Nuevos Comienzos

Ya se terminaron todas las sobras y pronto vamos a empezar a cocinar de nuevo. La casa empieza a retomar su aspecto normal. Y qué pasa con nosotros?

2 Tiempo de lectura

Debbie Shapiro

Posteado en 05.04.21

Listo. Se terminaron las fiestas…

¿De veras? ¿De veras terminaron las Altas Festividades?

En realidad, espero que no, por lo menos no del todo. Yo, por lo menos, espero que al menos parte de toda la dicha que sentí en estas últimas tres semanas me acompañe todo el año que acaba de iniciarse y me ayude a continuar efectuando todos los cambios que resueltamente he decidido llevar  a cabo. Hemos aceptado a Hashem como nuestro Rey. Nos hemos limpiado y purificado de todos nuestros pecados y hemos retornado a Él en sincera teshuvá. Hemos sentido la dicha de estar cerca de Él, y hemos declarado a viva voz nuestro amor por la Torá. Ahora solamente nos queda canalizar todos estos logros espirituales en el mundo real, en la vida mundana.

Ese es básicamente el barómetro de la fuerza de nuestros buenos propósitos del Nuevo Año.

Los cambios no son fáciles y solamente se pueden lograr dando pequeños pasitos, igual que un bebé. Pero si el comienzo fue bueno (y es de esperar que sí lo haya sido), entonces ya tenemos ganada media batalla, tal como explica Rabi Najman:

La clave para todo es la forma en que uno lo empieza. Todos los comienzos son difíciles, porque uno está tratando de hacer girar las cosas de una dirección a la dirección opuesta. Pero una vez que se hizo el comienzo, uno se empieza  a acostumbrar a la dirección en la que está yendo y entonces las cosas ya no son tan difíciles. El nivel de reverencia y devoción que uno alcanza cada día depende de la forma en que lo empieza. Cada día, uno debe ir hacia atrás, en el sentido de que uno siempre tiene que tratar de obtener inspiración del comienzo, que fue lo más difícil de todo (Consejo, Reverencia y Devoción, 12).

Esta últimas semanas se nos han presentado excepcionales oportunidades de obtener toda la inspiración necesaria para continuar en nuestra búsqueda de ser verdaderos “siervos de Dios”. Solamente hace falta que recordemos esos últimos momentos de Iom Kipur, cuando sentimos que las puertas ya se estaban cerrando, y con tremenda devoción, declaramos que Hashem es nuestro Dios y humildemente nos sometimos a Su decreto. ¿Cómo podemos olvidar la tremenda alegría que sentimos cuando entramos a la Suká la primera noche de Sukot, o la euforia de bailar con el Sefer Torá en Simjat Torá?

Pero la mayoría de la gente, incluida yo, suele sentirse abatida por lo mundano de la vida cotidiana. Después de todo, todavía tenemos que pagar las cuentas, y tenemos que lavar la ropa, y tenemos que ir al supermercado. Y la lista es interminable…Y por supuesto, en la vida real, la mayoría de la gente no vive a la altura de esos exaltados ideales que nos fijamos en la época de las fiestas…

No obstante, el cambio sigue estando presente. Sí, es verdad, no es tan drástico como esperábamos que fuese. Pero lo importante es que existe! Con las fiestas, hicimos un giro de 180º y si bien tal vez hemos retrocedido 170º, todavía nos queda un cambio de 10º. Además es de esperar que con el paso de los años, finalmente logremos completar ese anhelado giro de 180º! La clave radica en la determinación que sentimos al principio, y en continuar obteniendo inspiración de ese principio.

Tenemos un montón de trabajo por delante, pero por lo menos vamos por el camino indicado! Con sinceras plegarias y con montones de siata dishmaia, ayuda del Cielo, finalmente lograremos hacer ese giro. Amén!
 
 
 
 

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario