Uno y Único

HaShem no nos ha dejado en este mundo olvidados sin saber lo que hacer sino que continuamente interactúa en nuestras vidas...

3 Tiempo de lectura

Tali Mandel

Posteado en 17.03.21

HaShem, en Su infinita sabiduría, nos dio un código de conducta, unos parámetros, unas leyes, como quieran decirlo. No nos ha dejado en este mundo olvidados sin saber lo que hacer sino que continuamente interactúa en nuestras vidas y además de esto, debido a que Su presencia está oculta, nos ha enseñado cómo debemos actuar.

 

Para los judíos, hay 613 preceptos que deben ser cumplidos y para el resto de las naciones hay 7 preceptos noájidas. Muchas personas, no judías, que han abandonado la idolatría, se preguntan cuáles son estos preceptos noájidas y cómo pueden cumplirlos. Pueden chequear el artículo llamado “Las siete leyes de Noé – Resumen” que fue publicado anteriormente para ver el listado completo de las leyes noájidas. Vamos a empezar aquí hablando del primero de ellos: Saber que existe un solo Di-s, Infinito y Supremo sobre todas las cosas.

 

La unicidad de HaShem es algo tan simple y a la vez tan complejo como suena. Solamente Él ha creado todo lo que existe, ha existido y existirá. Es atemporal y no se atañe a las leyes del tiempo que hemos inventado. A lo largo de la historia de la humanidad la idolatría se ha expandido como una terrible plaga sobre todas las naciones del mundo. El ser humano ha preferido la comodidad de tener una estatua a la que adorar porque es algo tangible que pueden ver con sus ojos y tocar con sus manos. Es de todos conocida la gran variedad de criaturas inventadas a las que los egipcios, los griegos, los romanos adoraban. Hoy en día también sufrimos esta plaga, es algo así como una enfermedad que asola naciones enteras. Pero no se preocupen, ¡existe una cura! La sanación está en la emuná. Esta es la píldora mágica que puede sacarles a todos de esta ilusión vana y vacía de creer en historias creadas por el hombre y decoradas a lo largo de años para hacer creer a los ilusos que hay algo más a lo que hay que prestar atención.

 

Todas estas ilusiones no hacen más que separar a la persona de su objetivo en la vida, que es seguir los caminos de HaShem. Muchos dicen que es difícil dejar atrás las tradiciones idólatras que han venido manteniendo durante toda su vida. Que la navidad es una reunión familiar, que la semana santa la toman como vacaciones simplemente, que las peregrinaciones para ir a ver “santos” no hacen daño a nadie y que las iglesias y los templos son obras de arte. Pues bien, les diré que uno se puede auto-convencer de cualquier cosa, podemos encontrar justificación para cualquiera de nuestros actos. Por ejemplo, si estás haciendo dieta estricta, qué importa que te comas de repente una tableta de chocolate, al fin y al cabo el cacao es una planta, ¿no? Y podemos argumentar que en realidad estamos comiendo verduras… Pero en el fondo sabemos que nos estamos engañando a nosotros mismos, es una mentira y por mucho que nos esforcemos en creerla, seguirá siendo una mentira.

 

Así pues, cada uno puede seguir con una vida de engaños y cuentos endulzados o bien puede abrir los ojos y ver la realidad: HaShem no necesita de nadie más para “ayudar” a hacer salir el sol cada mañana. Él lo hace todo y solamente por Su infinita misericordia estamos en este mundo. Lo mínimo que podemos hacer es reconocer Su supremacía y Su unicidad. Una vez que la persona entiende esto, llega a la emuná completa y absoluta y encuentra su paz interior.

 

Seguiremos desarrollando en otros artículos futuros, con ayuda de Di-s, el resto de los preceptos noájidas.

 

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com

 

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario