Aumentemos la conciencia espiritual

Enseña Rabí Najman que la conciencia espiritual es favorable para la obtención de riquezas y el sustento fácil. Y viceversa: la ignorancia que resulta de la falta de conciencia espiritual hace que la lucha por ganarse la vida sea algo intolerable.

Al poseer conciencia espiritual, uno puede mantener relaciones pacíficas con los demás. Dice el profeta (Isaías 11): “Y el lobo habitará junto al cordero… porque la tierra se ha llenado con el conocimiento de la verdad ulterior”. Este conocimiento, o reconocimiento, de la verdad, es lo que se llama “conciencia espiritual”. En el futuro, cuando toda la humanidad reconozca la verdad de Hashem, reinará la paz y la armonía en el mundo entero, hasta tal punto que inclusive los completos opuestos en cada sentido de la palabra podrán convivir en hermandad.

Por medio de la paz, uno tiene bendición en sus riquezas. Esto se debe a que Hashem no ha encontrado una vasija mejor que la paz para conferirle bendición al Pueblo de Israel” (Tratado Okatzin 3).

A través de la conciencia espiritual, uno también logra anular sus propios defectos, como por ejemplo, el enojo y la crueldad, que surgen de la falta de conciencia espiritual. En ese sentido, está escrito (Eclesiastés 7): “La ira reposa en el seno de los necios”. La conciencia espiritual posibilita que el individuo controle su ira, y esto, a su vez, favorece un aumento en el sustento. Por el contrario, la ira destruye la riqueza.

Al aumentar la conciencia espiritual, automáticamente aumentan también la compasión y la paz. Esto, a su vez, trae más sustento, ya que la compasión hace que actúe el Atributo Divino de Compasión, tal como está escrito: “Todo el que se apiada de los demás, el Cielo se apiada de él” y entonces nunca le falta el sustento.

Esto es algo que lo vemos en la práctica, porque todas aquellas personas amables y bondadosas que se dedican a ayudar a los demás, reparten comida, hacen donaciones, proveen vestimentas a los necesitados y demás… nunca tienen dificultades para obtener el sustento. Hashem siempre bendice a aquellos que ayudan a los demás.