La Oscuridad antes de la Luz

¿Alguna vez pensaron por qué en el calendario hebreo el día comienza con la puesta del sol y la oscuridad de la noche precede a la luz del día?

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 17.03.21

¿Alguna vez se preguntaron por qué en el calendario hebreo el día comienza con la puesta del sol y la oscuridad de la noche precede a la luz del día? Esta es una firme ley de la creación que se pone de manifiesto en la vida a cada día y en cada situación.

Antes de que la persona vea la “luz” en su vida, o sea, el éxito y los logros, primero tiene que pasar por la “oscuridad”, osea, por los obstáculos, los fracasos y los contratiempos. HaShem hace esto para que nos libremos de toda la arrogancia que la serpiente primigenia le infundió al hombre cuando dijo: “Y serán como Dios” (Génesis 3:5).

La oscuridad que debe soportar la persona tanto en lo material como en lo espiritual quiebra su “oscuridad interna” de herejía y arrogancia. Con las estrecheces de la dificultad, la persona se da cuenta de que es una nada sin HaShem y comienza a entender que necesita a HaShem en su vida.

Ahora podemos comprender por qué HaShem nos envía a veces momentos difíciles – las contracciones, el exilio del alma y los períodos de depresión. Mucha gente no empieza a buscar a HaShem a menos que se enfrenten a la bancarrota o a una enfermedad o a un problema matrimonial aparentemente insoluble. HaShem quiere que dejemos de lado nuestra soberbia y nos sometamos a Su voluntad por nuestro propio beneficio, pues al someternos a Él estamos acabando con nuestra propia oscuridad interna.

Cuando HaShem destruye nuestra arrogancia, nos da el deseo de buscar la luz. Muchas veces los seres humanos se olvidan de HaShem en las buenas épocas, y se vuelven soberbios, pensando que lo que les trajo el éxito fue su propio talento y sus propias habilidades. Eso es lo que quiere decir la Torá cuando dice “Y Yeshurún (metáfora de Israel) engordó y dio una patada” (Deuteronomio 32:15).

Todo el tiempo debemos recordarnos a nosotros mismos que la arrogancia es la raíz de los problemas que uno tiene en la vida. La persona tiene una tendencia natural a olvidarse de HaShem en los buenos tiempos. Por eso, los periódicos contratiempos son recordatorios cariñosos de que necesitamos a HaShem en nuestras vidas. El sometimiento a HaShem, que es lo opuesto de la arrogancia, es la clave para conectarnos con HaShem.

La arrogancia crea una barrera entre la persona y HaShem. Es como un globo de gas: cuanto más inflado es el ego de la persona, más alto es su orgullo. Pero apenas surge el más mínimo contratiempo y pincha el globo, más hondo cae la persona; cuanta más arrogancia tiene, más profunda es la caída. Sin embargo, no olvidemos que la caída no es un castigo, sino que es la forma en que HaShemnso ayuda a aprender a ser humildes y sumisos. Porque todo el tiempo que la persona es arrogante, no puede ni rezar ni aprender emuná. La arrogancia bloquea la iluminación Divina, impidiendo que llegue al alma.

Dice el Rey Salomón: “La locura de la persona la descarría y entonces se enoja con HaShem” (Proverbios 19:3). En otras palabras: la persona hace tonterías. Y cuando cosecha los amargos frutos de sus propios actos, se enoja con HaShem. En vez de echarle la culpa a HaShem, deberíamos darnos cuenta de que lo que nos conduce a la oscuridad es nuestro propio deseo de arruinar nuestra propia vida. Cuando la persona trata por todos los medios de hacerse cargo, acaba perdiendo el control completamente. Se aleja a sí mismo de la emuná, negándose a creer que HaShem es Todopoderoso y al hacerlo, pierde todo su poder. A esa altura, su vida empieza a deteriorar en una vertiginosa vorágine. Y cuando las cosas empiezan a salir de manera diferente a lo que él esperaba, pierde toda la voluntad y toda la vitalidad, cayendo en la autopersecución y guardándole rencor a HaShem.

¿Y dónde se inició todo? Fue cuando perdió de vista a HaShem, como si él mismo controlara su propio destino. Pongámoslo así: uno va manejando el auto que tiene un sistema de navegación GPS muy bien calibrado. Pero entonces apaga el GPS, y se pierde completamente. Y saben qué? Le echa la culpa al GPS!
 
Desde que la serpiente (que es la Mala Inclinación) les dijo a Adán y Eva que serían como Dios, la naturaleza humana ha tenido un deseo de ser como Dios, o sea, teniendo un total control de todo, sin que nadie nos diga lo que tenemos que hacer. Es por eso que no es fácil delegar el mando y someternos a la voluntad de HaShem y a Su dominio. Nos cuesta admitir que somos meras criaturas, incapaces de hacer nada sin la ayuda del Creador.

A la luz del concepto antedicho, ahora podemos comprender por qué es más fácil estudiar Torá y que rezar. Es porque la plegaria va a en contra del propio ego, pues la plegaria sincera es una declaración de que uno necesita ayuda, de que es incapaz de lograr algo por sí mismo. Por su parte, el estudio de la Torá (cuando no se lleva a cabo de la manera debida, que es para aprender emuná y acercarnos a HaShem), puede alimentar el ego hasta el punto en que uno se considera un erudito o alguien que se encuentra a un nivel superior a los demás. Es por eso que muchos prefieren estudiar Torá antes que rezar.

Los contratiempos en la vida están destinados a propiciar un proceso de introspección y re-evaluación de las acciones y los valores. Aquel que reacciona con amargura y enojo ante HaShem no está captando el mensaje, que es llamar a la persona a que Le ceda el control a HaShem y acepte de buena voluntad Su dominio.

Cuando Le cedemos el asiento del conductor a Él, no tenemos nada que temer. Uno no pierde nada al someterse a Él. Al contrario: está obteniendo emuná y todas las bendiciones imaginables. Y no sólo eso, sino que al aferrarse con emuná al Todopoderoso, uno alcanza un potencial ilimitado. Rebe Mordejai de Lejovich solía decir que sin HaShem uno no puede ni cruzar la calle, pero que con HaShem, uno puede dividir el mar…

Dice Rabí Najman (La Sabiduría de Rabí Najman 2) que uno debería arrojarse por completo a las manos de HaShem. Rabí Najman decía  a diario: “He aquí que confío cada movimiento que hago, cada palabra que pronuncio y cada pensamiento que tengo a HaShem”. Y dijo que a partir de ese momento, no tenía nada de lo que preocuparse por el resto del día, pues había depositado toda su confianza en HaShem.

Y cuando nosotros hagamos lo mismo, la oscuridad se transformará en luz.
 

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1. sayonara

11/05/2017

La Oscuridad antes de la Luz

Bendito sea El Eterno que me ha permitido leer esta enseñanza. Excelente. Mil gracias.

2. Anónimo

11/05/2017

Bendito sea El Eterno que me ha permitido leer esta enseñanza. Excelente. Mil gracias.

3. Edgardo Rubio

5/12/2014

Larga vida y paz al Rab Shalom Arush Hashem le agregue dias de vida y anos de paz al Rab Arush, nunca le falte pan, vestido y felicidad continua.

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