Un poco de paciencia

Detrás de cada historia de conversión, detrás de cada testimonio de un noájida o de un judío que se volvió observante, hay una gran enseñanza...

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Tali Mandel

Posteado en 16.03.21

Ya he perdido la cuenta de la cantidad de veces que he mencionado la necesidad de tener paciencia en estos artículos que gracias a Di-s llevo ya años escribiendo. Sin embargo, es un tema en el que no dejo de ver el interés y la necesidad de compartir enseñanzas y pensamientos.

 

La paciencia es necesaria en muchos aspectos de la vida, desde la más tierna infancia cuando nos desesperamos porque llegue la tan ansiada comida pasando por la adolescencia con sus consabidas rabietas por cualquier cosa y la juventud cuando estamos impacientes por comenzar nuestra vida adulta y autónoma y emanciparnos de una vez.

 

En el caso de los noájidas y en el caso de los conversos, la paciencia es un rasgo de carácter que se pone a prueba de forma patente y constante. Cuando una persona comienza el camino de la observancia religiosa tiene que armarse de paciencia y voluntad para no decaer y abandonarlo todo. Hay muchas cosas que ignoramos antes de volver nuestros rostros al Creador y aceptar Su voluntad en nuestras vidas. Para aprenderlas, hay que tener paciencia con uno mismo y con los demás con el fin de poder respetar las leyes que nos toca cumplir.

 

A lo largo de mi propio camino, debí aprender a tener paciencia y a darme a mí misma una oportunidad tras otra. Finalmente, todo el esfuerzo tiene su fruto que recogemos con mucha dulzura el día en el que completamos el proceso de conversión. Pero detrás de cada historia de conversión, detrás de cada testimonio de un noájida o de un judío que se volvió observante hay una gran enseñanza de paciencia y de humildad que es importante tener en cuenta y aprender de ella.

 

Es normal que al principio queramos hacer todo, con la mejor intención del mundo que es la de satisfacer a nuestro Creador. Pero debemos tener en cuenta que hay que respetar unos tiempos de aprendizaje y hay que saber hasta dónde podemos llegar en cada momento. La persona quiere hacer las cosas lo mejor posible, pero para ello debe saber cómo hacerlo. No arreglamos nada si comenzamos con mal pie, haciendo bendiciones en vano (que Di-s no lo permita) o cayendo en otro tipo de errores fruto de la impetuosidad propia del principiante.

 

Es necesario informarse bien y saber que lo importante es continuar en el camino, con un paso firme y decidido. El noájida se despierta y ve la realidad de la idolatría en la que vivía sumido y, como es natural, quiere salir de ahí lo antes posible… ¡le quema el suelo que pisa! Sin embargo, no sabe adónde ir ni cómo hacer las cosas. Bueno, debe comenzar a informarse de los 7 preceptos noájidas e ir cumpliéndolos de la mejor forma posible. Puede encontrar mucha información en internet (de la que siempre es bueno cerciorarse de su veracidad) para comenzar su aprendizaje, que es un camino hermoso y lleno de sorpresas agradables aunque no exento de trabajo y esfuerzo.

 

El futuro converso sigue un camino parecido, solamente que se encuentra con la tarea de aprender las 613 mitzvot y de someterse a un tribunal kasher y ortodoxo para culminar su proceso de conversión. Para completar este arduo camino necesita armarse de paciencia y tener muy claro su objetivo. De una forma más o menos similar dependiendo del caso, el judío que se vuelve observante también debe aprender cómo servir a Di-s en su calidad de judío e incluso tomar clases para aprender a hacer correctamente las cosas en las que pudiera haber estado cometiendo error durante su vida no observante.

 

Como ven, todos tenemos que aprender y la mejor herramienta que hay para ello es el amor por HaShem y la paciencia para hacer las cosas a su debido tiempo. ¡No se impacienten! Si tienen prisa, estudien más pero no corran a hacer lo primero que lean en internet o vean en un vídeo de YouTube, así sea recitar bendiciones o hacer meditaciones cabalísticas. Paso a paso, poco a poco, así es como se avanza verdaderamente.

 

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com

 

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