Las superestrellas

No debemos obsesionarnos demasiado con el éxito material del mundo y no tenemos que fijarnos en lo que hacen los demás

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David Perlow

Posteado en 02.12.19

“He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces, me confiaron hacerme cargo del tiro que iba ganar el partido y he fallado. He tenido muchos fracasos en mi vida. Y es por eso que tengo éxito”. ¿A que no adivinas quién dijo esto? No lo vas a creer, pero se trata nada más ni nada menos que de la superestrella del básquet, Michael Jordan!

 

Vivir tu Emuna es una oportunidad que surge a cada momento. No es es una práctica fácil, pero como dicen en el servicio militar: "¡Si es duro, es bueno!". No es fácil ser un atleta profesional, un médico o un rabino, ya que todo esto requiere mucha dedicación. El que trata de ser un profesional en Emuna puede sufrir cientos de fracasos. Pero no se preocupen, incluso los campeones caen y vuelven a ponerse de pie .

 

Lo que muchas veces nos confunde es cuando vemos a otras personas mucho mejor que nosotros. Pero estate seguro de que, apenas miras más allá de las sonrisas artificiales, casi siempre encontramos que nuestros vecinos, amigos y familiares tienen una generosa porción de dificultades, dolor y sufrimiento. Incluso los más  exitosos, glamorosos, ricos y famosos”. Tenemos que dejar de mirar a los demás y concentrarnos en nuestra propia perspectiva. Necesitamos transformar todo sentimiento de envidia en una acción productiva.

 

En el siglo 18 vivió uno de los rabinos más famosos de todos los tiempos: Rabi Moshe Jaim Luzzato, también conocido como el "Ramjal". En su libro más famoso, "La senda de los justos"- Mesilat Yeharim, él dice que muchas personas no desean hacer el esfuerzo necesario para ser las mejores versiones de ellos mismos y prefieren conformarse con ser como son. Dice que es como una persona que ve a sus compañeros triunfar materialmente en la vida. Este tiene un mejor trabajo, una casa más grande o un automóvil más veloz. El Ramjal dice: "Oye, espera un minuto, ¿sientes envidia por estas cosas? Bueno, espera hasta después de los 120 años y entonces vas a ver que tu otro amigo, que estaba en las mismas circunstancias que tú, tuvo grandes logros espirituales y su recompensa es eterna! Él estudió Torá, se deshizo de sus malos hábitos y ayudó a la gente, además le dio caridad a muchas familias pobres… ¡Tú podrías haber hecho lo mismo!

 

El mensaje para todos nosotros es que no debemos obsesionarnos demasiado con el éxito material del mundo y no tenemos que fijarnos en los demás. Está bien que tengas un poco de envidia, cuando ves que alguien hace un esfuerzo por mejorar sus rasgos de carácter o da caridad a pesar de no ser una persona acaudalada. Pero este sentimiento solo es aceptable mientras no haya animosidad, amargura o mala voluntad. Es como si dijeras: "¡Guau! ¡Si él pudo hacerlo, yo también puedo! ”.

 

No te descorazones pensando que los demás ya lo han logrado mientras que tú todavía sigues luchando. ¿Quieres perder peso, dejar de usar drogas, comprar una casa, tener hijos o hacer aliá, vivir tu Emuna? Depende únicamente de ti alcanzar todos estos logros, reconociendo que todo Le pertenece a Hashem.

 

Queremos vivir nuestra Emuná, y muchos de nosotros hemos leído "En el jardín de la fe". Pero, queridos amigos, se necesita mucho más. Necesitamos revisar y analizar estas obras fenomenales una y otra vez, orando para que cada pieza de sabiduría forme parte de nuestras vidas. Así es como tenemos éxito y mantenemos nuestra Emuna. Nunca tendremos una verdadera Emuna a menos que la practiquemos a diario, igual que ocurre con la estrella de básquet.

 

Es hora de creer en ti mismo y comenzar de nuevo con vista a alcanzar tus objetivos. No compitas con tus amigos, sino esfuérzate por ser la mejor persona que puedes llegar a ser.

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