¡Al final encontró pareja!

“Gracias, Dios mío, que hasta el día de hoy no logré encontrar pareja. Ciertamente es lo mejor para mí@

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 10.05.21

Un alumno mío me contó que en su barrio vivía un muchacho ya mayor, de cerca de treinta y cinco años de edad que era muy querido por todos y que era muy buena persona, que siempre ayudaba a todos, les sonreía a todos, y todo muy bien, sólo que por algún misterioso motivo no lograba encontrar pareja. En el barrio todos oraban por él y le buscaban pareja, pero en vano… Al final le dieron el CD “Deja de Lloriquear”.

 

Aquel hombre escuchó el CD y empezó a darle las gracias a Hashem todos los días durante una hora entera: “Gracias, Dios mío, que hasta el día de hoy no logré encontrar pareja. Ciertamente es lo mejor para mí. Te quiero dar las gracias por haberme retrasado hasta hoy el matrimonio, ya que Tú haces conmigo solamente lo que es mejor para mí. ¡Y Te doy las gracias por todo! Estoy muy contento de lo que hiciste conmigo hasta el día de hoy”.

 

Transcurrieron apenas dos semanas y ya había encontrado pareja y ya se casó. Esa es la fuerza de la gratitud. Tienes que saber que en cada cosa que te pasa, cada dificultad, cada carencia, solamente te está faltando emuná. No te falta sustento. ¡Te falta emuná! No te falta pareja. ¡Te falta emuná! No te falta nada de nada. ¡Lo único que te falta es emuná! Suplícale al Creador que te dé una emuná completa.

 

Si la persona reza por la falta de sustento, su plegaria encuentra resistencia, porque eso significa que él no cree que esa es la voluntad de Hashem ni que sea para su propio bien. Tu único objetivo aquí en este mundo es creer en Hashem y es por eso que la principal acusación en contra de la persona es que no cree en Hashem. Porque si creyera en Él, estaría dando las gracias; estaría cantando y bailando ante Hashem por el hecho de no tener todavía pareja. “¿Hasta ahora no he encontrado pareja? ¡Pero si eso es lo mejor que me pudo haber pasado! ¡No podía haberme pasado una cosa mejor!”. Si creyera en Hashem, uno Le estaría dando las gracias a Hashem por no tener sustento; estaría dichoso de la vida de no tener sustento. Y así con cada carencia.

 

¿Te resulta difícil? ¿Las cosas no te van bien? – es solamente para impulsarte a mejorar tu emuná. Y cuando uno da las gracias, entonces ya está viviendo con emuná y por lo tanto no hay ningún motivo para que siga sufriendo carencias, ya que el único motivo que produjo la carencia fue la falta de emuná, pero ahora que da las gracias, está viviendo con una emuná completa y entonces está anulando las carencias desde su raíz. Ahora ya no hace falta que sufra de carencias. No hay motivos para que se quede soltero. No hay motivos para que no tenga hijos. No hay motivos para que no tenga sustento…

 

Cada vez que te falte algo, di así: “Yo no entiendo lo que está pasando, pero tengo emuná y total convicción de que es algo bueno”. Da las gracias. ¿Tienes deudas? “No entiendo, pero creo que es por mi bien. Gracias por las deudas”. Con cada cosa, no entiendes, pero crees. ¡Ten emuná! ¡Da las gracias de todo corazón!

 

Ese es el concepto básico de la gratitud – que “cada carencia que sufres en realidad es tu completitud, tu perfección”. No existe ninguna carencia. No existe ninguna aflicción. No existe ningún mal. Cada carencia es el máximo bien, porque la emuná dice que el Creador vio que no ibas a poder alcanzar tu completitud, o sea, tu perfección, excepto por medio de esta carencia. Por lo tanto, eso es lo mejor para ti. Por ejemplo, la persona a la que le falta una pierna, Dios no lo permita, según la emuná tenemos que creer que el Creador no tiene ningún deseo de regodearse en su sufrimiento, sino que con toda certeza solamente quiere lo mejor para él y Él sabe que su verdadero bien es el bien eterno, y que esa persona no va a poder alcanzar su bien eterno excepto por medio de que su alma habite en un cuerpo al que le falta una pierna. Resulta, por lo tanto, que este cuerpo con una sola pierna es su completitud, su perfección, porque es la vasija con la cual podrá alcanzar el bien máximo y ganarse la eternidad.

 

Lo mismo ocurre con cada carencia y con cada problema que uno tiene en la vida. Tenemos que pedirle a Hashem que nos dé esta emuná simple, que es la puerta que conduce a todas las salvaciones, y que es la luz oculta que revela que todo es pura benevolencia y pura compasión.

 

Eso es lo que tenemos que hacer: aferrarnos bien fuerte a la emuná. No actuar según la lógica: la lógica te dice que lo que sucede no es bueno, pero la emuná te dice que todo es bueno. Así que vayan con emuná y den las gracias por todo.

 

 

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