Buscar la Luz…

Ya que el alma es espiritual, la dura realidad a la que está expuesta en este mundo le lleva anhelar a su Creador, a tener sed de la Divinidad…

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 06.04.21

Ya que el alma es espiritual, la dura realidad a la que está expuesta en este mundo le lleva anhelar a su Creador, a tener sed de la Divinidad…

 
Buscar la Luz
 
Cada dificultad superada con el poder de la plegaria, nos trae un conocimiento suplementario de la grandeza del Creador. La oscuridad y las dificultades provienen de una falta de conocimiento espiritual, por lo tanto, cuando deseamos sobreponernos a la ocultación, deseamos esencialmente el conocimiento del Creador, que es la Luz Divina que nos ha sido escondida. Así recibimos un nuevo conocimiento, que si no fuera por la dificultad que tuvimos, nunca hubiéramos sabido de su falta. Vemos que la ocultación misma de la Luz Divina, es la que incita y estimula al hombre a buscar el conocimiento espiritual.
 
Además, los obstáculos y las dificultades que encontramos, tienen la función de dirigirnos hacia nuestra misión personal para la cual llegamos a este mundo. Cuando el hombre choca contra tal o cual dificultad que proviene de alguna de las ocultaciones que señalamos, y se vuelve hacia el Creador pidiéndole que le muestre lo qué le insinúa y qué debe corregir, merece entonces encontrar su camino personal en este mundo.
 
“Mi alma está sedienta del Todopoderoso”
 
Ya que el alma es espiritual, la dura realidad a la que está expuesta en este mundo le lleva anhelar a su Creador, a tener sed de la Divinidad. Tal como dijo el Rey David (Salmos 42:3): “Mi alma está sedienta del Todopoderoso, del Di-s vivo”. Y ella pregunta con anhelo: “¿Cuándo vendré y me presentaré ante Di-s?”.
 
El alma no siente ninguna satisfacción o placer con los asuntos materiales de este mundo. Hay una larga lista de gente que ha sido muy exitosa en el campo material, teniendo todo lo que una persona podría soñar, a pesar de ello muchos vivieron con un gran sentimiento de frustración, y algunos hasta llegaron al suicidio, porque vieron que poseyéndolo todo, no tuvieron verdaderamente nada. Así es que sintiendo la oscuridad que la rodea, el alma extraña al Creador, y por eso llega a conocer, amar, y apreciarlo cada vez más.
 
Una saga continua de dificultades
 
Cuanto más problemas, dificultades y pruebas tiene el hombre, más busca al Creador; como alguien que estando en la oscuridad busca la luz. Incluso si Lo busca sólo como una solución a sus problemas, como un alivio, y no porque quiere acercarse a Él, descubre Su Misericordia infinita y Su Piedad. Esto han enseñado los Sabios: “De los hijos de los pobres, saldrá la Ley”; las dificultades existenciales y las privaciones materiales de los niños pobres, estimulan en ellos desde la infancia la necesidad de buscar al Creador y gracias a ello, merecer la fe y la confianza en Él.
 
El Rey David sufrió indecibles dificultades desde corta edad y así buscó al Creador constantemente, alcanzando por último el nivel de un elegido y de profeta. Él escribió el Libro de los Salmos, la principal colección de plegarias personales. Nuestros Sabios nos enseñan que las cuatro Matriarcas, Sara, Rebeca, Raquel y Lea eran estériles porque el Creador deseaba sus rezos. Si ellas hubieran tenido hijos sin dificultad, seguramente habrían rezado mucho menos, tanto en cantidad como en intensidad.
 
Si examinamos las vidas de los grandes Justos, encontraremos casi siempre que sus vidas fueron una saga continua de dificultades, una después de otra, de esta manera el Creador los acercó a Él. Esta es también la razón de todos los obstáculos que cada uno atraviesa – el Creador quiere simplemente acercarnos a Él.
 
Los impedimentos intensifican el deseo
 
El gran Justo de Breslev escribe: “la medida del deseo del hombre depende del obstáculo que se le presenta. Porque por medio del impedimento, se intensifica el deseo”.
 
Con este principio en mente, podemos ver las dificultades, problemas, procesos, y tribulaciones de la vida con una luz positiva. Tan pronto como una persona se encuentra con un sufrimiento o un obstáculo, debería despertar de nuevo su deseo, su voluntad, su anhelo del Creador, y el cumplimiento de Sus Preceptos – pues esta es la finalidad de sus sufrimientos, acercarlo a Él y conocerlo.
 
Y así dice el profeta Jeremías (Jeremías 30:7), “Es un tiempo de tribulaciones para Jacob, mas de ellas será salvado” – es decir que de la desgracia misma proviene el socorro auténtico, el conocimiento del Creador; porque la angustia conduce al hombre que reconoce su nulidad, a pedir Su ayuda y buscar Su proximidad. Como tal, el problema es por último una gema de indecible valor. Y así está escrito (Ezequiel 18:23): “‘¿Acaso me complazco Yo de la muerte del malvado?’ – dice Di-s el Eterno – ‘por el contrario, deseo que retorne de sus caminos y viva’”.
 
El Creador no desea que el hombre sufra; Él quiere que viva una vida recta y que sea feliz. Todas las dificultades de la vida son llamadas de advertencia para iniciar el examen de conciencia en dos niveles, a saber, aguijonearnos a buscarlo, y estimular nuestro arrepentimiento y desarrollo de carácter. Si siempre fuéramos exitosos, nos transformaríamos seguramente en más presumidos y arrogantes, nunca buscaríamos al Creador, y nunca corregiríamos ni un solo mal rasgo. De este modo, si tuviéramos “todo”, realmente no tendríamos nada.
 
 
Continuará…
 
 
(Extraído del libro "En el Jardín de la Fe" por Rabi Shalom Arush, Director de las Instituciones "Jut shel Jésed" – "Hilo de Bondad")

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