Nunca es demasiado tarde

¿Cómo podemos ayudar a alguien que no tiene ninguna ambición en la vida excepto ser un drogadicto y vivir una vida de crimen y violencia?

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 17.03.21

¿A quién admirabas cuando eras pequeño? ¿Qué rasgos en particular admirabas en esa persona? Todo aquel al que hayas admirado era alguien al que considerabas exitoso. Era alguien que te ofrecía un sano ideal de lo que podías llegar a aspirar en la vida. Lo que viste en esa persona era algo que deseabas para ti mismo.

 

¿Acaso puedes imaginarte ser un ladrón o un traficante de drogas? Hay un montón de niños que en este mismo momento están soñando con ser asesinos o los más exitosos traficantes de drogas del barrio. Y en verdad ¿por qué no? Toda esa gente vive una vida intensa; nunca se quedan sin dinero ni sin drogas y todos quieren ser amigos suyos. Si tu papá te golpeó tanto que no pudiste ir a la escuela durante semanas enteras; si estabas tan deprimido que te querías tirar de la ventana; si literalmente te morías de hambre por una sonrisa o por una palabra de aliento de cualquier persona; ¿de veras piensas que ibas a poder resistir a un carismático “nuevo padre” que te daba de comer y te presentaba nuevos bares, drogas y una emocionante vida criminal, igualito que en la televisión?

 

Una vez que logras robar tu primer negocio o vender tu primer gramo de cocaína, tal vez pienses: “Eh… qué bueno que soy en esto. La verdad es que puedo llegar a convertirme en el as del crimen!” Si nunca te alabaron por nada en la vida, salvo por robar un automóvil o un negocio, entonces ¿por qué no vas a querer hacerlo de nuevo?

 

Pero cuando te mandan a la cárcel, se acabó la “fiesta”. Ahora cada uno es responsable de sí mismo. A menos que sean una banda. Pero si no, entonces vas a aprender muy rápido cómo se hacen las cosas “por adentro”. Si no te resistes, te van a llamar “maricón” y te van a quitar todo lo que quieran. Si sí opones resistencia, entonces vas a tener que enfrentarte no a uno solo, sino a setenta. Hasta te pueden apuñalar en la nuca mientras subes las escaleras o te pueden quemar la cara si alguien piensa que te le adelantaste haciendo la cola.

 

Para los pedófilos, la cárcel es prácticamente una condena a muerte. Muchos de los que están en la cárcel fueron ellos mismos víctimas de pedófilos y van a hacer todo lo que puedan por vengarse. Y no importa si el pedófilo es un viejito débil. Ellos van a encargarse de hacer derramar su sangre por todas partes…

 

¿Cómo podemos ayudar a alguien que no tiene ninguna ambición en la vida excepto ser un drogadicto y vivir una vida de crimen y violencia? ¿Qué clase de rehabilitación es posible con alguien que está “aburrido” de obedecer la ley y que vive para sentir de nuevo esa sensación de omnipotencia que sintió cuando consiguió meta y cocaína? ¿Cómo puedes ayudar a alguien que piensas que eres un idiota por dejar tus llaves en el auto y merecer que te lo roben? ¿Qué clase de rehabilitación va a funcionar con esas almas perdidas cuyo único objetivo en la vida es arriesgarlo todo y no ser atrapado? ¿Cómo puedes salvar a alguien cuya máxima “ambición” es poner a prueba su propia fuerza contra todo el que se le cruza en el camino?

 

En la cárcel hay dos clases de internos.

 

Está el puramente malvado. Es el que lleva ocultos cuchillos y agujas en el cuerpo por si necesita amenazar, acuchillar o matar a alguien mientras los guardias sienten terror de entrar a la celda. Para cuando llegan los refuerzos con equipo protector, ya es demasiado tarde. Esta clase de internos tienen una condena de treinta años pendiéndole y sienten que no tienen nada que perder si le agregan otros cinco o diez años. Su misión en la vida es hacer caer a la mayoría cantidad de personas posible. No se lo puede ayudar y no hay que mostrarle nada de compasión. En una sociedad justa, basada en la ley judía, diferenciaríamos la gente que no tiene intención de detener su propia violencia de la aquellos que quieren vivir una vida decente pero todavía no saben cómo.

 

La segunda clase de presos se dirige a Dios porque ahora tienen que sobrevivir entre asesinos, violadores, sadistas y ladrones de la peor clase. Quieren escuchar historias de esperanza e inspiración como por ejemplo cómo Yosef triunfó en la vida a pesar de haber sido como esclavo a Egipto; cómo Rabí Shimon alcanzó su máxima altura espiritual al escaparse de los romanos y ser encarcelado durante 13 años en una cueva; cómo el Rey David y Rabí Akiva superaron por completo el rechazo de sus familias y la más abyecta pobreza para convertirse en las figuras más famosas; cómo Jacob sobrevivió cuando su hermano Esav prometió matarlo. Se sienten fascinados por la increíble compasión que Hashem le mostró a Caín, el primer asesino del mundo, al decirle que si cambiaba de conducta, Dios lo iba a perdonar y hasta lo iba a proteger de sus potenciales atacantes.

 

En la cárcel te lo quitan todo. No puedes poseer nada porque puedes usarlo como arma. Lo único que puedes poseer son tus anteojos y una Biblia si tienes una. Las versiones en español de los libros del Rabino Shalom Arush sí son aceptados en la cárcel. Para algunos presos, estos libros son sus más preciadas pertenencias. Hay un preso con el que suelo conversar que literalmente no puede dormir a menos que tenga los libros del Rabino Arush con él debajo de la almohada.

 

Ayer me enteré de otro muchacho judío que cayó en las garras del crimen. Yo lo conocí de chico, junto con su familia. Era un niño adorable con tantas virtudes! Pero estaba muy enojado por un cierto tema y aparentemente el problema quedó sin tratar. Hace unas semanas, mi señora se enteró de que ese chico vendía drogas y predijo que iba a terminar en la cárcel. Por desgracia, su predicción se cumplió.

 

Dios quiera que esta Jánuca traiga muchos milagros para todos y en especial para aquellos que están encerrados y luchando por saber quiénes son. Que el Dios de Israel los ayude a encontrar el camino a casa. Amén.

 

 

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