La chispa de bien

Intrínsecamente, el alma Divina dentro de cada persona es buena, porque es una pequeña chispa de la Divinidad

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 14.03.21

La conciencia de que tenemos mucho por mejorar nos lleva a juzgar favorablemente a los demás. En ese sentido, dijo Rabí Najman que hay que buscar lo bueno inclusive en la persona aparentemente más malvada (Likutey Moharán I. 282).

 

¿Para qué vamos a buscar lo bueno en una persona malvada, en alguien que no soportamos? Intrínsecamente, el alma Divina dentro de cada persona es buena, porque es una pequeña chispa de la Divinidad. El mal que demuestra esa persona es la manifestación de su incapacidad o su falta de voluntad de superar su mala inclinación. Al buscar lo bueno, uno encuentra un “rayo de luz” en el “malvado” y esa poca luz logra disipar hasta la más densa oscuridad. Por eso, tal como explica Rabi Najman, cuando encontramos un punto bueno en esa persona, esta empieza a actuar mejor.

 

Al ver el mal en los otros, nosotros mismos estamos conectados con el mal. La persona humilde piensa: “Guau, si Hashem no me hubiera ayudado, yo podría ser incluso peor que esa persona!”. La persona humilde no juzga a los demás y si lo hace, le da el beneficio de la duda.

 

El que vive la vida en verdad consigo mismo puede fortalecer a los demás. Puede alentar a los deprimidos y a todas las almas quebrantadas. De hecho, se puede identificar con ellos y decirles: “Yo no soy mejor que tú. Yo también toqué fondo e hice cosas terribles. He cometido errores a doquier. Pero siempre puedes dirigirte a Hashem”.

 

La diferencia entre éxito y fracaso o entre alegría y tirteza es saber cuál es nuestro lugar en la escalera espiritual. Sí, no es fácil. Hacen falta horas de introspección, plegaria personal, teshuvá, confesión. Significa vivir la verdad de dónde estamos en el mundo y significa dejar de engañarnos. Dejar la fantasía para Disney…

 

Cuando alguien se identifica contigo, y tú sientes que él te comprende porque ha experimentado las mismas dificultades que tuviste tú, te llenas de esperanza. Si él pudo elevarse al fortalecer su emuná y hablar con Hashem, también puedes tú!

 

Juzgar a los demás es muy peligroso, porque la Corte Divina nos juzga exactamente de acuerdo a la forma en que juzgamos a los demás. Nuestros Sabios nos advierten que no debemos juzgar a nadie hasta no estar en sus mismas circunstancias exactamente. Hashem es el único calificado para juzgar a la persona, porque solamente Él sabe y conoce todos los hechos pertinentes. Una vez que nos damos cuenta de que simplemente somos incapaces de juzgar con justicia a los demás, entonces dejamos de juzgarlos. En vez de juzgarlos, nos identificamos con ellos y les tenemos compasión, así como Hashem hace con nosotros. Actuamos con los demás de la misma manera que nos gustaría que los demás actúen con nosotros si estuviéramos en esas circunstancias. Y si sí juzgamos, lo hacemos con entendimiento, con comprensión, igual que querríamos que nos juzgaran.

 

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1. Noemi

11/07/2017

Muy buen comentario. Lo aplicare para no juzgar más a ninguna persona y debo cuidar mi lengua (lashon jara) "HS" les bendiga.

Gracias por tu respuesta

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