Examen de ingreso

Imagínate que quieres ingresar a un prestigioso programa preparatorio para estudiar medicina en Harvard. Tu promedio en la escuela secundaria no es suficiente. Y la competencia entre los aspirantes a este programa es tan feroz que se exigen otros requisitos adicionales, tales como excelencia en actividades extracurriculares y una entrevista personal. Una vez que pasaste por todo este proceso, ahora tienes que sentarte en casa a comerte las uñas hasta que Harvard te envíe un sobre con la respuesta.

Pues bien: en el mundo de Torá las cosas son muy diferentes. Nadie te pide un promedio alto ni te exige un curso preparatorio. No hacen falta entrevistas personales ni examen de ingreso. Todos son bienvenidos.

Dice Rabí Najman de Breslev que existe un solo criterio de admisión: la simplicidad, y en especial la emuná simple (véase Likutey Moharán I:123). Se te exige que dejes a lado el intelecto y que te guíes según el líder espiritual de la generación. Esto es algo que aparece en forma explícita en la Torá, tal como está escrito: “Harás todo lo que te indiquen los sabios…. y no te desviarás ni a la derecha ni a la izquierda (Deuteronomio 17:10-11). Rashi explica que incluso si los líderes espirituales de la generación te dicen que la derecha es izquierda y la izquierda es derecha, debes hacerles caso.

Pero para poder hacerles caso, debes dejar a un lado tu intelecto.

Durante estas tres últimas décadas en que oficié de Rosh Yeshiva, he visto ir y venir cientos, si no miles, de alumnos. Aquellos que siguen mis indicaciones, las cuales provienen de autoridades rabínicas superiores, siempre tienen éxito. Pero aquellos que confían en su propio intelecto, y están seguros de que son más capaces y más listos que los consejos que reciben, nunca llegan a ninguna parte. Por lo general, tanto ellos como sus hijos terminan apartándose del camino de la Torá.

Les voy a dar dos ejemplos muy claros de consejos que muchos de los alumnos ignoran, incluso aquellos que vienen a escuchar mis charlas o me llevan en su automóvil de un lugar a otro y da la impresión de que son discípulos muy cercanos a mí.

El primer consejo es que hagan plegaria personal a diario. Rabi Najman siempre habló de las virtudes de la plegaria personal (hitbodedut). Y yo siempre hablo de muchos temas pero siempre vuelvo a este tema, porque es un componente fundamental de la salud  espiritual y emocional del ser humano. Sin embargo, muchos ignoran este consejo y después no entienden por qué sus hijos no les hacen caso. Esto es simplemente un caso típico de medida por medida. Ignora a tu rabino y tus hijos te ignorarán a ti. Así de simple. Además, el nivel espiritual de los padres que hacen una hora de introspección a diario está muy por encima del nivel de los hijos cuyos padres no hacen hitbodedut.

El segundo consejo que muchos ignoran es no usar los teléfonos inteligentes (smartphones). Una vez más, este es un consejo que recibí de cada uno de los grandes poskim y líderes espirituales de la generación, desde el Rav Shmuel Vosner, zt”l y el Rav Ovadia Yosef, zt”l, hasta sus sucesores actuales. Nadie, ni sefaradí, ni jasídico, ni lituano, pueden decir  que un guía espiritual o posek permita el uso del teléfono inteligente. Incluso aquellos que reciben una licencia rabínica porque el uso de este artefacto les resulta imprescindible para el trabajo deben cuidarse absolutamente de no permitirles el acceso a sus hijos. Las pantallas y la Torá no son compatibles.

Pero la realidad establece que la gente no deja a un lado su intelecto, sino que se dicen a ellos mismos: “Estos rabinos primitivos no entienden nada”. De repente, una mujer que no necesita un smartphone compra uno, porque quiere estar “al día”. La mala inclinación le da 54 motivos por los cuales tiene que comprarse de inmediato un smartphone. Y para calmar la conciencia, deja de venir a mis charlas. Pero entonces su ropa recatada ya no es compatible con el smartphone así que compra tacos altos y se acorta la falda. El pañuelo con que se cubre la cabeza es reemplazado por otra forma de cubrirse, hasta que al final desaparece por completo. Y con el marido ocurre algo parecido. La avalancha comienza con una pelota de nieve, pero nadie sabe cómo termina.

A menudo, la avalancha termina con hijos y también padres que se alejan por completo del camino de la Torá. Y por qué? Porque los padres pensaban que entendían más que los rabinos anticuados….

Es por eso que para tener éxito espiritualmente uno tiene que tener una fuerte conexión con el rabino y guía espiritual y debe hacerle caso en todo lo que le indican.