¡Tienes que quererlo!

Soy abogada y durante estos años he realizado una serie de servicios para una amiga mía. Hace poco, la ayudé...

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 14.03.21

Estimado Rabino Brody,

 

Soy abogada y durante estos años he realizado una serie de servicios para una amiga mía. Hace poco, la ayudé a obtener su ciudadanía estadounidense. Ahora ella se siente "con derecho" y espera que le realice una cantidad de otros servicios, de forma gratuita por supuesto. Yo estoy que exploto. La ayudé con varias cosas debido a la urgencia de los asuntos. En realidad no la considero una amiga cercana, pero sí ha sido una buena amiga a lo largo de los años.

 

Parte de mi resentimiento se debe al hecho de que actualmente estoy con varios problemas financieros (impuestos, reparaciones del automóvil, reparaciones de mi departamento, etc.) mientras que ella está expandiendo su negocio. Ella no lo sabe, pero soy madre soltera y he logrado, Baruch Hashem, mantener a mi hijo en una escuela privada y además lo envío a cursos especiales que me cuestan una fortuna.

 

Si me niego a hacer el trabajo, ella seguramente va a encontrar a otro abogado y le va a pagar.

 

¿Está mal mi punto de vista? Quiero ser buena vecina, pero mi trabajo fijo ya es bastante exigente y me gustaría dedicar mi tiempo libre a obtener ingresos adicionales y no atender continuamente a alguien que no paga.

 

Aprecio que usted dedique su valioso tiempo para responderme. Desde ya muchas gracias,

 

Dorine.

 

Estimada Dorine,

 

Hay una ley de hierro en espiritualidad que también se aplica a la vida cotidiana. En hebreo lo llamamos, rotzé umesameaj, que significa: "quiero y me hace feliz". Esto significa que todo lo que uno hace debe ser el resultado de su propia elección y que todo lo que hace debería hacerlo feliz. Cuando una persona hace algo en contra de su propia voluntad o no está contenta con lo que está haciendo, el resultado final es un amargo resentimiento. Tu pregunta es un ejemplo clásico: estás haciendo algo que va en contra de tu propia voluntad y que ciertamente no te hace feliz, por lo que estás resentida. Como tal, una buena amistad anterior se está convirtiendo en un drenaje de tus emociones.

 

Ciertamente no le debes nada a tu amiga. Mi consejo: dile cortésmente cómo te sientes, es decir, que debes cobrar por tu tiempo y por tu servicio profesional. Si ella quiere contratarte como su abogada y está dispuesta a pagar tu tarifa, excelente. Puedes expresarle tu amistad haciendo un pequeño esfuerzo extra en lo que hagas por ella. Pero tu servicio profesional tiene que tener una etiqueta de precio, a menos que ella también sea una profesional (médica, dentista, óptica, etc.) que te dé gratuitamente un tratamiento recíproco.

 

La regla de “yo quiero y me hace feliz” también es parte de nuestro judaísmo. Deberíamos alcanzar el nivel de emuna donde amamos y apreciamos a Hashem en tal medida que cumplimos todos Sus mandamientos con alegría, porque queremos y porque eso nos hace felices. Este fue el nivel espiritual que alcanzaron el Arizal, el Baal Shem Tov y el Rebe Nachman; todos debemos luchar por ello también.

 

Mucho éxito!

 

Lazer Brody

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