El Pequeño David, #4

Un día soleado, cuando David llevaba a las ovejas a pastar, un pequeño cordero se separó y comenzó a alejarse…

1 Tiempo de lectura

Rabino Shalom Arush

Posteado en 06.04.21

Ilustraciones de: Rebeca Shapiro

 
Un día soleado, cuando David llevaba a las ovejas a pastar, un pequeño cordero se separó y comenzó a alejarse…
 
 
Cada día, David llevaba a las ovejas de su padre al maravilloso valle donde podían disfrutar y pastar. David se preocupaba por ellas, era un pastor fiel. Él las vigilaba para comprobar y asegurarse que ninguna de las ovejas pudiera, por casualidad, hacerse daño. Siempre estaba vigilante, de modo que ninguna bestia se acercara y dañara a alguna de sus hermosas ovejas. David era de confianza y siempre estaba en guardia.
 
Un día soleado, cuando David llevaba a las ovejas a pastar, un pequeño cordero se separó y comenzó a alejarse. El resto de las ovejas siguió hacia abajo al verde valle, pero el pequeño cordero siguió corriendo cada ver más y más lejos, en la otra dirección. David rápidamente juntó en manada a las otras ovejas en el seguro valle, manteniendo su vista fija en el  pequeño cordero.
 
Entonces levantó sus manos en plegaria, diciendo:
 
"¡Creador del Universo! ¡Padre Misericordioso! ¡Por favor ayúdame! Por favor vigila a mi manada, ayúdame a salvar al cordero que escapó.  Padre en el Cielo, Tú escuchas todos los rezos, ten misericordia de mi cordero y no dejes que le pase alguna cosa mala.”
 
 
 
Continuará…

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario

Material sobre este tema