Mensajes Desde El Más Allá

El mes pasado, la revista Newsweek publicó un artículo que me llamó mucho la atención. La fotografía de ilustración mostraba una mano extendiéndose en dirección al Cielo…

El mes pasado, la revista Newsweek publicó un artículo que me llamó mucho la atención. La fotografía de ilustración mostraba una mano extendiéndose en dirección al Cielo con el siguiente titular: “El Cielo es Real: un Médico que Experimentó la Vida Después de la Muerte”. En el artículo se relataba la inusual historia del Dr. Eben Alexander, un neurocirujano que había dado cátedra en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.

El Dr. Alexander se consideraba a sí mismo un científico que podía explicar en forma racional todo, incluyendo revelaciones de Di-s que la gente había tenido en experiencias cercanas a la muerte. Pero su total dependencia en la ciencia habría de cambiar muy pronto, cuando contrajo una forma muy rara de meningitis bacterial, que le atacó el cerebro y lo sumió en un coma profundo. Y lo que encontró durante sus siete días en coma fue algo más allá de todo lo que estaba preparado para esperar en su condición de médico.

Para su sorpresa, su existencia terrenal se tornó en una existencia espiritual. Ahora que era más alma que cuerpo, el Dr. Experimentó la realidad de las dos cosas en las que jamás antes en su vida se había permitido creer: el Cielo y un Di-s Viviente que ama a Sus criaturas en forma incondicional.

La conciencia que adquirió en ese estado de coma lo cambió de manera profunda. A riesgo de destruir su reputación profesional, el Dr. Alexander compiló sus revelaciones celestiales en Proof of Heaven – La Prueba del Paraíso, el libro que acaba de publicar (y que actualmente es número uno en la lista de best-sellers del New York Times). Además de convertirse en el artículo de portada del Newsweek, su experiencia de coma también hizo que apareciera como invitado en el “Show del Dr. Oz” y en un programa especial de Oprah Winfrey. Sus intenciones al cobrar notoriedad pública era demostrarle al mundo, en especial al mundo médico, que en realidad el ámbito espiritual sí existe y que el camino a la verdad va mucho más allá de la mera ciencia.

Para mí, la historia del coma del Dr. Alexander fue como una especie de deja-vu, porque me hizo acordar de Rafael, el hijo de un amigo mío.
Cuando Rafael tenía 19 años, sufrió una reacción adversa por un remedio que tomó y lo llevaron en ambulancia al hospital más cercano. En la sala de emergencia, los médicos le dieron otro remedio más, que le hizo sufrir un paro cardíaco. Y después se sumió en coma.

Día tras día, Rafael permaneció en su estado vegetativo. Los doctores se dieron por vencidos pero sus padres estaban resueltos a sacarlo del coma. Un día, el psicólogo de Rafael propuso que los padres hicieran que Rafael se comunicara con ellos a través de un sistema de comunicación facilitada.

Este es un método que ayuda a las personas no-verbales y discapacitadas a formar palabras y oraciones. El “facilitador” suavamente sostiene la muñeca de la persona discapacitada mientras esta golpea las letras de un teclado o señala letras en un tablero especial. Los padres de Rafael estaban muy ansiosos por usar este método con Rafael; querían saber cómo se sentía. ¿Acaso tenía hambre? ¿Sentía dolor? ¿Había algo que ellos pudieran hacer para ayudarlo?

Lo que los padres de Rafael pronto descubrirían era que Rafael estaba desconectado del mundo físico. Se enterarían por medio de la comunicación facilitada, que estaban conversando con su alma. Y su alma reveló maravillosos mensajes acerca de Di-s, del reino espiritual, del pueblo judío y del mundo entero.

Antes del coma, Rafael había estado en una etapa rebelde de su vida. No solía hablar de Di-s. Pero en el coma, el alma de Rafael constantemente hablaba de Di-s (lo cual tiene mucho sentido, ya que el alma es una pequeña parte de Di-s).

El padre de Rafael me dio la transcripción de todas las sesiones de comunicación facilitada para que las publique. Y si bien el coma de Rafael tuvo lugar hace ya quince años, los mensajes celestiales de Rafael siguen teniendo relevancia hoy. Y tal vez aún más que antes. Sus mensajes no sólo levantan el velo que cubre el mundo espiritual sino que contienen advertencias al pueblo judío del potencial peligro que aún enfrentamos. Pero lo más importante de todo es que sus mensajes ayudaron a aquellos que los oyeron y los ayudó a que se acercaran a Di-s.

A continuación algunos breves extractos de los mensajes de Rafael:

