¿ABC o ZYX?

Rabí Najmán de Breslev nos enseña algunos principios sorprendentes y explica cómo a veces la vida va de acuerdo a nuestros planes y expectativas, y otras veces no va de la forma que deseamos…

¿ABC o ZYX?

Rabí Najmán de Breslev nos enseña algunos principios sorprendentes en la segunda parte de Likutey Moharán, lección 82. Nos explica cómo a veces la vida va de acuerdo a nuestros planes y expectativas, y otras veces no va de la forma que deseamos. Él dice que la razón por la cual las cosas no van de acuerdo a nuestros planes es porque nos consideramos como "grandes reyes". Espiritualmente, nuestro ego demasiado inflado se interpone en nuestro camino y arruina las cosas.

Tenemos que darnos cuenta de que hay un Rey Supremo en el universo – HaShem, el Creador. Rabí Najmán explica que cuando vivimos nuestras vidas de acuerdo a la voluntad de HaShem, todo fluye como debe ser y sin problemas. Sin embargo, tan pronto tenemos ilusiones de grandeza y creemos que todo está bajo nuestro control, todo falla. Esa desilusión de grandeza, cuando decimos que todo está controlado, es como poner azúcar en nuestro tanque de gasolina – todo se arruina.

Cuando hablamos sobre los fundamentos de las cosas, decimos el "ABC" de las matemáticas o el "ABC" de la fotografía. "ABC" es el alfabeto en su orden correcto. Rabí Najmán describe una vida sin problemas como el "ABC". Pero él dice que cuando el ego de una persona se interpone en el camino, descontrola a la vida por completo, y el ABC del orden se convierte en el ZYX del caos, en otras palabras, todo se vuelve al revés y la vida se convierte en un desorden.

Con esto en mente, todo lo que tenemos que hacer para mantener el orden en nuestras vidas, o para devolver el orden a una vida caótica, es deshacernos del egoísmo. HaShem planea nuestras vidas dándonos muchas oportunidades para hacerlo.

Por ejemplo en el matrimonio – si una pareja sigue siendo egoísta en el matrimonio, entonces el matrimonio es un desastre. Uno u otro de los miembros de la pareja o ambos serán infelices. La única manera de tener éxito en el matrimonio, lograr una relación tranquila y agradable, es poner por completo a un lado a nuestro ego.  

Un segundo parámetro absolutamente necesario para una vida sin problemas es la Emuná, la pura y absoluta fe en el Creador del Universo. En realidad, se puede describir a la Emuná con tres palabras hebreas, "Ein Od Milvado – No hay más nada fuera de Él". HaShem es el Rey del Universo, todo viene de Él, todo lo que Él hace es para nuestro bien, y todo lo que Él hace es con un propósito. La Emuná no es sólo la fe de labios para afuera, sino una fe pura y completa en HaShem que está tan profundamente arraigada en nuestras almas, que es capaz de desraizar el más mínimo sentimiento de tristeza o negatividad.

Así que en realidad, este mundo es un campo de pruebas para mostrarnos que tenemos que deshacernos del egoísmo y fortalecer nuestra Emuná.

El egoísmo y la Emuná son excluyentes uno del otro, ya que la Emuná corona a HaShem como el Rey del mundo y el egoísmo dice "nadie me dirá lo que debo hacer – Yo soy el jefe". Cuanta más fuerte es el egoísmo, más puede una persona esperar vivir una vida al revés, del orden ZYX.

Mientras estás leyendo esto, la Mala Inclinación está zumbando en tu oído como una mosca. Te dice: "No escuches esa tontería sobre tu ego y la Emuná; yo conozco a muchas personas egoístas y son muy exitosas.” Espera – la Mala Inclinación no te muestra lo que está pasando detrás de las cortinas. Tal vez el egoísta está haciendo mucho dinero, pero lo gasta todo en la manutención de sus tres ex–esposas. O tal vez sus hijos tienen graves problemas emocionales. Quizás él y su esposa no pueden pasar el día sin tener que tomar una docena de diferentes medicamentos. Puedes estar seguro, donde hay ego y falta de Emuná, definitivamente la vida no fluye suavemente en la forma deseada.

