” es un instante, en forma inmediata. Vale decir que si solamente obedecemos a Hashem y tenemos emuná en Él, Él de inmediato dominará a todos los enemigos sin ningún esfuerzo de nuestra parte.

¿Y cómo podemos coronar a Hashem rey? Hashem creó el mundo para revelar Su compasión y esta se revela cuando el mundo se llena de compasión y amor entre las diversas criaturas, y entre un judío y otro en particular. El Reino de Hashem será revelado cuando cada persona acepte gustosa el reinado de su prójimo sobre ella.

Mi rabino y maestro, el Rabino Yehuda Zev Leivowitz, de bendita memoria, solía pedir que todo el que quisiera salvarse de los dolores de parto del Mashíaj dijera: “Ayuda, ten compasión, cede y lo principal- jamás le grites a ningún judío!”. Ayuda – simplemente ayudar a los demás dando de ti mismo o de tu dinero, dar tu oído atento a escuchar al otro, da tu sonrisa, da tu interés por el otro. Tener compasión – aumentar el amor, el sentimiento y la compasión por los demás y evitar toda forma de crueldad. Ceder significa que cuando te mereces algo y tienes razón, no obstante vas en contra de tu carácter y cedes ante el otro. Y lo principal es no gritarle nunca a ningún judío – y mucho menos insultarlo, maldecirlo, hablar chismes de él. Y Dios no lo permita, nunca jamás pegarle o empujar a otro judío. Esto también se aplica a la familia y a los hijos.

Hashem ve las lágrimas de los que fueron maltratados y está cerca de los que sufren y fueron atacados o perseguidos, y de allí surgen todos estos decretos duros contra el pueblo judío. El sufrimiento de cualquier individuo causa graves acusaciones contra nuestro pueblo en su totalidad, Dios nos libre y guarde!

Y cuando en nuestro pueblo reine un ambiente de mutual compasión entonces desde el Cielo van a tener compasión de nosotros y se anularán todos los malos decretos en mérito de aquellos que ceden ante los demás y evitan discusiones incluso cuando tienen razón.

Ahora, en esta época tan difícil en la que estamos viviendo, cada persona tiene que ver de qué forma puede aumentar el mérito en el aspecto de “entre uno y el prójimo”, orando con todas sus fuerzas para nunca hacer sentir mal al otro. Solamente ayudar, tener compasión, y ceder ante la persona que te lastima. Y al hacer eso vas a quitar los malos juicios del pueblo judío y entonces Hashem nos perdonará todas nuestras faltas. Porque el aumento del amor y la paz mitiga los duros decretos más que cualquier otra cosa.

Ojalá podamos ver con nuestros propios ojos la milagrosa salvación de nuestro pueblo, muy pronto, en nuestros días. Amén!