Bajo las alas del tzadik

Los padres de Kimberly estaban furiosos. La gente pensaba que los moretones que tenía eran por los ejercicios de gimnasia pero…

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 17.03.21

De acuerdo con la Kabalá, cuando Adán y Eva pecaron, las vasijas espirituales que contenián la luz Divina se hicieron pedazos y las chispas de las mismas quedaron dispersas en todo el mundo. Al igual que diamantes, estas chispas quedaron enterradas hasta el día de hoy bajo capas y capas de impureza espiritual, llamadas en hebreo klipot. Nuestra función en la tierra consiste en encontrar y elevar estas chispas, pues cuanto más son restauradas a la pureza, más rápido llegará el Mashíaj, completando así el tikún haolam, o sea, la rectificación del mundo.

 

Una de estas chispas, del tamaño de un Diamante Hope espiritual, cayó en Oklahoma.

 

“Kimberly Brown”[1] se crió en la ciudad de Oklahoma. A primera vista, lo tenía todo  -padres acaudalados e influyentes, una sonrisa cautivadora, inteligencia y destreza atlética. La gente pensaba que los moretones que tenía eran por los ejercicios de gimnasia pero estaban equivocados. Sus padres eran personas abusivas, tanto física como mentalmente; además eran controladores y sofocantes: Hydes en casa y Dr. Jekylls en público. Aunque Kimberly fue aceptada para un colegio secundario en otro estado, la enviaron a un colegio local, para que siguiera viviendo bajo sus botas de hierro.

 

Siempre la arrastraban a la fuerza a la iglesia local a pesar de que ella jamás se sintió a gusto con una fe que estaba basada en un salvador de carne y hueso que era producto de una concepción supuestamente inmaculada. Además, la discrepancia entre los sermones ornamentados del pastor y el verdadero comportamiento de sus padres “religiosos” le daba asco. La hipocresía era repugnante y hacía mucho que su alma anhelaba algo real. Kimberly le suplicó a un poder superior que ella esperaba que la escuchara. Y Él así lo hizo.

 

Una tarde, cuando sus padres estaban en la cancha de golf, y ella se había quedado sola en casa, Kimberly encontró una caja con fotos viejas de la familia que estaba guardada en el ático. Al parecer, nadie había visto esas fotos y esos documentos tan viejos. Con los ojos llenos de asombro, Kimberly miró uno por uno los papeles ya amarillentos que se remontaban al año 1909 y firmados en Ellis Island. Uno de esos documentos era el certificado de inmigración de un tal Abraham Bronstein oriundo de Lituania, a quien los empleados de inmigración llamaron “Brown”. En el espacio reservado para los datos de religión, alguien había escrito “Judío”. Kimberly se quedó boquiabierta. Pero eso no era todo. Ella siempre había estado segura de que el apellido de soltera de su nombre era Kelly y que su mamá provenía de la zona de Maine. Pero ahora encontró un diploma de la escuela secundaria del año 1974 a nombre de Susan Kalmanowitz de un colegio secundario de Boston. En resumidas cuentas: sus dos padres eran judíos y se habían asimilado, ocultando cualquier señal que revelara sus orígenes judíos. ¡Kimberly era judía!

 

Durante los meses que siguieron, Kimberly navegó por la web horas y horas buscando información del judaísmo y las costumbres judías. Ella sola, sin ayuda de nadie, empezó a observar las costumbres judías y los preceptos de la Torá. Sus padres estaban furiosos. Kimberly soportó una tremenda angustia que hubiera sido capaz de matar a alguien que no tuviera una emuná bien sólida. Pero ella ya se había conectado con Breslev Israel y había devorado nuestros libros y CDs y empezó a escribirme en forma asidua. Para cuando la conocí personalmente durante nuestra gira por Texas y Oklahoma, ella ya se había librado de las garras de sus padres y vivía sola. Su vida estaba muy lejos de ser fácil y además todavía cargaba con la carga emocional de un pasado muy difícil. Yo le recomendé que hiciera aliá a Israel y así lo hzo. Hoy en día, ella ha empezado una vida nueva.