Con Emuná, la persona fluye con HaShem. Ella sabe que todo en su vida proviene de HaShem y que HaShem está haciendo todo para su bien. Por lo tanto, le da gracias al Creador por todo y está feliz con todo. Así su vida siempre es fácil, incluso cuando las cosas parecen ser caóticas o no son de acuerdo a sus planes.

Supongamos que te despertaste cansado esta mañana, no te culpes – simplemente dale gracias al Creador por el cansancio. No, no eres perezoso, y no dejes que la Mala Inclinación te convenza de lo contrario. Con Emuná, tiramos todos esos pensamientos negativos a la basura. No hay mal y todo es bueno, porque todo proviene de HaShem y Él es el Rey. ¡Qué placer! Así que aun si estamos cansados, aceptamos la monarquía de HaShem, descansamos una hora y nos levantamos sintiéndonos muy bien, con una razón más para agradecer a HaShem. Ese es el beneficio de la Emuná y la gratitud.

Cuando una persona reconoce que todo proviene de HaShem y todo es para el bien supremo, de repente la vida se vuelve suave como el orden del ABC. Ir en contra de la monarquía de HaShem es como nadar en contra de la corriente de un gran rio – no sólo no te moverás, sino que serás golpeado contra las rocas como una pequeña bola en un juego de maquinitas automáticas.

Uno de los jóvenes en nuestra Yeshiva se acercó a mi y me preguntó: "¿Por qué me siento decepcionado en la vida? Hago una hora de plegaria personal diaria. Asisto a todas las conferencias del Rav. He leído todos sus libros. ¿Qué pasa conmigo?".

"No pasa nada contigo," le contesté. "El fortalecer a la Emuná es un proyecto de por vida." Estamos en constante ascensión. Vemos que ya no nos molestan las cosas que antes nos molestaban, pero a medida que ascendemos la escalera espiritual, nuestras pruebas se hacen más difíciles. No nos desanimamos, simplemente continuamos fortaleciendo nuestra Emuná, y la gran recompensa es que siempre estamos acercándonos a HaShem. Al igual que un niño no puede sentir su propio crecimiento físico, nosotros – los hijos de HaShem – no siempre podemos sentir nuestro crecimiento espiritual. Eso no quiere decir que no estamos creciendo.

Siempre que tengamos una adversidad, debemos decimos que esta es exactamente la manera en que HaShem desea las cosas, le damos gracias por la adversidad, fortalecemos nuestra Emuná y seguimos adelante. Con esa mentalidad, la vida es dulce incluso con las adversidades que experimentamos. Pero una vez más, la Emuná es un esfuerzo para toda la vida. 

Tenemos que pedirle a HaShem por la Emuná todos los días. "HaShem, ayúdame a darme cuenta que sólo Tu controlas el mundo, nadie me puede hacer un beneficio o daño a menos que Tú lo desees. HaShem, fortalece mi convicción de que todo lo que Tú haces es para mi bienestar eterno, aunque lo entienda o no. HaShem, ayúdame a darte las gracias todo el día por lo aparente malo, así como obviamente por lo bueno. HaShem, ayúdame a aceptar completamente Tu voluntad y de todo corazón, y ayúdame a librarme del ego o cualquier otra cosa que nubla mi claridad espiritual. Ayúdame a comprender que no hay mal en absoluto en el mundo." Al dedicar una buena parte de tu oración personal diaria para pedir por la Emuná, tu Emuná crece mucho, lenta y seguramente. Recuerda, esto requiere perseverancia – no existe tal cosa como la Emuná instantánea. Es un trabajo, y es un esfuerzo de por vida.

Que HaShem te ayude a tener éxito.