Aléjense de la Pared!

Imagínense un piloto de carreras que va manejando por la pista a 320 km por hora, cuando de repente el auto se sale de control. Muchísimos conductores han muerto por la repentina pérdida de control a altas velocidades, pero los que tuvieron la suerte de sobrevivir sabían que solamente podían salvarse de una situación potencialmente fatal si no miraban la pared de ladrillos en la que estaban a punto de incrustarse. Ellos sabían que no hay que mirar el problema – la pared de ladrillos- sino que hay mirar para otro lado, porque allí donde pones el foco, allí es donde fluye tu energía. La vida es una serie de pruebas, y todos tenemos que saber cómo salir ilesos de los problemas que enfrentamos en nuestro viaje.

Una vez que identificamos nuestra misión en la vida o nos damos cuenta del tema que debemos tratar y nos esforzamos por hacer realidad nuestra visión, ahí nos van a poner a prueba. Tenemos que ampliar el proyecto de manera que incluya esas pruebas y asegurarnos de que nuestras expectativas puedan dar cabida a las circunstancias de la vida real. Porque cuando nuestras expectativas no son reales, nos enojamos, nos fastidiamos, nos asustamos, nos ponemos tristes, sentimos envidia- todos esos estados psicológicos gracias a los cuales los psicoterapeutas se ganan la vida.

Cuando construimos nuestro nuevo modelo de vida, tenemos que hacer que incluya todo aquello que Dios nos puede mandar, incluso el enojo, el miedo y las distintas emociones negativas. Esto podemos hacerlo internalizando la idea de que todo lo que nos pasa es únicamente bueno. La mayoría de nosotros todavía no pensamos así. Nos encontramos frente a un desafío, o nos enfrentamos a emociones negativas de gran intensidad, y encima empeoramos todo al mirar directamente a la “pared de ladrillos”, y diciéndonos lo terrible que es todo esto. Pero al hacer eso, no hacemos más que empeorar aún más este estado negativo de “choque”.

Por eso ahora la pregunta del millón es cómo una emoción negativa puede ser algo “bueno”. Una respuesta posible es que cuando uno tiene miedo, o está enojado o siente envidia, cuando le fluye la adrenalina y la sangre le hierve, uno de repente tiene una tremenda cantidad de energía que puede canalizarse en movimientos, palabras y actos positivos. Una vez que la emoción negativa ha llevado a la superficie toda esa energía, ahora puede utilizarse, canalizándola a algo sano y positivo.

La mayoría de la gente con la que hablo anhela alcanzar ese estado de bienestar, de relajamiento, de serenidad, de satisfacción, pero ¿cuánto hacen en realidad en el mundo todas esas personas calmas, relajadas, súper tranquilas? Es mucho más difícil levantarse del sofá y hacer algo productivo cuando uno está en un estado de relajación que cuando está en un estado de furia o cuando tiene miedo. Emociones tales como el miedo y la furia son mucho más activantes que el “nirvana”. De pronto uno tiene muchísima fuerza para cambiar cosas que ya se había resignado a aceptar o para probar cosas que todos le habían dicho que no podía hacer. Vemos entonces que incluso las emociones negativas pueden ayudarnos a avanzar en la vida de forma tal que podamos alcanzar el éxito y el goce.

Cada acción que llevamos a cabo está basada en una decisión. A cada instante estamos tomando decisiones, más allá de si estás tomando la decisión en forma consciente o inconsciente. En este mismo instante, estás decidiendo en qué concentrarte. ¿Verdaderamente estás concentrado en esta oración o estás concentrado en alguna otra cosa de tu pasado o tu futuro? Dondequiera que quieras concentrarte, allí es donde estarás. Si deseas poner el foco en todas las cosas positivas de tu vida, ciertamente serás una persona positiva.

Incluso si una mujer te jura que puede matar a su marido de tanto que dice que lo odia, exigiendo el divorcio, si él desarrolló una creencia positiva acerca de su matrimonio y cree que esta mujer realmente lo ama, él va a tener la fortaleza interior y la convicción necesarias para mantenerse firme y resolver la crisis de su matrimonio. Tal vez leyó “En el Jardín de la Paz” y ahora aprendió a ser un buen marido. Si él sabe a qué está aspirando, y cuenta con las herramientas para alcanzarlo, entonces no hace falta que responda con palabras ni con peleas. Ese marido está emitiendo poderosas vibraciones positivas de certeza, positividad y amor a su mujer que no pueden explicarse en forma lógica pero que van a darle un giro de 180 grados a su matrimonio.

Se trata de mantener la mente enfocada. La mayoría de la gente simplemente no sabe la mente enfocada que puede llegar a tener. En el nuestro ejemplo del matrimonio, ¿qué está sucediendo con su esposa? Ella acaba de explotar frente a él, sin ninguna barrera, y él está respondiendo con solidez y un amor incondicional, que es exactamente lo que ella está esperando de él! El marido no tiene  necesidad de declamar un brillante discurso para volver a ganarse a su esposa; solamente tiene que creer en su matrimonio y creer que en este mismo momento ella le tiene que gritar. En vez de explotar de la furia, el fuerte enfoque del marido en el hecho de crear un buen matrimonio lo ayuda a aceptar con calma toda la reprimenda verbal. Y al hacer eso, la vida empieza a sonreírle y las puertas que estaban cerradas con llave empiezan a abrirse y se inicia un ciclo de progreso. Y entonces él percibe un movimiento real no sólo en su matrimonio sino también con sus hijos y con su carrera y con su creencia en sí mismo. Ha puesto fin a los círculos viciosos y ahora todo está empezando a avanzar en dirección positiva.