Confesiones de un Psicoterapeuta

Empecé mi carrera como un alumno muy serio del psicoanálisis: después de todo, era algo que me surgía en forma natural – mi mamá era psicoanalista…

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 05.04.21

Empecé mi carrera como un alumno muy serio del psicoanálisis y de su fundador, el Dr. Freud: después de todo, era algo que me surgía en forma natural – mi mamá era psicoanalista…

Confesiones de un Psicoterapeuta

Empecé mi carrera como un alumno muy serio del psicoanálisis y de su fundador, el Dr. Freud: después de todo, era algo que me surgía en forma natural – mi mamá era psicoanalista. Eso significaba que me criaron de forma tal que pensaba que nadie era normal, sino que el mundo estaba dividido en tres categorías clínicas: los psicóticos, los dudosamente psicóticos y los neuróticos. La gente normal simplemente no existe y la ciencia  -e incluso los mejores padres que puedan existir-  son incapaces de criar niños normales.

¿A quién le importaba si Freud no era tan optimista? Así y todo yo estaba decidido a ser el neurótico de mayor funcionamiento posible.

Tras ser aceptado en el programa de entrenamiento psicoanalítico de posgraduado, y equipado con mi reluciente enciclopedia de veintisiete tomos de La Clásica Edición de las Obras Psicológicas Completas de Sigmund Freud, yo estaba convencido de que las puertas de la felicidad estaban a punto de abrirse para darme paso. Estaba a punto de ingresar al gran mundo de la claridad y el entendimiento de mí mismo y de los demás y entonces desaparecerían todas mis dudas, mis conflictos y mis preocupaciones neuróticas y entonces tendría conocimiento de la sabiduría necesaria para curar a la gente. No veía la hora de embarcarme en mi carrera de psicoanalista.

Demos un salto treinta y dos años y miles de pacientes más adelante para ver qué ocurrió con nuestro amigo Zev. ¿Ustedes creen que llegué a realizarme como persona y como profesional? ¿Acaso mi sólida formación como experto en las ciencias del comportamiento me condujo a la realización de mis ansiados ideales?

Pregúntenle a cualquier terapeuta que haya empezado a trabajar en el campo… la gravedad de las enfermedades mentales ha alcanzado una profundidad sin precedentes.

Asimismo, se ha venido produciendo un descenso progresivo en el nivel de salud mental general de la gente que acude a la psicoterapia. Hoy en día existe una lista de trastornos mentales que aparecen enumerados en el Manual De Diagnóstico y Estadísticas de Trastornos Mentales y que hace apenas algunos años… ¡ni siquiera tenían nombre! Solamente la Internet está conduciendo a multitudes de personas a formas de locura indescriptiblemente extrañas que nadie podría haber anticipado. Vivimos en un mundo espeluznante en el que un millón de personas por año (en otras palabras, una persona cada cuarenta segundos) se están matando con sus propias manos… Y la verdad es que sin Emuná nosotros los terapeutas no tenemos la menor idea de qué hacer al respecto…

Vivimos en un mundo sodomita completamente inundado por una tasa creciente de crímenes, asesinatos, terrorismo y la amenaza de guerra nuclear, mientras que el movimiento ateísta, encabezado por los súper-eruditos y renombrados académicos de la psicología y otros campos del conocimiento continúan prosperando, echándole la culpa a Di-s en vez de a sí mismos por el tremendo lío que hicieron con el mundo.

¿Acaso no llegó la hora de que dejemos de creer en una profesión cuyo fundador llamó a la religión “el opio de las masas” mientras que él mismo escribía bajo la influencia de la cocaína? En su libro La Civilización y Sus Descontentos, Freud llegó a la increíble conclusión de que Moisés nuestro Maestro… ¡era egipcio!

Los biógrafos judíos nos dicen que apenas antes de su muerte en 1939, Freud se arrepintió profundamente de haberse alejado de las raíces jasídicas de su madre para asimilarse a la sociedad alemana y también se arrepintió de sus escritos antijudíos. Si bien en su infancia él había estudiado en el jeder (escuela primaria judía), Freud se olvidó por completo del alfabeto hebreo y admitió ante un psicoanalista israelí que no era capaz de leer ni uno solo de los libros de su autoría que habían sido traducidos al hebreo.

Para mí, el momento decisivo fue cuando descubrí el libro “La Senda de los Justos”, obra ética judía que fue publicada en el año 1738 por Rabi Moshe Jaim Luzzato. Rabí Luzzato escribió: “Sólo enseñanzas que están basadas en la Torá tienen el poder de curar los problemas humanos. La única razón por la que la Torá tiene poder es porque Di-s le adscribió Su más preciada influencia. Si Di-s no la hubiera hecho así, entonces la Torá sería igual a cualquier libro de educación. Estos libros [seculares] tal vez contengan información exacta y muy valiosa, pero no le confieren al alma de la persona que los lee ninguna significancia ni excelencia en absoluto. Esta clase de libros no tienen ningún poder en absoluto para rectificar la Creación”.

