Kaptzin Pashá, #1

Había una vez, un ministro judío en la corte del Sultán de Turquía. El Sultán lo amaba mucho pero los demás ministros estaban muy celosos de él, y por lo tanto…

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Rab Yonatán D. Galed

Posteado en 05.04.21

Basado en una historia de: Rabi Najman de Breslev

Ilustrado Por: Rebeca Shapiro
 
 
Había una vez, un ministro judío en la corte del Sultán de Turquía. El Sultán lo amaba mucho pero los demás ministros estaban muy celosos de él, y por lo tanto…
  
 
Kaptzin Pashá, Parte 1:
 
 
¡Shalóm queridos amigos! Hoy les quiero contar otra historia muy interesante que ocurrió hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano… ¿Listos?
 
Había una vez, un ministro judío en la corte del Sultán de Turquía. El Sultán lo amaba mucho y lo estimaba más que a todos sus otros ministros de Estado. 
 
El Sultán estaba tan orgulloso de su ministro judío que solía invitarlo a su palacio para pasar el tiempo con él a solas. Por supuesto que los demás ministros estaban muy celosos del judío, y por lo tanto, trataron de idear distintas mentiras para denunciarlo ante los ojos del Sultán y destruirlo completamente.
 
Entre los ministros había un cierto “Pashá” (título usado en el Imperio Otomano que se aplicaba a un oficial o gobernador) conocido como el Kaptzin Pashá. Éste odiaba a los judíos en general, y a nuestro amigo en particular,  mucho más que a cualquier otro de los ministros, pero trató de hacerse pasar como su “amoroso amigo” (que el Creador nos salve de tales amigos…). Cada día trataba de idear un nuevo complot para conseguir su verdadero deseo – para despreciar y denunciar al judío ante el Sultán.
 
Un día el Kaptzin Pashá  se acercó al judío y con astucia comenzó a contarle sobre su charla con el Sultán:
 
“Oí a nuestro gran Sultán decir con su propia boca cuánto te ama y se enorgullece de ti. Con todo, hay una cierta cosa que le molesta. Cada vez que hablas con él, no puede soportar el mal aliento que sale de tu boca. Por supuesto que por el gran amor que tiene por ti, le causa esto un gran sufrimiento”…
 
El Pashá siguió: “Por lo tanto, tengo un consejo para ti. Cada vez que estés ante  el Sultán, deberías sostener un pañuelo perfumado frente a tu boca. De este modo el Sultán no olerá tu mal aliento, y gozará de tu compañía”.
 
En su inocencia, el judío le creyó a su “buen amigo” y decidió seguir su consejo.
 
Inmediatamente, el malvado Pashá se dirigió al Sultán y le dijo que había oído al ministro judío decir que tiene un terrible sufrimiento. Contó que cada vez que se reúne con el Sultán, no puede tolerar el horrible olor que sale de su boca. Dijo que era algo insoportable”.
 
“El judío ha decidido por lo tanto”, siguió el Pashá, “que cuando se encuentre con mi señor el Sultán, sostendrá un pañuelo perfumado delante de su boca para protegerse del horrible aliento. La señal que lo que digo es verdad consiste en que mañana, cuando él vendrá para hablar con su señoría, verá con sus propios ojos que sostendrá un pañuelo perfumado delante de su cara”.
 
Al escuchar esto, el Sultán se llenó de cólera y dijo enfadado: “¡Veré si es esto verdad! Si tienes razón, ¡¡destruiré a ese judío!!”
 

 
Al día siguiente, confiando en el consejo de su “buen amigo” el Pashá, fue el judío a visitar el Sultán como era su costumbre. Cuando se acercó al Sultán, inmediatamente se colocó un pañuelo sobre su boca. Viendo esto, el Sultán entendió que lo que le había dicho el Pashá era la verdad. De Inmediato escribió una carta a su Verdugo Principal que decía: “El hombre que trae esta carta debe ser arrojado al instante dentro del horno donde se echan a todos los condenados a la muerte”.
 
Continuará… 
 

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1. leo

2/02/2014

Parece una historia del Rambam Hay referencias reales que esta historia es del Rebe? Es exactamente igual a una del Rambam

2. leo

2/02/2014

Hay referencias reales que esta historia es del Rebe? Es exactamente igual a una del Rambam

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