Exceso de equipaje

¿Han viajado alguna vez en una compañía low-cost? Tiene sus ventajas, que básicamente se reducen al bajo precio de sus billetes, y tiene inconvenientes algo incómodos. Por ejemplo, algunas de estas compañías no dan asiento en sus billetes, con lo que si uno quiere sentarse junto a su acompañante tiene que hacer turno como si de la carnicería se tratara para salir corriendo una vez que se abren las puertas y tomar un buen asiento. La segunda característica particular de estas compañías de vuelos baratos es que el costo del equipaje no está incluido. El atribulado turista solamente puede llevar una minúscula maleta que puede llegar a pesar apenas unos kilogramos. Por supuesto, se permite llevar más equipaje precio pago astronómico que, paradójicamente, sale más caro que otro billete de avión. Me pregunto si alguien ha tenido la picardía de comprar un billete extra para su maleta. Definitivamente, le saldría más barato que pagar el sobrepeso o la maleta extra.

Cuando uno se prepara para un viaje low-cost tiene que tomar decisiones trascendentales, especialmente si se trata de una mujer (admitámoslo: somos así y preparamos ropa para un mes aunque la estancia sea de un fin de semana). Hay incluso tutoriales en YouTube para ayudarte a preparar tu mini-maleta llevando de todo un poco. Supongo que la famosa Marie Kondo tiene un máster especializado en esta asignatura y es capaz de llevarse media casa en un maletín, pero los demás tenemos que hacer verdaderos malabarismos para encajar todo lo que vamos a necesitar y lo que llevamos por si acaso y los zapatos y los cosméticos y lo otro y lo otro.

Ahora que el minimalismo está de moda, podría ser de mucha utilidad a la hora de hacer nuestras maletas. Piensen en utilizar solamente lo necesario ¡qué ahorro de tiempo y esfuerzo! Viajaríamos más ligeros, ¿no es cierto? Cuando limpiamos los armarios, tal y como hicimos para la limpieza de Pesaj, nos sentimos como si nos hubiéramos quitado un peso de encima. Y verdaderamente es una sensación muy agradable, ya que a lo largo del año tendemos a acumular, a comprar cosas que no nos hacen falta y quedan olvidadas en un rincón. En estos momentos en los que se revisa todo y se tira lo que no vale, uno se siente como si fuera más ligero.

Ahora imagínense que hacen esto también con el resto de las áreas de su vida. Piensen por un momento en centrarse exclusivamente en aquello que les interesa y dejar de lado las horas muertas frente al televisor. Esa carga extra, ese exceso de equipaje nos está haciendo pagar un precio muy caro.

Esta vida no es ciertamente un viaje low-cost sino que HaShem nos tiene volando en primera clase, aunque a veces no sepamos apreciarlo porque ya nos acostumbramos al excelente servicio y siempre queremos más y nos gusta protestar. Sin embargo, el equipaje que llevamos con nosotros deberíamos tratarlo como si fuera lo que nos permitiese la compañía más barata y estricta del mundo. De esta forma, viajaríamos siempre con lo imprescindible, con lo que realmente merece la pena. Dejaríamos de lado la envidia, porque es muy pesada y no nos sienta bien (créeme, te ves mucho peor cuando en tu rostro se refleja la envidia que cuando te pones ese jersey de color tan poco favorecedor, por lo tanto puedes dejar ambos atrás).

Si supiéramos el precio tan alto que vamos a tener que pagar cuando llegue la hora de rendir cuentas, dejaríamos de lado ese peso extra que suponen la ira, el rencor, el desamor y otro tipo de sentimientos por el estilo. Anímense a poner un poco de minimalismo en sus vidas, bien medido y proporcionado, y desháganse de todo el equipaje extra que acarrean sin necesidad alguna. Las sonrisas son livianas y el amor por la Torá aligera nuestra carga cada día.

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