Doctores y remedios, sí o no?

Todos somos conscientes de las muchas instancias en que Rabí Najman dio la directa general de hacer todo lo posible por evitar los médicos y los remedios. Sin embargo, muchos tzadikim, incluyendo al propio Rabí Najman, buscaron la ayuda de doctores y de remedios en algún momento de sus vidas.  Por ejemplo, Rabí Levi Itzjak Bender, de bendita memoria, dijo que nadie puede decirle al otro cómo proceder en ese sentido y cita las diferentes prácticas dentro de Breslev, que surgen desde los discípulos más cercanos del propio Rabí Najman, que eran Rabí Natan y Rabí Naftali de Nemirov. Desde un punto de vista, Rabí Natan se mantuvo siempre alejado de los médicos y de los remedios. Por el otro lado, Rabí Naftali (que fue uno de los dos testigos cuando Rabí Najman hizo su famosa promesa acerca del poder del Tikún Haklalí) sí tomaba remedios. Cuando le preguntaron a Rabí Levi Itzjak si ir al médico y usar remedios, este respondió: “Yo no puedo poner la cabeza entre estos dos gigantes. Y además no puedo decirle a la gente que no tome remedios  cuando yo mismo los tomo”.

A la luz de lo antedicho, la fanática actitud dentro de Breslev que prohíbe los médicos y los remedios no es la actitud de Rabí Levi Itzjak, de quien mi estimado maestro el Rabino Shalom Arush recibió la tradición clásica de Breslev que se remonta a Rabí Najman y Rabí Natan.

Sin embargo, los fanáticos reaccionan diciendo: “Pero Rabí Natan insistía en que hay que evitar los médicos y los remedios!”. Es verdad, tienen razón. Pero cuánta gente está al nivel de Rabí Natan? Cuánta gente se pasa la vida entera estudiando Torá y rezando, absolutamente unidos a Hashem? ¿Cuánta gente tiene el nivel de emuná de Rabí Natan, con la absoluta certeza de que Hashem es el único que cura? De hecho, toda persona que no se encuentre a ese nivel y a pesar de eso actúa presuntuosamente, como si lo estuviera, está invocando graves juicios sobre sí misma, Dios no lo permita.

En varios de sus libros y CDs, el Rabino Shalom Arush cita a Rabí Najman cuando dice que todos los problemas emocionales son producto de una falta de emuná. Mucha gente, tras leer o escuchar este concepto, tiró a la basura los remedios sin consultar a sus médicos. Yo quiero aprovechar este medio para enfatizar que nadie debe tirar los remedios sin consultar al médico que se los prescribió. Por supuesto que al fortalecer la emuná uno puede gradualmente ir bajando la dosis de la medicación. Pero eso debe llevarse a cabo con la guía de un médico.

La persona que todavía no toma remedios ciertamente puede evitarlos si se esfuerza en leer el libro de salud del Rabino Shalom Arush e internalizar y poner en práctica sus consejos.

¿Acaso el Rabino Shalom Arush recurre a los médicos y a los remedios? Cuando tuvo un problema cardíaco hace cerca de siete años, él le pidió consejo al Rabino Ovadia Yosef, de bendita memoria. Rabí Ovadia le dijo que fuera a ver a su cardiólogo personal. Finalmente, mientras que la mayoría de los médicos querían hacer una operación a corazón abierto al Rabino Arush, él meramente le hizo hacer una endoprótesis vascular (stent) de rutina.  Según Rabí Ovadia, ese era el esfuerzo (hishtadlut) que tenía que hacer el Rabino Shalom Arush.

A nivel práctico, el Rabino Arush evita la medicina tradicional y en cambio usa los servicios de doctores naturópatas, medicina alternativa y remedios herbales. Yo también sigo este camino. Y para eso también hago ejercicio a diario, caminatas, calistenia, pilates y una dieta completamente natural, evitando alimentos procesados y aditivos químicos. Hace un año, durante una prueba de estrés en el Instituto Deportivo Wingate de Israel, los doctores descubrieron que yo sufría de una grave fibrilación auricular. Me dijeron que corría peligro y que llevaron de urgencia a un sala de guardia cardíaca donde los médicos quisieron recetarme Coumadin, que es un anticoagulante que es incompatible con muchas hojas verdes que son una de las bases de toda dieta sana. También quisieron hacerme cardioversión eléctrica y tratar de reestablecer el ritmo normal de mi corazón dándole shocks eléctricos. Este protocolo médico tradicional me habría convertido en un lisiado dependiente de los médicos y los remedios de por vida.

Pasé los tres días en el hospital haciendo teshuvá (sincero arrepentimiento), haciendo plegaria personal y dando aliento a los otros pacientes. Y así gracias a Dios recobré la salud. Gracias a Dios, Rajeli Reckles me envió información muy importante acerca de soluciones alternativas y gracias a ella y al consejo de dos quiroprácticos, el Dr Randy Davis en Chicago y el Dr Reuven Bekermus en Ramat Beit Shemesh, superé el problema cardíaco y gracias a Dios hoy ya funciono a toda máquina.

Cada decisión que tomé con respecto a los médicos y los remedios fue consultando con el Rabino Shalom Arush. Esta es la clave: antes de tomar cualquier clase de decisión sobre este tema, consulten con su rabino o guía espiritual. De esa manera, van a recibir bendición no importa lo que hagan. Y que Hashem nos ayude a todos a estar sanos, amén!