Confesiones de un Psicoterapeuta

• Las dudas de sí mismo y la duda acerca de la existencia de Di-s son las armas principales de la Mala Inclinación. Una vez que la duda tiene entrada a la mente de la persona, puede manifestarse en numerosas formas de psicopatía.

• Cualquier forma de tratamiento psicológico que no se basa en la Emuná, en el mejor de los casos conduce a resultados muy temporarios.

• La psicología nunca puede separarse de la moralidad. Solamente a través del estudio de la ley judía podemos determinar lo que es bueno y lo que no.

• La inquietud, la irritabilidad, la impaciencia, la ansiedad, el desánimo, el pensamiento obsesivo, el comportamiento impulsivo, la agresividad, la competitividad y la tristeza – se reducen o directamente se eliminan cuando uno vive en consonancia con las Verdades Espirituales que dirigen el universo.

• Volverse consciente de la propia falta de conciencia no conduce a la liberación psíquica.

• El “terapeuta neutral y desprejuiciado” no existe. Su moralidad es la que le habla a tu mente.

• El valor curativo de una “relación terapéuticamente correctiva” con el terapeuta es un mito.

• La ventilación y la catarsis de la ira sólo sirve para reforzarla y fortalecerla.

• La “regresión terapéutica” a la escena del trauma puede resultar más peligrosa que útil.

• La mayoría de los psicoterapeutas tuvieron infancias muy disfuncionales.

• La mayoría de los psicoterapeutas no fueron a psicoterapeuta ellos mismos.

• Los fundamentos teóricos de la psicoterapia son en su mayoría heréticos y provienen de fuentes impuras.

• La persona no puede gozar de salud mental si no forma parte de una comunidad.

• La psicoterapia convencional alienta la dependencia.

• La psicoterapia empeora las adicciones.

• Mucha gente se endeuda por los gastos de la psicoterapia.

• El Talmud nos advierte en tono enfático que cada persona tiene que estar en contacto estrecho con otra persona con la que se consultará con total y absoluta sinceridad.

• Aquél que vive en consonancia con su verdadero propósito en la vida siente la enormidad de su misión y la falta de importancia de sus “problemas”.

• La sumisión a HaShem, a la Torá, a los tzadikim y a un guía espiritual proporcionan inmediato alivio.

• No hay necesidad de síntomas obsesivo-compulsivos en la persona que sabe descifrar cuál es el próximo paso que HaShem espera que dé.

• La revolución industrial y los efectos de la haskalá (la Ilustración) nos envenenaron la mente y debilitaron gravemente nuestro conocimiento y nuestra certeza de la Verdad.

• Hemos heredado la duda de nuestros padres y abuelos. Nuestro medio ambiente está saturado de los efectos del ateísmo que, a causa de nuestra carencia de conciencia espiritual, internalizamos en forma habitual y continua.

• Sin modelos de vida felices cuyas personalidades y cuyas vidas están imbuidas de los valores de la Torá y la Sabiduría, la persona está perdida.

• La fuente más común del sufrimiento es la tristeza. No hay nada que evoque tantos juicios severos como la insatisfacción con lo que Di-s nos dio en la vida. La Torá afirma que la tristeza es la fuente de las maldiciones en la vida. Muchas sesiones de terapia convencionales conducen a la tristeza.

• El continuo cuestionamiento filosófico sin respuestas verdaderas conduce a la enfermedad. Si bien no podemos ignorar ni negar nuestras preguntas en la vida, debemos buscar la Verdad igual que Abraham, alejándonos de la psicopatología del conflicto y la duda.

Por eso, cuando HaShem en Su benevolencia nos envía problemas y dificultades para ayudarnos a crecer en Emuná, en vez de ir corriendo al psicoterapeuta, ¿por qué no dirigirte a alguien que realmente puede ayudarte? La Emuná no sólo puede ofrecerte un alivio inmediato sino que te puede proporcionar la inmunización contra futuros problemas.

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1. Blanca Elena Ruiz

8/30/2018

Confesiones de un psicoterapeuta

Realmente yo fui con dos psicólogas y no me ayudaron mucho libros y nada asta ahora pero de repente me da migraña ansiedad y depresión apenas estoy aprendiendo y me gustan todos estos artículos y mucho agradezco todas experiencias s ver si se me pega algo bueno

2. Blanca Elena Ruiz

8/30/2018

Realmente yo fui con dos psicólogas y no me ayudaron mucho libros y nada asta ahora pero de repente me da migraña ansiedad y depresión apenas estoy aprendiendo y me gustan todos estos artículos y mucho agradezco todas experiencias s ver si se me pega algo bueno

3. Raul

9/21/2017

Confessions de la psicología

Leei muchos libros de superación sirve por poco tiempo..la Tora es un verdadero alimento,siendo guiado por personas como breslev

Gracias por tu respuesta

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