22 de diciembre de 1996

Me dieron una llave. Espero que sepa cómo usarla. Te diré lo que me dijeron. Mi amigo aquí también necesita escuchar esto. Existe una sola razón para vivir. Amar a cada judío no importa lo que pase. Esa es la Torá. Esa es la vida. Todo lo demás es una mentira. Papá (dirigiéndose al padre de Rafael): yo soy tan joven. No quiero morir… Papá, un hombre con una larga barba blanca vino a verme y me dijo que Hashem me ama y que quiere que vuelva a Él. Sentí mucho miedo. Pero cada palabra que dijo me hizo sentir mejor, más calmo. Me resultaba muy familiar y me sentí muy cerca de él. Sentí que de veras le importaba de mí. Me dijo que todo lo que sentía que no era cierto sí era cierto y que muy pronto cada judío sabrá la verdad. Me dijo que los que se nieguen a aceptar lo obvio no podrán vivir.
Papá, por primera vez en mi vida, comprendí. Pude ver más allá de mí mismo, hacia la eternidad. Papá, yo no soy el único que vive una mentira. Yo solamente soy el evidente. Él me dijo que corremos peligro. El genuino amor es lo único que puede salvarnos pero yo le dije que no sé qué significa eso. Jamás experimenté un sentimiento así. Él me dijo que Hashem quiere colmarnos de Su amor y Su afecto pero nosotros solamente nos amamos a nosotros mismos y por lo tanto no podemos recibir Su amor. Papá, en ese momento me sentí tan bien, tan completo, tan lleno. Papá, es un éxtasis que Él nos ame… Ahora te puedo asegurar que el Olam Haba, el Paraíso, sí existe y que el más grande amor imaginable realmente existe. Papá, está dentro de nuestras almas. Él es nuestro único Padre o Madre o Amante o Amigo. Esa es la única fuente de amor. Sí, la mayor parte de mi vida yo rogaba poder sentir amor pero no podía ni recibir ni dar. Nunca pude entender. Papá, únicamente los que saben dar van a sobrevivir. Esa es la verdad que se me reveló.

23 de diciembre de 1996

Tengo tantos sentimientos extraños. Mamá, yo siento a Di-s. Yo creo que Lo siento. Otra vez vino a visitarme esa persona. Me dijo que Di-s me salvó de la destrucción. Me dijo que la salvación está cerca para todos nosotros. Dijo que tengo un alma muy grande y que Di-s no me iba a permitir que la destruyera. Mamá, ¿quién iba a pensar que yo iba a recibir un mensaje del Cielo? Mis amigos se matarían de risa.
(Rafael muy pronto descubre que esta persona que lo visitó, el de la barba blanca, es su bisabuelo que falleció cuando Rafael era muy pequeño. En mensajes subsiguientes él se refiere a este visitante como el Abuelo).

7 de enero de 1997

Papá, quiero decirte algo que me perturba mucho. Él vino otra vez. El abuelo me dijo que está muy preocupado. Él sabe que el…. Me da miedo decirte esto pero él dijo que el decreto celestial en contra del pueblo de Israel y el mundo está en pie. Me dijo que se acerca el momento y que toda la naturaleza es la primera advertencia. El Abuelo me dijo que todo lo que ocurrió en el reciente lapso de tiempo es una advertencia para nosotros, pero que muy pocos están escuchando. Papá, él estaba tan preocupado… dijo que todo lo que pasa en Israel será solamente un comienzo para el mundo. Reza, papá. A mí también me asustó.

3 de febrero de 1997

Yo sé, mamá, que nos aguardan épocas difíciles. Las buenas noticias llegarán recién cuando todos hagamos teshuvá (retornemos a Di-s). No es solamente nosotros. Son todos. Sí, grandes guerras y pequeñas guerras. Terremotos y muchas así llamadas “muertes naturales”. Mamá, yo soy uno de esas calamidades. Mírame. Es algo imposible de comprender. “Error del hospital” – qué tontería…. ¿Acaso no entiendes lo que en verdad está ocurriendo? Hashem está advirtiendo una y otra vez pero ¿quién está escuchando? A este paso, no van a quedar muchos para el recuento final.

7 de febrero de 1997

Solamente tengo que decir que el Abuelo estaba vestido de negro. Le pregunté por qué. Me dijo que el decreto celestial está en efecto. Solamente dijo lo que tenemos que saber.

9 de febrero de 1997

Mamá, la redención ya empezó. Sí, es un largo camino. El Abuelo me dijo que no va a ser fácil. Puede que dure años enteros, pero ya comenzó. Mashíaj (el Mesías). Eso es lo que el Abuelo me dijo. Tal vez haya un lapso más corto. Él no sabe pero ciertamente comenzó. Es el comienzo del fin.

22 de junio de 1997

Quiero darle este mensaje a todo el que esté interesado. Quiero decirles a todos que cada persona que parece de una u otra manera estar discapacitada, tanto si es síndrome de Down o autista o tiene parálisis cerebral o cualquier otra incapacidad mental, o los que están inconscientes, como yo, después de un derrame cerebral o una víctima de Alzheimer o cualquier otro problema médico que deje a la persona inconsciente o discapacitada— todos nosotros sabemos, oímos y entendemos todo. No podemos expresarnos en forma total pero sí somos conscientes. Sentimos y sufrimos. Y nos alegramos. Incluso somos más felices que las personas normales, porque vemos la verdad mucho más que ustedes. Por supuesto, eso en el caso de los que verdaderamente creen. Pero los discapacitados que jamás creyeron sufren mucho porque la verdad les resulta más difícil. Por favor dense cuenta de la verdad de mis palabras. Yo soy alguien que vino de regreso y puede contar el cuento. Escúchenme. Esto puede salvarlos de la destrucción y a sus familiares discapacitados, de mucho sufrimiento. Recuerden siempre que por dentro somos todos iguales.

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El coma de Rafael duró más de seis meses. Cuando milagrosamente se despertó, se volvió (y continúa siéndolo) fuertemente comprometido a servir a Di-s, observando la Torá y ayudando a los demás.

Sintetizando su completa transformación espiritual durante el coma, Rafael escribió: “Necesitamos tener perfecta confianza en Hashem… Por más difíciles que sean las cosas, no podemos dejar que eso debilite nuestro servicio [a Di-s]. Tenemos que aceptar que todo lo que le pasa a la persona en este mundo es lo mejor para esa persona”.