¡Todos podemos obrar milagros!

Enseña Rabí Najman de Breslev que las leyes naturales pueden modificarse por medio de la plegaria.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 14.03.21

Enseña Rabí Najman de Breslev que las leyes naturales pueden modificarse por medio de la plegaria. Todo el tiempo vemos cómo personas comunes y corrientes obran prodigios por medio de una sencilla pero sentida plegaria.

 

Una vez un grupo de jasídicos le pidieron a Rabí Najman de Tulchin: “Cuéntenos algún prodigio de Rabí Najman de Breslev”.

 

Y él les respondió: “¿Un prodigio? ¡El prodigio soy yo! ¡El prodigio de Rabí Najman es que tomó un animal con dos patas y lo transformó en un ser humano! ¡Ese es el más grande prodigio, el más grande milagro!”.

 

Rabí Najman de Breslev, cuando obraba algún milagro, oraba para que la gente se olvidara de lo que había hecho. Él no quería que la gente lo recordara por los prodigios y es por eso que no se cuentan muchos milagros suyos. En cierta ocasión, en una clase de Rabí Najman, se encontraba presente un hombre que hacía varios meses que no podía mover el brazo. Rabí Najman le preguntó tres veces: “¿Tienes emuná?” y él le respondió: “Sí”. Entonces Rabí Najman le pidió que moviese el brazo y él lo movió a la vista de todos los presentes.

 

Sin embargo, en términos generales, Rabí Najman Le pedía a Hashem que la gente olvidara los milagros que él había hecho, porque no quería que lo recordaran por los milagros sino por las enseñanzas que nos dejó: cómo servir a Hashem, cómo hacer teshuvá. Para eso hace falta el tzadik verdadero, que te dé palabras de fortalecimiento espiritual, consejos para mejorar tu servicio Divino. Para eso Hashem te dio la Torá: para que veas que no puedes cumplir la Torá y busques a alguien que te ayude a cumplirla.

 

No obstante, los prodigios y los milagros son algo que está al alcance de cada uno de nosotros. Muchas veces mis alumnos me cuentan que oraron por algo y todo se solucionó. Les cuento esto para que cada uno de ustedes crea en sí mismo y empiece a obrar salvaciones. El único motivo por el cual la persona no hace milagros es porque le falta emuná en su propia plegaria. Él no cree que si ora y da las gracias, va a poder obrar milagros.

 

Hashem escucha las plegarias de cada boca. Si te falta emuná en tu propia plegaria, ¡eso significa que te falta emuná en Hashem!

 

¿Por qué? Porque si uno afirma que Hashem es Todopoderoso, entonces ¿por qué Él no te puede hacer un milagro? ¿Acaso no crees que Hashem te puede traer todas las salvaciones que tanto anhelas?

 

Rabí Najman contó la historia de dos amigos que se amaban muchísimo el uno al otro. Uno de ellos se enfermó y el amigo, que lo amaba tanto, al enterarse de que el otro se había enfermado, fue a orar por él. Después de un rato fue y le preguntó a la familia si ya estaba mejor, pero ellos le respondieron que todavía no. Entonces otra vez fue a orar por su amigo y otra vez preguntó por él y otra vez recibió la misma respuesta, y así varias veces, hasta que finalmente le dijeron que ya estaba mejor.

 

Rabí Najman explica que esta es una historia verídica y que nos enseña hasta qué grado tenemos que creer en el poder de la plegaria. Si vemos que todavía no obramos un milagro, entonces tenemos que seguir orando, y tal como escribe Rabí Najman (Likutey Moharán 62): “En efecto, si la persona supiera de todo corazón que ‘toda la tierra está cubierta de Su gloria’ (Isaías 6) y que el Santo Bendito se para a la hora del rezo y escucha la plegaria, ciertamente uno oraría con tremendo entusiasmo y se cuidaría de ser muy preciso con cada palabra. Pero como la persona no sabe de todo corazón, por eso no se entusiasma tanto y no es tan preciso con cada palabra”. Yo vi con mis propios ojos cómo alumnos míos que oraron para poder comprar un departamento en Jerusalén e hicieron una larga sesión de hitbodedut y dieron las gracias, finalmente pudieron hacerlo. Y estoy hablando de alumnos que no tenían un centavo y ni siquiera podían costearse el boleto del autobús para ir hasta la inmobiliaria…

 

Ese es el poder de la plegaria y de la gratitud. Y lo mismo ocurre en todos los ámbitos de la vida. Tienes que creer en el poder de la plegaria y de la gratitud. Pídele a Hashem: “Amo del universo, no tengo a quién recurrir fuera de Ti – apiádate de mí y ayúdame”. Dale las gracias a Hashem y cuánto más, mejor!

 

 

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1. Luz

7/12/2023

Solo puedo decir gracias! Mil millones de gracias por haber encontrado este sitio, conocer libros de emuná, las charlas del Rabino Arush y el Rabino Yonatan cambiaron mi vida, gracias Hashem estoy en deuda contigo por salvarme por cuidarme y protegerme, gracias!!!

2. Carla May

4/21/2023

Comencé con un articulo que encontré de casualidad “El secreto del rey David” un personaje muy conocido en la Tora y desde entonces no he parado de buscar sus enseñanzas , en la actualidad sigo a muchos rabinos , sus enseñanzas, oraciones, himnos, etc agradezco al eterno por tan grande bendición y a ustedes por compartir lo que considero mi mayor tesoro.El eterno les pague por compartir su incomparable luz

3. Nancy

1/06/2020

Cree y ora, puedes obrar milagros…Así es

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