 

Durante su primera semana en Israel, mientras se enfrentaba a todo un nuevo paquete de desafíos, Kimberly tuvo un sueño, en el que se vio perseguida por todo el mundo. En el sueño, ella iba corriendo por una carretera hasta que a cierta altura vio un cartel indicador que decía “Bnei Brak – límite de la ciudad”. Nunca antes había estado en Bnei Brak. Ella fue corriendo a un edificio para escaparse de toda la gente que la estaba persiguiendo. El edificio estaba lleno de gente cantando una hermosa melodía celestial en armonía cuádruple. Un hombre con aspecto de santo con el rostro cubierto por el manto de rezo le hizo una señal; el alma de ella oyó que el alma de él le decía: “Ven, hija mía, refúgiate aquí”.

 

Antes de que se diera cuenta de lo que estaba pasando, estuvo bajo sus alas, sintiendo una sensación de calma, dicha y paz interior como nunca antes en toda su vida había sentido. Ella oyó gritar a la gente: “¡Rebe de Vishnitz, Rebe de Vishnitz!”. Ella no tenía la menor idea de lo que era “Vishnitz” pero sí conocía el término “Rebe” de los libros de Breslev que había leído. Kimberly ansió ver el rostro del Rebe. Leyéndole la mente, el Rebe se levantó el manto de rezo del rostro y le sonrió con una calidez que para ella fue como un bálsamo curador para sus muchas cicatrices emocionales.

 

Kimberly se despertó del sueño. Ni había estado en Bnei Brak ni había visto una reunión jasídica. De inmediato se sentó frente a la computadora y googleó “Vishnitz” y en el primer link, Wikipedia, que contaba la historia de la dinastía de Vishnitz, vio la foto del actual Rebe, que Hashem le dé una larga vida, Rebe Israel Hager. Kimberly prorrumpió en llanto – ¡ese era el rostro que había visto en el sueño!

 

Esa misma mañana me envió un mail preguntándome el significado del sueño y si era un sueño verdadero. Le respondí que ciertamente era verdadero y que realmente podía considerarse muy afortunada. En virtud de su devoción al judaísmo a pesar de todos los obstáculos, ella había merecido la protección del Rebe de Vishnitz. En un mail subsiguiente, me preguntó si yo conocía al Rebe personalmente, y le respondí que sí, y que además de ser un tzadik hijo de tzadikim, que era el ser humano más bueno y más considerado que uno pueda concebir.

 

Los tzadikim verdaderos de cada generación poseen un poder prodigioso, y literalmente nos protegen bajo sus alas igual que una mamá gansa protege a sus gansitos. Es por eso que los jasidim de Breslev se unen a todos los tzadikim verdaderos antes de orar o estudiar.

 

Querido lector: que todos tus lindos sueños también puedan hacerse realidad muy pronto y gracias, Hashem, por todos los tzadikim verdaderos. Que todos gocen de una vida larga y buena. Amén!

 


[1] Este no es su nombre real. También hemos cambiado otros datos de su identidad a fin de proteger su privacidad. El resto de la historia es absolutamente verídico.

 

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1. carlos alberto bernal lotero

3/08/2018

veo los videos y las charlas y hablan del cuidado a tiene el maestro de su alumno de no dejarlo solo … yo quisiera tener ese maestro q me enseñe y me guie ….

2. Keila Villa

11/02/2017

Quisiera ser parte de ese pueblo bendito, pero muchos dicen no puedo pertenecer a su pueblo, quiero celebrar con el bendito Israel sus festividades y ser parte, pero muchos amigos dicen no puedo ser judia o participar con ellos, por favor ayúdeme porque mis hijos desean ser parte de ese pueblo también. Todá Rabá.

3. ronald muñoz

8/12/2015

peticion

seria bueno que hubiera mas "tsadikim" que lo arrastren a uno hacia Hashem que nos enseñen a cumplir con los mandamientos de la manera correcta; si que los haya.

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