Trata de no juzgar

Todo el mundo sabe que está mal juzgar. A nadie le gusta que lo juzguen.

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Shmuel Gabriel Tornek

Posteado en 16.03.21

 

Todo el mundo sabe que está mal juzgar. A nadie le gusta que lo juzguen.

Todo lo que vemos, oímos y sentimos tiene un propósito y una buena intención. ¿Cuál es la buena intención de juzgar y cuándo es bueno juzgar?    

De acuerdo con la Kabalá, el mundo fue creado por medio de distintos canales. Cada uno de estos canales representa un cierto atributo mental o emotivo.

Estos son canales que fluyen desde la derecha. Son canales que representan el atributo emotivo de jesed/bondad. También hay canales que fluyen desde la izquierda, que son los canales que representan el atributo emotivo de din/juicio, severidad o limitación.

Si una persona recibiera solamente la influencia de la benevolencia, iría a ayudar a todo el mundo hasta quedarse sin fuerzas, cayendo en la auto-destrucción. Su dar sería ilimitado. Si es un padre o una madre, le daría a su hijo sin cesar, y el hijo se volvería una persona completamente egoísta.

 

Si uno se tratara a sí mismo solamente con benevolencia, jamás se encontraría ningún defecto y entonces jamás cambiaría ni mejoraría su carácter y ni siquiera se daría cuenta de que no es perfecto.

 

Tal como hemos visto, el juicio es algo necesario que debe utilizarse para la auto-mejora. Pero si la persona solamente utilizara el atributo de la justicia, sería demasiado crítica consigo misma y jamás lograría hacer nada, porque a todo le encontraría un defecto. Este tipo de comportamiento puede llevar a la persona a una depresión profunda o incluso el suicidio. Por eso, el juicio siempre debe ir atemperado con bondad. Esta combinación produce un nuevo atributo, que la Kabalá denomina “Tiferet/Belleza”, el cual incluye armonía, verdad y compasión.

 

Tiferet puede ayudarnos a encontrar la verdad en ciertos comportamientos y darnos cuenta de que son producto de una intención específica. Todas las intenciones son originariamente buenas. Es la acción resultante la que puede ser defectuosa. Cuando nos damos cuenta de que todas las intenciones son buenas, podemos redirigirlas para crear otro comportamiento más apropiado en nosotros mismos y darnos cuenta de que el comportamiento del otro también se origina en una buena intención.

 

Algunos ejemplos:

 

El hecho: alguien me grita

El juicio: me ofendí, me faltaron el respeto

La bondad: tal vez esta persona tenga un mal día, cómo puedo aprender de esta experiencia para ser una mejor persona y que su comportamiento no afecte mi estado de ánimo.

 

 

El hecho: no me dieron el trabajo

El juicio: soy un fracaso, nadie me quiere

La bondad: me está esperando un trabajo mejor, ellos están buscando a alguien con otras aptitudes…

 

El hecho: ella tiene mal carácter

El juicio: qué bruja que es, no le importa nada de nadie…

La bondad: tal vez no está bien de salud, cómo puedo ayudarla, tal vez tuvo una vida difícil, etc

 

 

Nuestro objetivo es tomar conciencia de cuándo miramos a alguien con ojos críticos y cambiar ese hábito de juzgar a la gente.

No hagamos “generalizaciones”.

 

Los estados emocionales negativos, como, por ejemplo, el enojo y la depresión, hacen que juzguemos a los demás, porque tenemos una perspectiva muy estrecha. Con la alegría ocurre exactamente lo contrario. Los estados de ánimo positivos automáticamente nos colocan en una perspectiva más abierta.

 

Algunas aplicaciones prácticas:

 

  • Cuando alguien te juzga, asegúrate de observar la profundidad de ese juicio y cómo te afecta. Al internalizar la experiencia en vez de reaccionar en forma defensiva, estás creando conciencia personal que te permite darte cuenta de cuando actúas de la misma manera.
  • Entrénate en la alegría. Si te cuesta, fuérzate a sonreír. A veces es más fácil trabajar desde afuera hacia adentro. Una sonrisa abre los rasgos faciales permitiendo que entre más luz en tu rostro. Y la luz trae alegría y curación.
  • Esfuérzate por ser el primero en saludar. Esto abre un montón de buenas sensaciones de ambas partes.
  • Haz ejercicio. Esto ayuda a que las sustancias químicas de “sentirse bien” fluyan en el organismo.
  • De acuerdo con la Kabalá, los pensamientos y las palabras pueden ejercer influencia en ti mismo y en los demás.

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