La máxima ceguera

Hashem sabía que todos íbamos a estar en Facebook sosteniendo una Apple (manzana) incluso cuando Él le ordenó a Adán que no la tocara.

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David Ben Horin

Posteado en 01.10.19

No hay nada en este mundo que pueda llegar sin Dios. Lo bueno, lo malo y lo feo. Incluso cuando debatimos la utilidad o la decencia de los medios sociales y los teléfonos inteligentes, tenemos que entender que Hashem los puso en este mundo. Él creó el pasado, el presente y el futuro.

 

Hashem sabía que todos íbamos a estar en Facebook sosteniendo una Apple (manzana) incluso cuando Él le ordenó a Adán que no la tocara.

 

Los medios sociales consumen cada momento libre de nuestro tiempo. Eso es exactamente lo que los que crean estas aplicaciones pretenden hacer: absorber cada momento. Su principal objetivo es confiscar cada momento que tenemos para pensar, para actuar y hasta para ver.

 

Es como si Hashem nos metiera a todos la cabeza dentro de la arena. ¿De qué está tratando de distraernos?

 

Ya desde el surgimiento de la primera herramienta de escape, la televisión, la redención ha prosperado. Las semillas se sembraron cuando la TV todavía estaba en desarrollo, desde la década de 1890 hasta la década de 1930. La televisión fue usada comercialmente por primera vez durante los dolores de parto más terribles del Mashíaj.

 

Las computadoras personales y las videograbadoras se hicieron populares en la década de 1970, después de que recobramos la Tierra de Israel bíblica.

 

La internet llegó el año en que cayó el Muro de Berlín, y los judíos de la Unión Soviética contribuyeron al más grande retorno de exiliados a Israel de toda la historia.

 

Cuanto más el Pueblo Judío se acerca a la Redención, más capas de ocultamiento Hashem nos pone.

 

Esa es la prueba que enfrentamos hoy.

 

Podemos ver toda la impureza que hay en el mundo y ponernos mal, cayendo en el terrible pecado de la desesperación, o podemos verlo todo y alabar a Hashem por intensificar la oscuridad a fin de prepararnos para la más grande luz.

 

¿Cuándo empezaron los medios sociales? ¿Cuándo empezó el IPhone? ¿Cuál fue el acontecimiento en los anales de la humanidad que fue el catalizador de la máxima ceguera?

 

No existe. No hay un solo acontecimiento. Y no puedes verlo a menos que estés acá, en Israel.

 

Es un coro de miles de pequeños eventos que están alcanzando un punto álgido. La ceguera solamente obstruye la vista, no el sonido.

 

Israel está creciendo más rápido que cualquier otra nación en la tierra. Incluso en el colapso financiero de 2008, la economía de Israel continuó creciendo.

 

En 1946, la comisión inglesa vacilaba acerca de recomendar o no un estado judío debido a que no creían que la Tierra pudiera contener a 600.000 judíos. No pensaban que iba a haber suficiente agua y comida.

 

Hoy somos ocho millones de habitantes. Y se espera que esa cifra se duplique en los próximos treinta años. Estamos exportando alimentos estamos exportando recursos energéticos. Estamos exportando agua.

 

La simiente de la Redención ahora se ha transformado en un fruto que da árboles: montones de árboles.

 

Se construyen ciudades con roca sólida. Harish solía ser tres colinas situadas a 10 millas al este de Cesárea. Hoy es una ciudad con casas, edificios de departamentos y negocios, con capacidad para 100.000 personas. En 2008, Rova era un terreno baldío. Hoy, esta ciudad, situada entre Nazareth y Jenín, posee cientos de edificios que son capaces de albergar 50.000 personas.

 

Givat Tamar era una colina en Judea. Hoy es una vibrante ciudad con 25.000 personas.

 

Todos estos lugares no existían hace solamente una década. Hoy todavía están bastante vacíos. Estamos construyendo más rápido de lo que podemos llenar esos edificios con gente.

 

Hertzlia se espera que se triplique en población. Lo mismo respecto a Eilat. Jerusalem y Tel Aviv están duplicándose en tamaño.

 

La redención está acercándose a toda velocidad.

 

Cuanto más nos acercamos a los días del Mashíaj, más clara se vuelve la verdad, pero más obstáculos tenemos para verla.

 

La luz que Hashem está ocultando en este mismo momento tiene que ser más brillante que cualquier cosa que nosotros o nuestros antepasados alguna vez hayamos visto.

 

Prepárense…

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